miércoles, 8 de abril de 2009

Jonrón

Ahora estamos en una disyuntiva importantísima: o nos metemos de lleno en la economía, los cambios estructurales del gobierno y el asunto de la productividad del trabajo, el desarrollo del transporte y los nuevos salarios y lograr con ello buscar solución a las necesidades materiales y espirituales de la población o reformamos todo el sistema del béisbol actual desde la base para lograr ganar el próximo clásico mundial dentro de tres años.

Dicen que Máximo Gómez dijo una vez que el cubano o no llegaba o se pasaba y que Eladio Secades escribía allá por 1947 que en Cuba se le daba más importancia a un out en home que a la caída de un ministro. A mí no me consta que ellos hayan dicho tales cosas pero sí no hay dudas de que el viejo topo de la economía es muy difícil que se reconstruya en un corto período de tiempo pues necesita de una inversión tan extremadamente grande que nadie la va a asumir, un gasto tal de las finanzas, del trabajo humano, de los recursos materiales y humanos tan enorme que difícilmente pueda verse un cambio sustancial ni siquiera en los próximos 50 años. Pero en la pelota sí se puede cambiar algo que no necesita mucho: la concepción del cambio de una simple jugada por otra.

Actualmente el jonrón es la jugada más codiciada por todos los peloteros profesionales o no (la mayoría por supuesto de la población mundial no es profesional porque la gente comienza a jugar pelota aquí desde que tiene un día de nacido y solo se convierte en profesional cuando alcanza una buena historia luego de llegar a la mayoría de edad) en Asia, Europa, África o América. Es una batalla épica entre el lanzador que suelta la pelota de sus dedos a una determinada velocidad con una trayectoria exclusiva hacia el home y el bateador que se ha posesionado de un madero (bate) que logra detener brevemente la esférica, golpearla brutalmente y sacarla del estadium por encima de la cerca o dejarla dentro del terreno cosa que si alguien la captura y la devuelva con tiempo no saque out al hombre que corre (jonrón dentro del cuadro)...

Esa maravilla (el jonrón) es la ambición de todo pelotero bateador corredor puesto que cuando se produce (la bola de cristal que se lleva la cerca según dice que dijo Lezama Lima) desata poderosamente un placer único ya que entre otras cosas deja libre al individuo que la produce y éste puede "pisar" las cuatro bases con toda la parsimonia y libertad posibles sin que le puedan poner out (salvo en el caso en que no pise una de las bases, se reclame el error y se devuelva la pelota a un defensa para que ya sobre la base el ampaya decrete lo ilegal del corrido...). El jonrón es lo máximo puesto que el equipo que va perdiendo (digamos un juego en el noveno episodio con dos outs y el juego tres por cero) con las bases llenas y un toletero de condiciones en home, si éste produce un vuelacercas entran las cuatro carreras del gane y no es necesario sacar el tercer out (si el equipo bateador es home club)... Es una explosión de júbilo que detiene el aliento y el tiempo de la fanaticada pues nadie se fija (en el momento mismo de la conexión) en otra cosa que en la esféride que vuela impulsada por el gran batazo y que cae en las gradas o en las manos de algún espectador presente... Si este batazo saca la pelota fuera del estadium pero en la zona inadecuada no hay jonrón sino foul y el bateador debe volver a batear y no son pocos los casos en que luego de un foul decepcionante se produce el jonrón espectacular...

Pero vamos al grano: con los resultados obtenidos en el último clásico mundial en que el equipo cubano quedó en 5to. lugar (en el primer clásico había quedado en el 2do. lugar sólo superado por Japón) se pudo comprobar que no es el jonrón la jugada a la que debemos aspirar sino a una más sencilla, humilde, modesta, menos complicada, ahorrativa de energías y casi anónima: el toque de bola. Si enseñamos desde ahora esta jugadita que no tiene tanta complicación sino más bien picardía y sorpresa, a los que empiecen a jugar, cuando lleguen a ser adultos y se dediquen a ese atractivo oficio que es ser un verdadero jugador de pelota (una estrella que brille con luz propia en el barrio) estoy seguro que ganaríamos muchos más partidos.

