jueves, 31 de enero de 2008

En sus marcas, listos...

Están ahí, al alcance de sus manos, preparadas para influir en sus sentidos, olorosas, suaves, exóticas, listas para salir a flote debajo del enjambre de sus cualidades, las marcas aromáticas, como Clinique, las bikinis Collon y su familia de tangas, boxers, pantys, brassiers, pujando por ganar la frescura que es el listón de ese tipo de artículos suntuosos, llamativos, alegres, sensibles, flexibles...

Están la marcas supersexys que rompen la barrera del sonido en las calles, avenidas, supercarreteras, dejando el monóxido de carbono en el aire para que las veamos pasar veloces con sus dos ruedas estiradas, antiresbalantes, niqueladas, pedestal para que muestren sus ropas los atrevidos motoristas, los paparazzis persecutores, las sirenas de poli, las roarrrrr juveniles, modernas, silenciosas, energéticas, las motos japonesas increíbles, allá vienen las motos de marca... vienen y van.

Las cremas de marca para la piel seca y áspera, que quita las marcas y cicatrices, marca para quitar marcas, aquellas que reafirman la piel, hechas de cocoa, de mantequilla, vitaminadas, la marca Palmer's, que no se pueden comer ni masticar, esa marca para la erótica epidermis, una marca mojada, resbaladiza, anticondónica, curandera con la última fórmula para protegernos de los malvados insectos comedores de piel...

Las marcas extra sudadoras body spa diseñadas especialmente para las personas que quieren atenuar su sudoración o maximizarla que es lo mismo pero al revés, las fajas sauna, para usar con jeans, faldas, pantalones, pantalonetas, con el clásico objetivo de ocultar los glúteos, las nalgas frías de las obesas y calientes de las anoréxicas, venga y pase Ud. y compre su yeso latex, póngase esa escafandra sexual en brazos y piernas y deje en la caja el campaneo del dinero que cae en el regazo de la contadora... por solo $59,95 y un gel afirmante gratis para esconderlo en el baño de la mirada de los envidiosos...

Allá están las marcas asociadas a la American Heart Association, anticolesterólicas, cardiovasculares, cerebrosas, mortales, espaciales, vacías, informáticas, evaluativas, emprededoras y vivas para mantener su salud estable, moderna, diversiforme y nutricional como las recetas de Nitza Villapol, entre Ud. y pruebe una inyección de español.org un antídoto para las mordeduras de víboras cascabel, un repelente para los besos rusos a plena boca, papimamiyo usamos los medicamentos de americanheart porque son los mejores para nuestra $alud... Salud amigos, este es el show de las marcas corazonales de Heart...$alud, $alud... $$$

Muy fácil hacer un daiquirí diferente, un bizcocho de limón, un sándwich de Maggiano's o una bruschetta deliciosa, todo en Wal*Mart Supercenter, un lugar exquisito de pura marca que vende pastelería super para personas que cumplen 85 primaveras y a quienes todavía se le hace agua la boca con un delicioso pastel Wal... El pastel que permite meter el dedo y probar (todo el que mete el dedo huele y prueba) venga a ver su pastel diseñado expresamente para cagar con velitas encendidas una torta de chocolate o de limón (todo el que caga mira) para que el oso Yogui venga a la ventana y se lleve la cuña horneada de Mart, un cake suave, estomacal, enjundioso de merengue, merengoso, suave y cagalitrozo, en los almacenes Mart, esos mismos que vienen después de Lun y antes de Miér, unos alma para que Ud. disfrute y deje su suave dinero antes de salir.

Marcas made in o trade mark para ordenar un asado de ternera con albaricoques, 2 cebollas, 1 diente de ajo, 1 kg. de costillar de ternera con piel, sal y pimienta, 4 cucharadas de aceite, 2 de puré de tomate, medio manojo de tomillo (que es algo parecido a la rúcula o al brócoli), 1 taza de vino blanco, 12 onzas de caldo de ternera y 14 de tomates con lo mismo de albaricoques o damascos que son los mismos albari pero sirios, 1 cucharadita de pimienta verde y media de azúcar... Mezcle todo, revuelva y ya está, aquí tenemos en "Real" lo que Ud. necesita, venga a vernos y le diremos qué marcas llevar, todo envasado, lustroso, perfumado, no cuente ovejitas sino con Buenas Noches de Carmencita, sabor, olor, calor y afecto de la pura sazón española, todo en Real...

Para reducir medidas inmediatamente nada mejor que Squeem, magical lingerie, perfect Touch, suave toque de algodón para acariciar su sexo exterior, llama ahora!, aumenta tu interés con Squeem, con una garantía de 120 días o lo que es lo mismo, todo el mes de Enero, Febrero, Marzo, Abril dándole a su faja corporal un uso atrevido y la faja no se estira, permanece mientras sus excesos desaparecen, bella la modelo con su antes y después, yo uso Squeem, mientras sorbo glamour...

