martes, 1 de septiembre de 2009

Coge tu melón aquí... vamos

No tengo que explicar qué es un melón, claro. De todas formas, para que las nuevas generaciones sepan de qué se trata (los más pequeños no tienen idea de ese asunto, como se sabe) diremos que un melón es un dirigible todo terreno que no vuela. Este querido lomo verde sin rabo y sin cabeza, sin patas ni pelos tiene dentro cuatro propiedades especiales: agua, semillas negras, pulpa y azúcar (para crecer, digamos). El que nunca haya quebrado un melón para probarlo no sabe lo que es la vida. Se corta en rodajas gigantescas, unas circunferencias exquisitas, éstas a su vez se pican a la mitad y ya tenemos la sandía roja (somos verdes por fuera y rojos por dentro, decía la gente) apetecible, dúctil, maleable, floripóndica, rárica, rítmica, clónica y mesopotámica para embarrarnos la cara a dos manos... Sí, damas y caballeros, el melón es la más sexual de todas las frutas: no habla, nos hace babear al probarlo, ni mancha ni da dolor de cabeza y nos mantiene en suspenso como ciertas películas que pasan los sábados por la noche. En suspen porque no sabemos qué nos puede suceder cuando comemos uno completo.

Pero al grano, señoras y señores, lo más agradable que tiene el melón (coge el melón ahí, vamos) es la selección de la tierra donde va a vivir hasta morir, una tierra labrada pequeña mojada regada roturada deseada y protegida como área especial que servirá para que el melón semilla sea sembrado y comience a desarrollar probando aquello de la negación de la negación: una semilla produce al final cientos de semillas. Un melón es la intención de verlo salir convertido en hojitas de parra que se van enredando unas a otras y todas con las hierbas aledañas bajo la cobertura de la sombra amistosa de una mata de guayabas rojizas y apetitosas. Un melón es el deseo de que esas cuatro semillas iniciales que se cubren de tierra hayan sido contadas y salidas de las manos de una nieta que mira asombrada cómo se pierde bajo el área de siembra aquella muestra de la bendición. Un melón es el cuidado que se tenga de que el agua no falte, ni el sol, ni la protección contra la plaga de hormigas o insectos malvados. Un melón es un acto de reverencia y estudio morfofisiológico, un ímpetu, una amalgama, un enjambre de abejas, un latido, una labor diaria, un esfuerzo y una satisfacción de saberse superior porque se sabe que todo melón es ciego, sordo, mudo y rico.

¡Oh melón, melocotón, campeón, culebrón, lomo de cerdo verde y liso antianoréxico, pulcro y sedoso, pegajoso, esponjoso, amoroso y soso, melón al fin que yace ahora como hierba y enredadera que se convertirá en objeto de placer estomacal mental al final de la historia, banco de semillas negras como lagartijas de patio, bueno para cortar su corteza cortical córnica culebraica y hacer de ella dulce de melón almibarado! ¡Oh meloncito nalgudo como cebra verde de zoo encerrado bajo la sombra comprensiva de la guayaba sintiendo el complejo de culpa más cruel de todo el mundo al saberse reptil sin serlo, anélido gigante, submarino terrestre y aéreo, guindajera, espalda para ser tocada, bañada, secada y vista como pieza de museo de percusión, placa de coche, puerta de casa a la que se impide protestar por caricias y golpeaduras! ¡Oh coño insípido y lustroso bueno para fotos de aficionados, pared de apoyo para orine de gatos aventureros o tiro al blanco para pájaros de verano! Buen trabajo me buscas eso de estar pensando constantemente en ti desde que me levanto para ver lo más importante que tienes en el mostrador: una flor amarilla poderosa que indica el nacimiento de tu fruto, una flor esparcida y calentada por el sol del mismo color sin olores, una flor de ¡Oh melón! que nadie ha visto y nadie ha conocido, una luz amarilla que no encandila y que nos dice como tic tac de reloj que la luz verde aparecerá y la roja estará allí dentro para ser deglutida...