En primer lugar porque el toque no necesita de pelotas especiales que "boten" mucho, ni de bates perfectos que logren "chocar" en el lugar justo entre costuras, ni de bateadores corpulentos con fuerza protéica y técnica fabulosa sino que puede ser hecha hasta por un enano o un jugador debilucho pues teniendo un hombre en base (digamos en tercera) produciendo el toquecito y saliendo ese hombre disparado hacia el home y suponiendo que al que trate de atrapar la redonda no la pueda retener en el guante, tirar a tiempo y tocar al corredor de tercera que va destinado a anotar, se produciría la carrera que mucho se necesita y quedarían las bases nuevamente llenas con dos outs y así se repetiría la jugadita hasta ganar el partido (recuerden que el juego estaba en el noveno con las bases llenas y dos outs ganando los otros tres por cero).

Lo único que nos costaría un buen trabajo es romper con el vicio del jonrón que ha anidado en el cerebro de todos nosotros de manera tal que no quiere salir de allí, acostumbrar a la gente a ser más modestos y sencillos, más humildes y laboriosos, más creativos y trabajadores, quitarse de la cabeza la aureola de jonroneros poderosos y musculosos, autosuficientes y prepotentes y con más cerebro que músculos practicar constantemente la jugadita cosa de hacerla tan diaria que un día nos demos cuenta que si damos un jonrón de verdad la gente no nos lo va a estimular como hasta ahora y probablemente ni lo tenga en cuenta... pero si damos el toque vamos a obtener el resultado apetecido y necesario. No es muy difícil hacer ese cambio de mentalidad, lo que hay es que iniciarlo rompiendo esquemas y sustituyendo mentalidades y personas retrógradas.

A veces confiamos demasiado en un hombre que se para con un bate en home para que decida un juego con un jonrón pero, si no sucede, la decepción es tan grande que produce un desánimo que nos puede durar eternamente. Con el toque de bola no sucedería lo mismo, el toque produce una carrerita y poco a poco se llega lejos. Pasarían a la historia los grandes jonroneros de siempre (pobres diablos) heróicos y hollywoodenses, verdaderos supermanes implantadores de récords de por vida, de temporada, de tal o más cual juego decisivo y comenzaría la historia de los tocadores de bola, un oficio de todos, útil, productivo, colectivo, anónimo, inclusivo, diversiforme, sorpresivo, más bien ingenuo, humilde y necesario y los que lo supieran hacer (todos) serían estimulados por las grandes griterías, cargados en hombros y considerados aquellos soldados desconocidos que hicieron posible las grandes victorias sencillas de cada día.

Y de la economía ¿qué podemos cambiar?... En mi opinión sólo ponerla en el lugar que merece, después de la pelota. No sería desacertado pues comenzar a utilizar los espacios de radio, cine, televisión, periódicos y revistas, reuniones de todo tipo, comentarios y reflexiones para detenernos a analizar pormenorizadamente la marcha del cambio de mentalidad en nuestro deporte nacional: el béisbol. No importa que se detenga la producción y la productividad del trabajo, el turismo o la agricultura, el bacheo de calles o las campañas anti-dengue. Si nos preparamos bien cuando vaya cambiando la mentalidad de dar jonrones por hacer carreritas a partir de toques de bola, veremos cómo poco a poco la economía y los servicios, el transporte y la salud pública van levantando porque no hay actividad que arrastre a la gente tanto aquí como una actividad deportiva donde tengamos una bola, un bate, una mascota y por supuesto una mentalidad nueva que nos haga empujar poco a poco las cosas como si estuviéramos empujando el almendrón para que arrancara...