Belleza al día, mirada que seduce, ojos delineados, rescate de piel seca, mucho brillo, me gustas tú y nadie más que tú con Maja, para los labios adictivos, uñas con luz, suero fortalecedor, aroma para ellos, natural y radiante, ponte la mascarilla, a la sombra, superlimpia, va con Ives Saint Laurent, no sé con quién más, Lancöme París absolue masque, yo solo deseo eso de marca, grande, larga, pulposa la crema Olay Daily Facials Intensives, cremosa como caca de vaca, caliente a la carta, plasta que cae del culo del bovino y permanece húmeda, atractiva mientras Ud. mete sus dedos en el pote y se dá banquete...

Bakery, para un sabor excepcional, yo pongo mis 5 granitos con el pan italiano de Publix, venga a vernos en la pura Italia de Leonardo, del Papa, de las putas de la Vía Appia, de los perfumes exquisitos, los zapatos puntiagudos de Five Grain y le daremos el pan en una mesa rellena de textura de pizzas, de helados, y de sabor ciego a lo Boccelli, en el mar, en el cielo dipinto diblú, avena, semillas de girasol, mijo (el hijo de su madre, suhijo), lianza (he dicho lianza no lanza, lianza) y trigo, un pan no de Haller (el científico de Zumbado) sino de Oi, el karateka japonés inventor del pan japonés desodorizante, ADN de negros (ambientador de negros) un pan de marca, un marcapasos... pan en Colombia es el sexo de la mujer, la cuca venezolana, crica de negra, el pan suave, el pan... Yo quiero un pan de Bakery y un aderezo caraqueño, un bollo de Bakery, yo quiero un llobo de Bakery... un pan.

Mejor con Crest, Lemon Ice, ese que fue votado como el sabor favorito en Crest Whitening Expressions, el nuevo sabor a limón que estalla en tu boca como granada de piña iraquí, como siquitraque de fin de año en Berlín, Crest que sube la cresta del gallo de Mariano y se mete en la Jungla de Lam, en la azotea de Portocarrero, en el caballo erótico de Enríquez y rapta el olor a cáscara de limón verde para darnos una sonrisa bella y sana para toda la vida, sin lágrimas al exprimir, sin sudores anales, un limón como el de Ramona Lima, remon laim, Mary limón roe, ella roe el limón con sus dientes de perlas presidenciales, unos dientes kenedyanos y dice borrachita por el micrófono "Ohhh dady" con Lemon Ice, en expressions... solo un paquete, un paquete enervante de un limón cultivado en las sabanas de Mariel a Majana... puafff!!!

Mira lo que ahora tiene Hanes la colección Body Creations, elegante pero sin pretensiones, Aracely Arambula está lista para cualquier ocasión en hanes.com ella te mira mientras entreabre su boca y se rasca la oreja derecha de donde pende un aretón de plata, su ombligo te mira como unicornio, sus ojos verdes te marean mientras los sostenes ajustan su busto, Hanes mira desde la pantaloneta negra de Aracely Arambula, cabello rubio sin pasas de negra, cejas a lo Felicity Huffman, yo quiero Hanes, envuelta en Aracely, digo, quiero Aracely sin envoltura, que me quiten lo bailao, la esquina del pescao, baconao, marianao, taotaotao, el buey cansao con Aracely, una marca de mujer, tiene en su mano izquierda un pulso que se le corre, un hueso que se le sale en la cadera, no vellos, no polución, no dolo, doncella, madonna la Arambula vende Hanes como si fuera maní, cóge tu maní aquí, vamo!!!

Y cientos de miles más, fever shine, saloni, sopa de rape con tomates y almendras, la alopecia no es solo cosa de hombres, tournaround concentrate, l'oréal, chanel, dior, candela cort, naturhouse, lolita lempicka, electrolux, ford, meritene, massana, el corte inglés, yanes (como mi segundo apellido), chaumet, quarella, bodybell, unitursa, puede Ud. escoger estée lauder...

Tengo un amigo que era ponchero en Pinar del Río, se levantaba temprano todos los días del mundo y se iba caminando para la ponchera a su oficio, cogedor de ponches, hiciera frío o calor, fuera invierno o verano, electricidad o no, agarraba su mandarria, sus hierros para separar la goma (el caucho...) de la llanta, agarrar con sus dos manos la goma herida meterle aire dentro y ponerla debajo de la marca de agua de la pileta para ver por dónde salía la gota de aire del hueco del ponche... Sacar la goma ponerle el pegamento, el pedazo de gomita y asarla debajo de la plancha caliente (con electricidad o no...) para suturar la herida y decir luego de echarle aire dentro y ponerla de nuevo en la llanta del carro: "Dame lo que tu quieras mi hermano".

Ese amigo pinareño vive en Berlín y friega platos (ponchero o fregador de platos son oficios muy útiles y nada despectivos, son oficios humildes pero necesarios, yo mismo limpié zapatos de marca Ingelmo y Amadeo, limpié carros Ford, Chevrolet y otros, pulí pisos de losas Fonseca, en fin no lo estoy criticando por lavaplatos, claro) en un restaurante español me dijo un día cuando estaba de visita en casa: "Yo me pongo solo ropa de marca"... "Algo así como Saloni"?... le pregunté: Y me dijo que sí, solo de marca... Y le dije que si se ponía toda la cerámica encima o solo una parte y me dijo: "Toda"...