Y sin embargo cuando de melón se trata lo menos importante es el cultivador, las manos de quien lo siembra, el sudor en el riego diario, el sombrero tapador de la luz ultravioleta, eso no cuenta a la hora de mirar cómo brota de la semilla la enredadera, de la enredadera la cánula y de ésta la flor para convertirse en la espalda sin rabo ni cabeza que pende en el aire de una hiedra que cuelga de algún gajo cercano y se pega a la ventana para sostener aquella mansedumbre muda de la familia de las cucurbitáceas de carne apetitosa lista para ser devorada como tonto que es el mismísimo fruto, ese melón mamífero que dormita en el melonar y que se sabe importante en la misma medida en que crece en el zoo de la casa de familia, el fruto más esperado y más visto por el vecindario que pregunta si es verdad que sirve para un buen casamiento...

Damas y caballeros, aquí tenemos por fín ya en ciernes un poderoso melón de los gigantes, que ha puesto sus huevos de oro encima de la hierba que crece en la pulgada de tierra abonada debajo de la mata de guayabas más importante del mundo y que por eso mismo cobija aquella fruta y le advierte a lagartijas y a hormigas, a ranas y a mosquitos una irlandesa sentencia católica: el que lo robe recibirá el castigo más justo y la imposibilidad de comerlo y disfrutarlo sin poder deshacerse de la idea de que lo hizo a espaldas del que lo cultivó y por ende le hará daño estomacoespiritual y no podrá dormir en calma ni convertir los fosfatos en energía mientras no devuelva arrepentido al menos una de las semillas encontradas en el almacén del dirigible para que sea plantada de nuevo por manos laboriosas y como ladrón al fin reconozca su falta en público y se proponga ser mejor mañana madrugador y trabajar que es lo que hace falta y no andar vociferando la venta de esa fruta en un agro que ese sujeto no ha sembrado y enriquecerse además de esa cosecha por tan alto precio vendida y digo repito que no es matraca mía, yo el letrado testifico que no podrá el ladrón decir a toda voz lo más bello de esta historia: "¡Coge tu melón aquí gratis, vamos...!

6 comentarios:

GaviotaZalas dijo...

ahora q estamos en la campaña por Panfilo y la JAMA esta Oda a las frutas esta en tema. saludos desde Italia

glazam dijo...

¿Es que también sembró melón? Gracias por este delicioso post.
Besos.

El Machetero dijo...

consegui un sitio donde escribir y como de costumbre me doy una vuelta por los blog y al leer este me he quedado tan enganchado que se me ha ido el tiempo y no puedo hacer mi entrada que ya la tenía pensada....pero es que aqui.... todo está dicho.

PolO dijo...

Lléguense por http://malviviendo.com/
y verán las posibilidades sexuales de un melón, jajaja.

Jeaimelechocolat dijo...

La verdad que ha sido un post muy conmovedor. Tienes que ser un buen escritor para poder hacer una descripción tan detallada. A mí por lo menos me han entrado unas ganas locas de comer melón y eso que todavía no ha empezado el verano! Yo compro una marca que no sé si la conocerás que se llama “melones el abuelo” de Procomel, salen ricos, ricos. Vosotros tenéis alguna preferencia con los melones, los preferís de piel de sapo o de Cantaloupe? Alguna receta con Melón que podaís pasarme? Saludos desde España!

Jeaimelechocolat dijo...

La verdad que ha sido un post muy conmovedor. Tienes que ser un buen escritor para poder hacer una descripción tan detallada. A mí por lo menos me han entrado unas ganas locas de comer melón y eso que todavía no ha empezado el verano! Yo compro una marca que no sé si la conocerás que se llama “melones el abuelo” de Procomel, salen ricos, ricos. Vosotros tenéis alguna preferencia con los melones, los preferís de piel de sapo o de Cantaloupe? Alguna receta con Melón que podaís pasarme? Saludos desde España!