(Continuar leyendo...)

martes, 7 de abril de 2009

MAE

Estamos acostumbrados a ciertas siglas que no son otra cosa que contracciones del lenguaje, ahorro de tiempo y de verborrea... Mincult para ministerio de cultura, Mincin para el de comercio interior, Minsap para el de salud pública, Minfipre para el de finanzas y precios y otros. Incluso en la correspondencia ya no decimos compañero, compañera sino cro. o cra. ni departamento sino dpto. Como hemos señalado, en química se extiende el uso de siglas para estudiar los elementos de la Tabla famosa (crofenico, aualbi, algelikana y otros) para mentar al cromo hierro níquel y cobalto, oro, aluminio y bismuto, plata, litio, sodio... La gente quiere ahorrar y empieza siglando las cosas... Pero MAE es algo nuevo original solidiscúpico transversal tragicómico estructural novedosíquico fantasmagoricial escurridírico y descomunal ya porque nadie sabe qué significa...

El asunto tibio tibio caliente caliente está relacionado y hoy lo pudimos comprobar cuando indagamos el significado de MAE en nuestra vida citadina de interés agropecuario y nos dijeron que se trata de Mercado Agropecuario Estatal... Pero la abreviatura oculta el contenido de la palabra y la gente ha empezado como siempre a nombrarlo de diferente manera: Opción (en una época se dijo que "Parque Lenin: una buena opción"), Se deja comer: este nombre se le dio a ciertos dulces hechos con la calidad requerida, Mercadón: Un lugar donde había buena oferta, Chacachaca: Por el ruido que hacían cuando le quitaban la tierra a las viandas y otras interpretaciones... Pero en los MAE (a diferencia de estos mismos mae pero del EJT Ejército Juvenil del Trabajo) hoy en día se están utilizando otras siglas como veremos más adelante.

Allá fuimos y regresamos (no me lo van a creer) con fruta bomba verde para dulce (frutver), remolachas para ensalada (remos), boniatos para las perras (bon), zanahorias para hervir (zan), ajíes para sazonar (aj), calabazas para las piernas engordar (calgor), ajos para ahuyentar a los vampiros (vampiaj), cebollas para llorar (lagrice), barras de guayaba para tragar (guayi), acelgas para acelgar (ace) y había muchas más cosas que no pudimos traer pues nos faltaba dinero con qué comprar... Y a precios módicos: cinco jabas llenas = 100 pc (pesos cubanos a diferencia de cuc = pesos cubanos convertibles = chavitos). Hay que tener en cuenta que si 1 cuc = 24 pc entonces gastamos 5 cuc en toda la compra, pero como pagamos en pc sin cambiar previamente los 5 cuc pues ¿de dónde salieron los pc?... pues salieron de nuestras entradas como jubilados (jub) o pensionados (pen). De ahí que tuvimos que echar 3 cuc de gasolina (gas) y fuimos con los 100 pc a gastar en el MAE teniendo en cuenta que mensualmente (mes) como jub ganamos 270 pc (que se quedan en 230 pc porque pagamos 40 pc por el aire acondicionado aa).

Así que resumimos: Al MAE para frutver, remos, bon, zan, aj, calgor, vampiaj, lagrice, guayi, ace con cien pc. Mira qué cosa más estractada fuimos a hacer... nosotros los pinga (patriotas internacionalistas de nuestra gran américa), sin dinero (sindin) en los bolsillos (bol) con un solo par de sandalias (san) como nuestro Señor Jesucristo (El Yésu) que vino a la tierra para redimirnos e indicarnos con su ejemplo lo que puede poner la vista en el horizonte (zon) y no perder el sentido positivo de la vida (posvin) mientras luchamos (luchi) por sobrevivir a este gigantesco tsunami que se nos viene encima ayer hoy y mañana... Comprar en el MAE una buena jaba llena cuando los hay para que dure una semana o dos y volver a rebuscar a ver si se puede volver a comprar...