Abrí los ojos a lo Porcelanosa, atónito como si fuera Unique, más o menos pasmado como Assioma, asombrado como Franck Muller o tal vez Rumbasoul by Swatch, pero nunca Natura Bissé claro, sino más bien Chopard en Happy Diamonds Collection y entonces fue que se me ocurrió decirle en baja voz, cantando más bien, pegado a su oreja sin marca: "Alabado sea el Santísimo Sacramento... te vas a echar encima nada menos que el decorado para mujer de la sala de mi casa"... Y me dijo riendo: "Sí"... Un sí de no entender en qué idioma estábamos hablando.

Claro que la pasamos bien, hojeando revistas de marca, mirando anuncios marcosos, modelos bellísimas, perfumes, relojes expuestos en aquellas tarimas de moda para top models... hasta que se fue de regreso a su casa y me quedé pensando que éramos como liebres, como conejos diminutos de la marca conej.com a los que los perros les caen detrás en esa competencia de marcas, en cualquier cinódromo del mundo, los mismos conejos que oyen después del disparo cuando el juez de línea dice: "En sus marcas, listos... fuera". Y me quedé pensando en esa pacotilla que nos quieren meter en la cabeza a lo Timexpert Lift como si fuéramos Monseigneur le Prince Louis d'Anjou y estuviéramos paseando por aquella calle de París dando de comer a los gorriones hambrientos que no dejaban caer las migajas al suelo y bajo la lluvia fría se iban con su carga preciosa en la barriga a cagarle el despacho nada menos que a Napoleón Bonaparte...

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lunes, 28 de enero de 2008

Andaluces de Andalucía

(Esto fue escrito por "mi viejo" el 29 de Mayo del 2007)

En el Palacio de Medrano que es la sede de la exposición que les voy a comentar, se puede disfrutar de una muestra única: Ataifor Almohade, descubierta en Alarcos (Ciudad Real) que está insertada y expuesta en el Jardín de Al-Andalus, representativo del arte y culura árabe-andalusí y que nos sorprende por la belleza no solo del entorno sino de lo que allí se puede ver y no tocar...

El Ataifor (es como un plato cónico muy parecido al wok chino, una olla resbalante redonda con cierta base que la fija al suelo) es una pieza procedente del yacimiento de Alarcos. Sus grandes dimensiones sorprende, puesto que se ha conservado completo y lo hacen una obra peculiar. Está hecho con cerámica verde manganeso, realizada en pasta rosada. En la parte central se muestra un antebrazo y la palma de una mano derecha con un anillo en el dedo meñique. Tiene varios decorados profusos que se pueden distinguir con rasgos sintéticos y está como labrado de tal manera que no solo es bello sino difícil, imponente.

Lo más sugerente de la decoración que duerme en este ataifor es la aparición de esa palma de mano izquierda que parecen representar un rostro en el que solo falta la boca. Puede que sea una alegoría o un sentimiento de veneración a la faz de Dios misericordioso.

El yacimiento de Alarcos, situado a escasos kilómetros de Ciudad Real, fue ocupado desde la Edad del Bronce Pleno y conoció dos etapas de esplendor: una durante la época ibérica y otra durante la Edad Media... Los descubrimientos pusieron a flote el perímetro exterior del castillo y la gran parte de muralla medieval con una fosa común de una batalla que en 1195 libraron musulmanes y cristianos. Alarcos quedó en poder Almohalde durante 17 años, solo en el castillo, donde estos trabajos arqueológicos han sacado a la luz un barrio de traza islámica... Hay mucho que hablar al respecto todavía...

Pero el jardín hay que visitarlo...para aprender que ajedrez, alfil, almohada, jaque y muchas otras de las que les voy a enviar el listado son palabras de origen árabe que nos hemos apropiado, pero los que las conocen bien son los andaluces mismos, claro que viven en aquella región adonde desde el jueves nos dirigimos. Por eso nos vamos a diferenciar nosotros que no somos de allí pero que jugamos ajedrez, de los nativos... Que nos esperen los andaluces de Andalucía que allá vamos... Qué incultura tenemos amigos y amigas mías... Venir a España para saber que un ataifor es una olla arrocera...

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lunes, 21 de enero de 2008

Los nietos están en la vitrina...

Hoy cuando abrimos el mueble para sacudirlo y ordenarlo estaban los nietos metidos allí, detrás de las copas empolvadas, escondidos en la esquina del traste oliendo a cedro y a tabacos guardados, entre vajilla de plata y cajas para regalos.

Nos habíamos dedicado a buscarlos por todos lados pero no aparecían, haciendo sus juegos de esconderse de la gente para aparecer cuando menos uno lo esperaba, pero no pudieron quedarse callados sino que los descubrimos porque cuchicheaban bajito, hacían los cuentos de los sueños que tuvieron la noche anterior, de los perros que amaestraron, de los gatos que recogieron, de los zoológicos que visitaron, de los patos a los que dieron de comer y ese cuchicheo se escuchaba en casa.

