viernes, 11 de enero de 2008

¿Dónde está Calatrava?

(Esto lo escribió mi papá el 27 de Mayo del 2007)

Hoy fuimos allí, al cerro inmenso, inexpugnable, que se levanta erguido sobe los hombros de esta hermosa tierra y que custodian todavía los monjes y frailes calatravos que un día vinieron y se asentaron aquí y que todavía salen de noche a vigilar los aires, nubes y sol que alumbra la ciudad de Almagro, entre otras.

La piedra labrada sobre piedra, los orificios hechos con instrumentos rústicos, el diseño y arquitectura piramidal, la precisión de los cortes, la hechura de las cuevas, la solidez de las construcciones, sus torres, murallas, iglesias, compartimientos, escaleras de acceso y puertas nos permiten apreciar que hubo que dedicar muchos siglos para construirlo, para que resistiera el embate del tiempo y de los enemigos y para que ahora varios siglos después se convirtiera en un lugar de visita obligatoria si se quiere saber algo de esta región española...

Es una suerte que pudiéramos visitarlo por la generosidad de nuestro inefable y sabio Dr. José Angel, un agradable anfitrión, inteligente, sagaz, viajero internacional y buen amigo que tuvo la gentileza de llevar a dos isleños y a un mexicano a enredarse con esos ramos de flores que se encuentran adornando aquel gigantesco espectáculo y que arrancaríamos con gusto para regalar a cualquier dama digna si no fuera porque el mejor de los regalos siempre sería llevarla a ver el panorama y entre muralla y muralla, enseñarle el más hermoso de los valles, la más imponente rosa de cristales gigantesca donde un día se le otorgara el Dr. Honoris Causa a uno de los más prestigiosos intelectuales modernos.

Horas después del descenso de tan venerable altitud los ángeles cistercienses, invisibles a ojo humano nos han hecho firmar un compromiso: a cualquier lugar donde lleguemos siempre vamos a mostrar un trozo de piedra del promontorio, convento y castillo de Calatrava que con autorización de los religiosos poseemos. Y cuando nos pregunten dónde se encuentra tal maravilla nos pondremos la mano encima del corazón para que lo sepan bien... Gracias amigo por el viaje y pierda cuidado que para el próximo nos pondremos firmes el cinturón de seguridad...

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