El MAE supone el cierre de los agritos de barrio que se pusieron, dicen, a jugar a las candelitas y revendían lo que traían los camiones de acopio para los agros de bodega subiendo los precios y vendiendo las zan con rabo para que pesaran más, las remo con cabellera para que más pesaran, los bon aterrados (con tierra pegada), las frutver para no tener que recogerlas maduras, las cala pálidas de hemoglobina baja para no dejarlas podrir y al mismo tiempo vendían papas (patatas, pat) zurdas por la izquierda desviadas ideológicamente de los puestos estatales y aparecidas en los agritos por obra y gracia de la aparición carísima envueltas en sus jabitas (jabi) a precios excomulgados, pero los MAE salieron a luchar contra los virus de agritos y los derrotaron en la batalla de candonga pues bajaron los precios, cortaron el suministro de camiones en caravanas y vencieron en su retaguardia... Parece que la oferta estaba escondida en los almacenes (alma) o debajo de la tierra de la cual la están sacando y transportando (transport) pero nunca importando (import) como se ha hecho en ocasiones con el tomate (tom) que se trajo de Canadá o el mismísimo boniato (bon) de Santo Domingo...

Con los 5 cuc que no gastamos fuimos a las tiendas trd (shop) y adquirimos en buena lid pdp (picadillo de pavo), albóndigas (cerdiplast), puré de tomate (purpuaf), pastillitas con sabor a cerdo (pastpuer), refrescos de naranja (orinito), espaguettis (tenias), café instantáneo (insta), colcha de trapear (mierd) y atún en lata (ñó)... Así como les digo regresamos a casa en el almendrón cargados como burros andinos felices (fel) jodidos pero contentos (j pero c) para que todo nos dure una semana, una semana santa comiendo cerdiplast un día, tenias en purpuaf otro, tomando orinito por las noches estrelladas, comiendo ñó en las tardes hermosas mientras dejamos para la próxima los suministros que vienen por la carnicería (matadero) como huevos (testic), pds (picadillo de soya), jamonada (de jam nada) y otros.rar cosa que no se nos pegue la carne al esqueleto y mantenga la vida cierto sabor a MAE mientras podamos ir de visita a las shops al reciclaje y anclaje del viaje sin equipaje de potaje sin encaje.

No les cuento del dulce de frutver porque se está haciendo, ahora asimila el color del barniz de muebles cuando se le ve con la paleta a la luz solar que entra por la ventana, un dulce hecho con amor en medio de este viento de cuaresma que nos prepara para la pascua, tiempo en el que damos más de lo que recibimos al efectuar nuestra misericordia y nos preparamos para decir el rotundo no a la tentación en el ayuno (¿hay uno?) consuetudinario que llevamos a cuestas y que nos hace desvariar mientras en nuestros tímpanos anida el dulce trino del moscardón, un zumbido de lenguas extranjeras y de rezos orishas que sirven para ahuyentar las maledicencias, el ábaco chino, la florifauna y el ápice, árbol enano casi invisible que danza eternamente entre las sílfides y el onix en el mismísimo centro de nuestra retina cónica úrsula médica y cárnica estomacal, porque en los MAE y fuera de ellos la cultura del interior (incult) y la salud pública (salpub) se unen maravillosamente a los precios de nuestras finanzas (prefin) mientras establecemos las comunicaciones (com) tanto en la paz como en la guerra y cargamos el jabuco si trajeron las cosas y si no que nos parta un rayo agropecuariamente...

(Continuar leyendo...)

sábado, 4 de abril de 2009

Una ventana especial

Se recomienda tener una ventana especial en la casa para dar solución a los problemas, vencer los obstáculos o como dijera Steve Window "salir del atolladero".