Las travesuras de los nietos no son las mismas de los padres que les dieron la vida, es decir, de nuestros hijos. A nuestros muchachos nunca se les ocurrió esconderse en las vitrinas, en los closets de los cuartos, en la punta de la mata de guayabas, en los cucuruchos y tetas de plátanos plantados. No se les ocurrió nunca esconderse en las claraboyas de desagüe, dentro de los libros de lectura, debajo de la mesa de poner las piezas en el garaje. Nunca fueron tan atrevidos de esconderse entre el follaje del jardín, debajo de los rosales, en los pasillos del fondo ni en los tanques del agua... Ahora allí se esconden los nietos, ululan como carros de apagar fuego, como ambulancias y viajan rápido uno detrás de la otra persiguiendo a las perras cuando salen a correr o a los colibríes cuando van a anidar, allá están encaramados en los cordones del teléfono, en la rueda de los patines, se meten entre los rayos de las bicicletas y sacan la cabeza cuando ya no logramos verlos.

Hoy estaban allí, metidos en la vitrina de las copas dormitando, haciendo el cuento de anoche, acurrucados como si fueran hurones azules o floras de cabello encaracolado, azoteas multicolores que se esconden para salir al sol a que las admiren. Estaban los nietos haciendo señales con las manos, más bien con los dedos de que los fuéramos a encontrar, que los descubriéramos antes de convertirse en mariposas, en palomas mensajeras, antes de pasar por las inspecciones aduanales, por los trámites de chequeo para arribar a los aviones poderosos. Ellos querían que les dijéramos: "Los atrapamos!!!". Así de sencillo, ese era el premio a que aspiraban. Pero cuando fuimos a la vitrina ya se habían ido a otra parte, se habían escondido detrás de los cristales del baño, entre las matas de uñas de anta y flores de vicarias hasta que los divisamos por la forma de moverse de las hojas y el perfume de las flores. Estaban allí acurrucados en el jardín tarareando canciones.

Al menos nuestros muchachos estaban siempre bajo una figura humana concreta, como la mayor a la que identificábamos por su pelo enredado y suelto, que trepidaba como rabo de nube cuando salía del aula y se iba acercando pausadamente hasta que su perfume invadía toda la casa, al hermano no lo esperábamos igual, venía hecho un torbellino de carreras, sudaba buscando el guante y la pelota y se iba de nuevo a jugar al jardín, pero estaban ahí... Sin embargo los nietos están y los sentimos pero no los podemos tocar mucho. Solo un segundo, porque si los tocamos desaparecen y tienden a esconderse en los lugares más insospechados. Anoche mismo, para contarles algo, estaba una debajo de los cojines del sofá y la sentimos cuando molestaba a la perra salchicha queriendo ponerle un cascabel como a los gatos y el otro subido en una torre de metal francesa frente al mismo televisor...

Pero el lugar más curioso donde se esconden es por supuesto los plafones del techo que aumentan la luminosidad de los bombillos ahorradores. Cuando uno se acuesta a meditar sobre algo, a hacer los ejercicios taichí acostado están ahí sentados en el plafón del techo, riéndose de las posiciones de William, buscando conversación o haciendo uno bulla tipo tatatatatá y otra pronunciando una palabra parecida a matuyuyusi, que provoca una risa sorprendente, cómplice, rara y amistosa, una risa contagiosa que nos prueba que están al alcance de la mano pero no podemos tocarlos ni un segundo.

Los olemos pero no los sentimos, los observamos pero no los vemos, los escuchamos pero no los oímos, sabemos que nos miran pero no los tocamos, nos gustan pero no los probamos, están pero no están, sabemos que vienen pero regresan a la vitrina donde hay una cama singular para esconderse, una cama con una enorme hoja verde de cubierta como mástil de barco, una pieza cobertor de felpa clara para taparlos del frío y una alacena llena con helados de frutas para que mitiguen el hambre. Cuando miramos por la ventana apartando las flores del flamboyán enano que está sembrado en el jardín allá están meciéndose en la medialuna de la luna, la misma luna a la que le ladran los perros uno pidiendo que lo carguen y que lo acuesten con su último regalo para dormir y la otra con el mismo juguete de siempre que es el que le hace los cuentos que ella quiere oir, unos cuentos interminables bilingües, extraños, de patos y gansos, de ríos y zoológicos, de caballos salvajes que comen en las manos...

Pero sabemos que nos llaman para que los protejamos, sentimos que sus pasos nos están invitando a salir a los almacenes a beber refrescos, morder galleticas o vaciar hasta el fondo los pomos de compotas. Nos besan con el olor de sus pielecitas como si fueran animales de cariño, no nos piden dinero porque no saben lo que es eso, ni felicidad porque la tienen al ver a su mamita y a su papito y los abuelos no podemos dársela porque tienen mucha y se pueden indigestar de eso. Solo nos piden a veces que los dejemos meterse por las hendijas de las puertas de la vitrina y esconderse debajo de la cama diminuta que tenemos allí, lo mismo que hacíamos nosotros cuando queríamos desaparecer que nos metíamos debajo de la almohada de la cama, rellena de hojas de oca blanca que cuando se desinflaba crujía como nido de gallinas. El único y grande regalo que le podemos hacer y que ellos nos piden es dejarlos hacer lo quieran hacer pero pidiendo permiso...