Una de las condiciones previas de dicha ventana es la selección de la madera porque la tal no puede ser de aluminio, acero, titanio, vidrio (cualquiera tiene un tejado de vidrio, claro) y mucho menos de criptonita, desde luego. Debe ser de madera dura como ácana, granadillo, cedro, caoba u otra similar resistente a los comejenes (termitas) y a los come genes de los cuales hemos hablado recientemente. Una madera (roble) de olor mestiza aplatanada que haya salido de un árbol especial (el árbol de las especias por ejemplo) y que tenga aquella personalidad propia de atraernos (una madera imán) con la que se pueda hacer no sólo el marco sino también las juntas interiores, las chambas, las tablillas, que se abra al mundo para que este se abra a la ventana y nos proporciones el único gusto egoísta que nos está permitido: mirar.

No lo sabíamos pero teníamos esa ventana en casa hecha de papel (papiro) amarillo y goma de pegar como esas artesanías que han exportado los franceses que nada pesan y que tanto atraen, una ventana ideal pintada a crayola sobre papel liso ajustada al piso que es el lugar más cómodo para pintar una ventana. Estaba la ventana en su salsa y estaba tan salada que no me la comí, como decía la conga oriental que nos invitaba a arrollar por la calle de Infanta desde San Lázaro hasta Carlos III. Una ventana de dulce de leche, de ajonjolí, de esparadrapos tejidos, de sábila, ventana para mirar cómo llovía, para ver cómo pasaba la gente, allá los perros callejeros corriendo a más no poder, ella cortando las flores, aquel viejo fumando su pipa, la abuela tendiendo la ropa, aquel papel revoloteando como palomas en celo, el césped dejándose cortar, el olor a tierra mojada, el sacristán en su oratoria, el escolar con sus libretas a cuesta, un remolino, las nubes altas, el cielo gris, antenas de tv, postes del tendido eléctrico, están arreglando una calle, los tanques de basura, las mariposas nacen mientras se esconden las hormigas, ¿por qué camina la gente?, murmullos, canciones, un papalote a bolina, el mar lejos pero inquieto, se está acabando este invierno y viene irremediablemente la primavera...

Otro requerimiento es listar los asuntos a resolver, una lista espontánea hecha con todas las de la ley: ninguna ley. Listar y ordenar comenzando por el 1 hasta digamos el 25, un cuarto de asuntos de un total de 100... Habrá que poner el papel (la ventana) en el suelo y marcar desde el borde superior hasta el borde inferior una recta (curva) y desde el borde izquierdo hasta el derecho otra curva (recta) cosa que quede la ventana (el papel) dividido en cuatro cuadrados perfectos... En el primer cuadrado arriba a la izquierda los asuntos urgentes e importantes (UI), debajo del cuadrado izquierda los importantes no urgentes (INU), arriba derecha en el cuadrado los urgentes no importantes (UNI) y debajo los ni urgentes ni importantes (NUNI) de tal suerte que queden estas cuatro siglas bien claras para ubicar la lista en ellas: UI, INU, UNI, NUNI... Ya tenemos algo para entretenernos y comenzar el lunes diciendo siempre: "Gracias a Dios que es lunes"... claro. Y a poner la lista de tal manera que resalten las prioridades cualesquiera que ellas fueren... Un asunto ni urgente ni importante es llamar a Fefita para saludarla. Un asunto urgente no importante es buscar en la guía un nombre para el cachorro que nos han regalado. Uno importante pero no urgente es adquirir tomates para la ensalada del fin de semana. Uno urgente e importante es pintar el pasillo...