Pero no solo se esconden en casa sino fuera de ella... Los otros días salimos a visitar familias y sentimos un vaivén en la parte posterior del carro pensando que eran los bujes de los amortiguadores pero no, eran los nietos que se habían metido clandestinamente en el maletero y ahora jugaban al cachumbabé dentro de ese aposento para denunciarse una vez más y hacer sentir su presencia. Cuando botamos la basura llevamos también a los nietos cada uno con alguna hojita descarriada para que aprendan el duro oficio de los recogedores de desechos. Nos los llevamos también cuando cazamos las películas del festival de cine y tenemos que sacarles entrada cuando la sesión lo merita y ponen una de esos largometrajes infantiles, allí boquiabiertos están sentados los nietos mirando la pantalla grande. Y cuando vamos a la bodega o a las tiendas recuperadoras de divisas a comprar lo que nos tenemos que comer los nietos agarran sus jabitas, colaboran en el trasiego y hasta dicen adiós a parqueadores y tenderos en un intento también por destacarse y aspirar algún día que los elijan nietos ejemplares o vanguardias.

A decir verdad el lugar más interesante donde los hemos encontrado fuera de la casa no es en el parque de diversiones como es natural, sino dando de comer a los gatos callejeros, queriendo salvar de los accidentes de tránsito a una que otra viejita que no puede cruzar sola la calle, rescatando perros desorientados o perdidos que no pueden regresar a casa, buscando animales para estudiarlos y ayudarlos a vivir, limpiando aceras, cultivando flores de estación o simplemente mirando obras de arte en los museos nacionales o internacionales... Allí se portan tranquilos, no se les oye risitas ni llantenes, no piden nada sino reciben porque los nietos saben que las mejores obras de arte las tienen en la sala de su casa y en el cuarto de escribir: una plumilla con una calle de Trinidad, un hombre serio con dos dedos en la frente y Madonna mirando sonriente y pícara a cada visitante que se asombra de que esté detrás de aquella puerta...

Los nietos crecen y no los podemos ver, por ahora. Cuántos abuelos como yo no los tienen cerca porque no pueden, no por que no quieren... Hay muchos abuelos como yo deseando abrazar a sus nietos todos los días, agarrarlos de las manitos y pasear por el jardín, hacerles un cuento de hadas antes de dormir, contar bichitos que caminan por el muro... Mientras llega ese beso y ese abrazo real nos contentamos con imaginarlos, imaginar cómo saltarían sus ojos de locura al ver una jicotea chapaletear en una piscina de plástico para ella sola, qué harían al tener en las manos una lagartija verdadera, una rana curiosa y rápida escondiéndose en un nido de plátanos, cuando sintieran caer una guayaba de una mata que se mueva al viento, montar un caballo y acariciar sus crines... mientras ese momento llega nosotros estamos cabalgando con ellos, buscándolos sabiendo donde se encuentran, ahora saltando sobre las losas del techo, bajando y subiendo las escaleras de una canal imaginaria, haciendo globos multicolores de jabón con una flauta de calabaza, volando papalotes o mirando cómo bailan las olas del mar encaramados sobre el muro del malecón... Los llevamos encima sobre los hombros, dentro de la cabeza con dos fechas como brújula para orientarnos dónde están cada uno de ellos: un 5 de Mayo y un 17 de Julio.

Cuando tocamos con un dedo el 5 aparece el varón y cuando lo hacemos con el 17 la hembrita, porque aparte de su interés por esconderse esos nietos lindos que tenemos se convierten a cada rato uno en la otra y viceversa queriéndonos engañar. Pero no pueden porque ya sabemos el supuesto truco de sacar conejos de un sombrero de copa: ellos nacen dentro. Así que los magos lo único que hacen es la operación con las manos, verdad?

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miércoles, 16 de enero de 2008

La giba del cebú...

(Este relato me lo envió mi papá hoy para su publicación en el blog de Yvette, Love is the drug, quien esta semana dedica un espacio a historias sobre maletas. Lo pego aquí también...)

El animal estaba allí paseando por entre las hileras de bejucos de boniato sembrados sin darse cuenta que lo estaban observando. Se paseaba orgulloso de su giba (la corcova en el lomo), de su mansedumbre y de su condición de cuadrúpedo. Es difícil quitarse de encima una voluminosa carga de cebo como esa. A cualquier lugar donde usted se dirija digamos va la giba con uno. Y el buen buey lo sabe. La giba es como un recuerdo genético de familia. Nadie escoge la giba con la que le tocó nacer, como tampoco el día en el que le toca viajar de donde no se puede regresar o familia en la que le tocó crecer. De tal giba tal mirada de buey, de tal recuerdo tal persona según le gustaba decir a Michelet sobre todo en sus escritos libres...

Pero no vamos a hablar de genética sino de maletas... Esa giba poderosa que llevamos encima, con la que nos criamos y que difícilmente podamos desprendernos de ella es nada menos que una maleta, tal como la del cebú. No es un rectángulo con ruedas, ni un baúl encorvado por encima, ni un morral para llevar a la espalda, ni una jaba desechable, ni un saco de yute, ni un cartucho, ni un maletín de mano. Es la señora maleta, seis piezas de madera con una asa en el techo, un par de metales con orificios donde ponemos el candado y un letrero que diga: Epifanio González Rivera, Grupo 2, Albergue "El 41", ESB "Simón Bolívar". Una maleta de madera para llevar de todo, un maletón resistente a los golpes y al bamboleo, un aparato que puede convertirse en marímbula musical, en caja para tocar rumba, en asiento, en mesa de dominó, el almohada, en vitrina, en almacén... en cariño para guardar en un atrio, allí donde el polvo hace silencio.

Allí estaba la maleta abierta como si estuviera esperando que la alimentaran, con su tapa de cerrada, apuntalada, diseñada para seguir, pintada de verde o carmelita para ser diferenciada, económica, estilizada, cariñosa, inmaculada, una maleta vírgen que iba a graduarse en cada trabajo voluntario de la escuela al campo, recorriendo campamentos, entrenada para subir a los camiones, entongada, maltratada por los agencieros espontáneos, allí olvidada, con el anuncio en letras de molde del propietario encima... Una maleta aspirante a ser condecorada, olorosa a jabones, cargada con lo que debe llevar un campista moderno para poder sobrevivir a los avatares de la incertidumbre, fuera de la casa de familia, del calor y el beso de la madre antes de que se cierren las ventanas de los ojos por la noche.

Una maleta con su vientre gestado por un tubo de pasta dental, dos jabones (de olor y de lavar), las chancletas (no se te pueden olvidar las chancletas), una gorra, dos camisas, dos pantalones, cuatro camisetas, cuatro calzoncillos, un nylon con galletas, turrones de maní, un guante de béisbol, una pelota poli, un bate de aluminio (para amarrar por fuera a la maleta), dos cuerdas de guitarra, una libreta, dos lápices, un sacapuntas, un lapicero, un sombrero, un cuchillo pequeño, una cuchara, un jarro, un abridor, cuatro pares de medias, un par de zapatos de salir, un par de pañuelos, un perfume de bebito, un desodorante, gárgaras para la garganta, pastillas de aspirina, una cucharita, una tacita, la foto de mamá, la de la novia, un periódico viejo y papel higiénico, sal por si acaso, un pomo con azúcar, otro con miel, un tenedor, el osito para dormir que no lo vean, un espejo, cuchilla para afeitar, una brocha, una máquinita de afeitar para mi único pelo de la barba, un condón, palitos para tender, una soga, un mosquitero, ddt en un spray, ambientador, un sombrero, un par de guantes, dos perritas de juguete, un libro, una pluma, esparadrapo, gasa, yodo en un pomito, polivimit, jarabe para la tos, un ventilador (se lleva en la mano), un radiecito, un florero, un cuadro de pared, un payasito, otra pelota de goma, un martillo, unas puntillas, las pantuflas de dormir, una pijama, una colcha, una sábana, una almohada, una funda, una caja de fósforos, una vela, un abrigo...

Algo se olvida siempre de meter en la maleta... el beso de mamá, el abrazo de papá, una lima para limar, un machete, una soga, aceite para el pan, tomates de ensalada... La maleta es un almacén de tiendas recuperadoras de divisas. Alguien debe haberla inventado ante la necesidad de irnos de la ciudad al campo más a divertirnos que a trabajar... un disco compacto, lápiz labial, una tohallita, una trusa... tiene que ser una madera más bien fuerte y liviana al mismo tiempo, cosa de que cuando la tiren descomunalmente encima del camión, rellena como va no se le abra la barriga como si fuera calabaza tierna... una goma de borrar, una escoba, un cinto, un reloj despertador, un tiraflechas, una muñeca, un par de claves... que tenga un buen cierre de candado y que las llaves no permitan abrirla con cualquier pata de cabra... chocolate, huevos, galletas de soda, palitroques, una barra de dulce de guayaba... que sea identificable a simple vista, que no se le borre el nombre fácilmente, bien clavada para que no se le salgan las puntillas... unas curitas para los pies, un pomo de alusil, un cortador de uñas, los espejuelos negros, la boina para por las noches, betún para zapatos, un pañito, el cepillo, tinta negra y carmelita, lápiz para los labios en el invierno, una sombrilla... una mirada dentro como si guardáramos la esperanza.