Pero el ejercicio se complica cuando en la relación de insumos (inventarios cero siguiendo el modelo japonés según dicen) no contamos con esa madera ni con otro material para confeccionar la ventana que pueda considerarse un sustituto. Y nos encontramos en el laberinto de comenzar un ejercicio de pensar buscándolo en las mismísimas ideas que como se sabe ni tienen forma, ni peso, ni dueño. Eso sucede a veces y se convierte el intento en un jeroglífico, en algo difícil como la receta para la inyección de algún antibiótico, el bautismo en una iglesia como precondición de la adoración de un orisha, la discusión acerca de la eternidad de Dios o de la materia, la homofobia y el vampirismo excluidos de las discusiones televisivas, el miedo a señalar con el dedo las deficiencias de los artistas, los compromisos emulativos archivados, el silencio sobre las causas de la sustitución de gerentes o altos directivos, la ausencia de página "roja" para la lectura en la prensa escrita, las verdaderas causas de los divorcios y los suicidios, el nombre de los que van a morir como resultado de la contaminación del VIH, las esquelas mortuorias y las fotos de boda publicitadas o los casos de retraso mental masivo encontrados en ciertas regiones del país...

Buscar una ventana prototípica es para algunos un ejercicio imposible porque la vida misma nos está tragando en medio de una avalancha gigante de materia que como tsunami nos pasa por encima como aplanadora de reparación de calles. Se ha ido perdiendo no sólo el interés por el trabajo sino también por el pensar, la gente arrasa con los dulces de oferta que logra encontrar de la misma manera que se come los panes que logra comprar, acaba con los recursos input y con los impulsos output, de manera sistemática la persona humana se va convirtiendo en un mecanismo tal como lo pensaron y describieron aquellos que argumentaban que el hombre era una máquina en pleno siglo XVII (habría que releer aquellos textos) y se inspira en supuestos relatos que nunca han sido escritos sino por los seguidores de los grandes fundadores de escuelas de pensamiento como Sócrates (lo conocemos a través de Platón), Jesucristo (se refieren a él sus seguidores o apóstoles), Buda (no hay textos digamos, originales), Mahoma (¿es El Corán un texto escrito totalmente por él comprobadamente?), Marx (¿conoceremos su palabra real económica en una interpretación que terminó de escribir su fiel amigo Engels en lo relacionado con El Capital?) y otros, mientras el ejercicio se deja en manos de extraños (delegación de autoridad hacia arriba) por lo que el cerebro singular de cada cual no sólo sufre sino se estanca e imposibilita desarrollarse (el prefijo sub significa como ya se ha señalado nunca casi sino imposibilidad) según algunos teóricos.

Los que recomendamos abrir la ventana con o sin madera (si consiguiéramos madera, mejor, o tal vez peor ahora me entra la duda cartesiana aunque una ventana material-ideal sería lo genial, lo fenomenal, lo estelar, lo espectacular) también estamos ante una disyuntiva fantasmal: encontramos madera (y la tocamos) mientras seguimos en el ejercicio o no la encontramos y nos la imaginamos sin tocarla pero ejercitando mentalmente la solución. Una disyuntiva muy parecida a un sablazo de
bateador frente a un pitcher submarino japonés de bola rápida y curveada: si le tiramos y damos hit ganamos pero si nos ponchamos nos cae encima la ventana de madera o la angustia de lo que está hecha la ventana ideal y perdemos el juego. Qué trabalenguas más raro en esta cuaresma en la que bate un aire aciclonado sin que haya una baja barométrica todavía y al mismo tiempo es muy difícil que crezca la esperanza de encontrar lo perdido pues no sabemos qué es en medio de una indefensión total ante la inexistencia de un pensador original y doctrinario genuino que nos indique dónde está la lámpara maravillosa con su genio dormitando dentro y que además nos aliente a considerar que el tipo espera por nosotros para ayudarnos a salir del atolladero en que vivimos... Uf...!!! Una verdadera y original cagástrofe, según dijera no hace mucho Héctor Zumbado.