La maleta tiene que darlo todo, sin pedir nada a cambio. Debe ser servicial, personalizada, lo suficientemente cumplidora para no querer regresar antes de tiempo lo que significa ser sacrificada, humilde y disciplinada, discreta, dispuesta y capaz. La maleta es ese compañero y amigo que va con nosotros arrastrada sin quejarse. Es el recuerdo que llevamos encima, como la giba del cebú, la herencia a la que nunca renunciamos, la maleta concentra la nostalgia de cuando algo fuimos, de quiénes fuimos y dónde estuvimos... "Yo estuve en el Campamento No. 1 en San Luis, en el albergue de la derecha" y allí conmigo mi maleta. Aquella misma que me hizo mi padre, la que me prestó fulano de tal, la que yo arrastré, subí, bajé, metí, guardé, cerré y abrí, la que nunca olvidé, aquella sobre la que hoy vuelan mis recuerdos y aterrizan encima de ella misma, la inolvidable maleta de las despedidas y de las visitas, la que no se me perdió, la que siempre estaba allí, la que duró, la que nunca se fue, la que paseaba sin penas y con glorias, la condecorada, la vanguardia, el maletón del Caballo de Atila, la que no se dejó pintar de otro color que no fuera el verde claro, la que tenía un forro de papel de regalo en el fondo y uno de tela de maleta de viaje como contratapa para meter las fotos, el carné de indentidad y las cartas de la novia...

A tal maleta tal carácter, a tal recuerdo tal inspiración... Por eso debemos decir aquí que junto al monumento al huevo, al chícharo, al pan de cada día deberíamos ir pensando en hacerle algún homenaje a la maleta, esa que ya se ha conformado con no irse del garaje, ni siquiera de la casa, la que no se ha vendido, ni se ha podido comprar, esa que se fabrica con un solo objetivo: acompañar al dueño a la victoria del regreso. Una maleta tosca pero bella, muda pero parlante, capitalina pero del interior, una maleta que no te grita sino que te susurra, que no te impone sino que te invita, una maleta solidaria que sirve hoy de despensa para todo el albergue y mañana también, una maleta alegre y triste, pequeña e inmensa, sucia pero limpia, hecha de polvo de caminos y de perfume de jardines, una maleta que no se puede olvidar tan fácil.

"Allá viene Epifanio, lo sé por su maleta". La trae para mostrarla o buscarla en el lugar donde la tengan pensando siempre en aquel animal al que seguro dice: "Hola cebú, tú nos puedes decir cuán orgulloso estás de esa maleta que llevas encima?".

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martes, 15 de enero de 2008

El Triángulo de Las Bermudas

Esa figura geométrica formada por tres líneas que se cortan mutuamente, pariendo tres ángulos, que tiene un área igual a la mitad de un lado por la altura correspondiente, ese equilátero (de tres lados iguales), isósceles (dos iguales), escaleno (los tres desiguales), rectángulo (el que tiene un ángulo recto), esa porción de la superficie de la esfera limitada por tres arcos de círculo máximo, ese instrumento musical para hacer tilín en las orquestas sinfónicas, el triángulus (del latín) nunca pensó que un día sería tan famoso aparte de los cálculos antiguos y modernos (Pitágoras y su tetractis...) que llegara a ser ese lugar donde se pierden los barcos y la gente, se desconciertan los relojes y se desvían los aviones, ese ámbito en las Islas Bermudas del Atlántico al noreste de las Antillas, nunca pensó en ser tan triangularmente nombrado porque hasta allí van algunos a riesgo de perderse en el mar embravecido para llegar a la tierra que los vio nacer, así mismo, hacen un triángulo increíble o un rectángulo o un sexágono para meter sus narices y con ellas todo el cuerpo en el territorio de este archipiélago (este piélago superior, preeminente, muy de todo y de nada) pariente de los arcángeles, arquetipos, arzobispos y arciprestes, archicofrade, archibruto, archidiácono, archidiócesis, archiduque tocando su archilaúd, en el archivo.

Un periplo alrededor del mundo que vivimos y conocemos, que es el mundo redondo que tenemos, un mundo puntiagudo y rectilíneo, curvo, equidistante, geométrico y geofísico, geopolítico, el mundo mundano del periódico El Mundo, el mundo nuestro que llevamos a cuesta como amores perdidos, como nostalgias y azahares prendidos al cuello invisibles, que sorprende al que pasa y nos dice: "Ustedes están hablando en español?... ustedes mismos están hablando en cubano?" y nos obligan a virar escaleras abajo para verles los mismos ojos que tenemos, como en un espejo ver aquellos ojos viejos que nos miran descubriendo lo mismo que descubrimos: esos ojos son de algún lugar trianguloso pequeñísimo de donde somos todos, los nacidos y los que están por nacer... de un triangulito donde desaparecemos y volvemos a aparecer, un tres lados que son uno para salir, otro para trampolinear y otro para llegar...