(Continuar leyendo...)

viernes, 3 de abril de 2009

Esta Torre de Babel

Un zumbido como de invasión de comejenes, panal de abejas o avispero se había apoderado de la madrugada y entraba al jardín por el muro trasero de la casa hasta despertarnos casi al amanecer. Cuando alguien pasó con las primeras luces dijo asombrado: allá detrás están hablando mandinga y bikutsí camerunés desde anoche. No era posible porque los negros del fondo habían nacido en el país y de esta frontera no habían salido nunca aunque siempre se vanagloriaban del ancestro ghanés y congoleño que tenían. Ellos no podían desprenderse de esa herencia no solo por el color de su piel sino por la estatura, la mirada y la blancura de los dientes. Los labios gruesos los podía tener cualquier africano subsahariano pero los demás rasgos no, según ellos eran de aquellos parajes. Cuando jugaban dominó uno de aquellos vecinos confesaba que con lo que más había soñado era con un enorme árbol al que nadie le había podido medir la altura ni la cintura y que siempre se le aparecía en el sueño del atardecer, por eso al negro le llamaban "Bao" por el nombre del baobad y hasta le gustaba que le dijeran así.

Sin embargo esta imagen inicial no es el tema de hoy sino el misterio del zumbido que se había posesionado del espacio trasero de la casa y que al menos hasta media mañana no tenía intenciones de irse a otro lugar. Aparecía después de las diez de la noche y se iba antes de las ocho de la mañana. El vecindario decía que se trataba de emisiones clandestinas en onda corta de radio o de televisión de antena mal orientada pero no era eso porque en el traspatio no se contaba con tal tipo de equipos electrodomésticos. No faltaba quienes atribuían el ruido al criadero de palomas del edificio a mitad de la cuadra pero allí no se oía con la nitidez de estos bajos y el rucurrucu de las palomas cesaba en la noche cerrada mientras que era en ese horario que comenzaba el vuelo del moscardón desconocido.

No tuvimos más remedio que tocar en aquella puerta a esas horas de una noche y fue "Bao" quien nos explicó el "misterio": en su casa dormían dos estudiantes africanos que susurraban de noche en lenguas beté, fon, baoule, lingala, malinde, mina y bambara y era por esa razón que al hablar en voz queda daba la impresión de un vuelo raro de algún insecto intranquilo. Estos estudiantes eran, según ellos, familias que habían llegado buscando la parentela actual... De aquí que nos pusiéramos a conversar acerca de qué visitantes tenemos por doquier en nuestro ajiaco actual de nacionalidades y visitantes.

Increíblemente son los africanos los más visitadores sobre todo namibios, sudafricanos y angolanos, pero hay también tanzanios, congoleses, mozambicanos, zaharauíes, marroquíes y argeninos, marfileños, etíopes y tunecinos no pueden faltar por solo citar algunos. De nuestra América los hay brasileños, argentinos, uruguayos, paraguayos, peruanos y chilenos, ecuatorianos y colombianos, venezolanos y panamenos, costarricenses y nicaragüenses, salvadoreños y guatemaltecos, mexicanos y beliceños, hondureños y todos los de las pequeñas islas caribeñas (vienen de Islas Caimán y también de Nassau), dominicanos, puertorriqueños y guyaneses. Los hay chinos estudiando español y vietnamitas haciendo lo mismo, coreanos y de las antiguas repúblicas asiáticas de la ex Unión Soviética, nipones y thailandeses, indonesios y mongoles y por supuesto australianos. También visitantes europeos y por supuesto canadienses y norteamericanos (los canadienses son también norteamericanos y una parte de mexicanos lo son asimismo ya que viven en el norte de ese país). Por todo ello si sumamos los nacionales cubanos de 14 provincias y un municipio especial claro que debe haber un enorme y complicado zumbido diseminado por todo el país que en los días de calma se apodera de las casas y nos parece que hay alguien conectado a una emisora extranjera o un panal cocinándose a la sombra de alguna mata de naranjas agrias...

El asunto se complica con una sola pregunta, a saber: ¿tenemos condiciones materiales y espirituales para albergar tal cantidad de visitantes en una casa pequeña como la nuestra cuyo producto interno bruto no alcanza para satisfacer las necesidades siempre crecientes de nuestra población que ronda los doce millones de habitantes más o menos?... Si todos habláramos el mismo idioma no habrían muchos problemas, pero el zumbido en ruso, chino, francés, inglés, swahily, bantú, creole, zulú o ziglibití al mismo tiempo y en cualquier lugar puede producir un fenómeno de estática que no es nada conveniente. Por la mesa no nos preocupamos (ocupamos) mucho: donde comen 12 pueden comer 14. Ni por la ropa o el techo donde dormir tampoco, ni mucho menos por el transporte para movernos de un lado a otro. Vestidos como estamos probablemente nos confundan con uno de Guayaquil tranquilamente o un jamaicano, dígame usted. Pero el asunto se complica cuando se produzca la primera conversación con un extranjero. ¿Cómo decirle a un martiniqués que nohaymásná?... ¿Se lo decimos por señas o a viva voz?... ¿Cómo explicarle a un alemán la relación existente entre la base económica y la superestructura jurídico-política a la que corresponden diversas formas de la conciencia social si aquí casi nadie habla ese idioma?... Probablemente le diga al acompañante que le estamos proponiendo una botella de ron clandestino por la izquierda o una caja de tabacos Romeo y Julieta torcida en casa con las mejores hojas de Vuelta Abajo... ¡Dime tú!

De ahí el zumbido, una danza con lobos de lo más extraña y apacible, murmuradora y cómplice, pianísima incomprensible en voz baja hablada gesticulada y no escrita en cuyo diámetro se mueven no sólo las palabras más necesarias de nuestro vocabulario sencillo, común y corriente: comer, dormir, cantar, bailar, sino también metalenguajes complejos como algoritmos, ecuaciones, endocrinología, hictero hemoglobinuria vacilar bovina, epítome, induración, appenzell, réspice, eubolia y otras. ¿Cuántos traductores de chino tenemos en el país? ¿Quién de nosotros sabe algo de japonés?... ¿Alguien por allí sabe hablar en holandés o francés?... Y creole, ¿cómo decir carne de cerdo frita en creole?... Y guaraní, aymara, quéchua, a ver, ¡díganme arroz con pollo a la chorrera en lucumí!... ¿Es cierto que tenemos tanto de congo como de carabalí? A ver, ¿y qué del latin?... ¡"Beati possidentes"!

Si sólo fuera el vuelo del mosquito no habría problemas, pero el lío se forma cuando junto con la confusión e intercambio de lenguas y culturas idiomáticas diferentes se nos queda no sólo el olor del otro sino nuestra imagen en la retina del visitante y el olor pasa pero esta arruga en el rostro no, esta angustia auditiva y comunicativa nos va lastrando, nos aplasta todos los días segundo a segundo un poquito más. Y es lo que el otro nos pregunta desde que nos ve...

El runrún nos dice algo sobre alguna isla o aquel país que no tiene salida al mar pero nos hace desconocer al mismo tiempo la vida de todos los otros. Digo esto porque los que sabemos al menos leer y escribir podemos dar una explicación lógica del zumbido pero los que tienen desgraciadamente todavía ciertas limitaciones no le encuentran ni lógica ni sentido porque lo de ellos es a la larga casi solamente tragar. La ausencia digamos de tomates en el agro tiene una importancia exclusivamente estomacal para algunos pero para los que tienen un brochazo de cultura el síndrome no es solo digestivo sino psíquico al no poder decirle con todas las palabras a aquel que nos visita: comer tomates no es en el fondo otra cosa además que un placer estético. Y en eso andamos, tratando de encontrar algo para la ensalada diaria y esforzándonos para poder hablar de ello con los que vienen a mirar este zoológico y hacerlo en su propio idioma sin intermediarios. Un pecado grande el de esta Torre que no va a tener por ahora solución...

(Continuar leyendo...)