Vamos a ver que salimos de algún lugar y triangulamos pasando por otro en el que ni siquiera pernoctamos, del cual ni sabemos como puede ser pongamos por caso Acapulco, Bermudas, Cancún, Chad, Dawson Creek, Egipto, Fidji, Golfo de Omán, Haiphong, Iquique, Jakarta, Kagoshima, La Meca, Llullaillaco, Macao, Naduru, Onitsha, Patuca, Quelimane, Rabat, Sajalin, Tegucigalpa, Uadi en Natrun, Valladolid, Wismar, Xai-Xai, Yaroslavl, Zimbabwe, para picar allí como pelota de béisbol y seguir, un bounce (un bauns de Mitsuno o de pelota de trapo...) breve para seguir rodando y parar nada menos que en Guemado de Güines, en El Cobre o en Arcos de Canasí... Un periplángulo, un remolino de viaje, que saquemos pasaje para ir a Kagoshima y estar allí sin poder hacer nada ni siquiera kantar, estuve en Kagoshima y no pude cantar, metido en aquel baño haciendo cálculos para saber cuál es el área de un triángulo sin poder ni cantar... Y tú dónde has estado para venir?... Yo estuve en Kagoshima, treinta minutos, me fui en un Jet particular viajando a favor de la ventolera del mar y me bajé, pedí un café y quién tu crees que me lo trajo caliente, amargo, fuerte y escaso, un cubano que vive en Kagoshima, me dio un abrazo y se echó a llorar...

En Etiopía vive una cubana que se fue y casó con un etíope allá por los años 40 del siglo pasado y en medio de tantos negros cubanos me saludó y me dijo: yo te conocí por los ojos. En Australia hay un cubano igualito a todos los australianos que se sabe que es cubano porque cuando habla no hay quien le pueda atar las manos, si se las atan no habla. Hay un cubano en Vietnam, en Egipto hay un cubano, una comunidad cubana en Venezuela, en el Principado de Mónaco (una cubana allí dando clases de matemática cibernética), hay un cubano en Ciudad Real (España) haciendo una tesis de doctorado y otro en Suecia, en Rusia, en el polo norte un cubano viviendo en un iglú, los cubanos están regados por todos los lados y solo piensan en una cosa: hacer cálculos un día para ver cómo y cuándo y por dónde venir hasta la guardarraya de su casa.

Son cubanos de todas las generaciones, de las que ya están viejas y de las que están nuevecitas, esas que no conocen que para saludar a otro lo primero que se hace es pegarle un beso en una mejilla, estrujarle un hombro con un apretón de dedos, dar una palmada en la espalda, decirle a toda voz: "Coño compadre, qué sorpresa!!!"... Ese que habla en voz alta tiene que ser cubano, el mismo que parece que está bravo con alguien, pero no, lo que está haciendo es hablando de pelota, en la pelota se diluyen todas las corrientes políticas e ideológicas, ese que dice "tengo unas ganas del carajo de meterme en un estadium", el que oye la música y tararea algo, el que no sabe bailar pero hace el intento al menos con los hombros, ese que viene haciendo escalas de aquí pallá, de allá pallá, sin mapas como las palomas mensajeras, él no sabe donde queda Xai-Xai pero sí sabe llegar hasta Morón, un cubano real que hace un viaje mental, en cigarreta, en balsa, en Jet, en avioneta, en globo, en alfombra, en trasatlántico o traspacífico, en lo que sea, pero llegar, ver de cerca un dominó, cagar aquí, gritar llegué y comer un tostón con arroz blanco pero aquí, volver, no importa cuándo, no importa si nos miran como ave rara en Kingston, en Nassau, en las Islas Caimán, no importa, allí vamos, mejor directo sin triangular, pero si hay que
rectangular rectangularemos, como aquel que hizo el periplángulo por seis ciudades hasta Berlín para terminar en Varadero, con el trampolín para seguir hasta Holguín con una bicicleta metida en una caja de cartón y que te dice: yo lo que quiero es llegar... Y cuándo te vas?... Lo mío es llegar, aunque regrese al otro día... En el fondo yo no me voy, nunca me fui, yo estoy allá en la estepa rusa pero estoy aquí... llegar para llegar...

El que llega es como si apareciera, como si lo dieran por muerto y resucitara y al llegar al barrio la gente le gritara al otro (o se lo dijera bajito al oído): "Tú sabes quién está aquí?... Chuchito, el hijo de Isolina..., vino y se vuelve a ir y trajo una urnita con Isolina dentro para soplarla en las lomas del Escambray". Porque aquí en la casa se pierden los apellidos y el nombre y lo único que nos queda es el apodo, Chuchi, Chacho, Goyito, Virito, Mano, Panchito, oye vino Chorrito, vino Huevito, Cachito, Manita, Cuquita, Pellita y no "vino el Señor Fernández", sino "Guataca", "Estopa"... aquel socito al que pusieron "Estopa" porque siempre estaba con una estopa en mano y por lo tanto, le pusieron "Estopa"... y la gente lo agradece, que le digan "El Pecoso" y no Mr. Rodríguez, sino "Peque" como si nunca se hubiera ido.

Un viaje de un solo segundo mental alrededor del mundo que suene algo así como tuissssss, rápido sin mapas, sin nombres o apellidos, incluso sin apodos, infinito como el número, finito como el triángulo tres ángulos, un viaje al centro de la redonda, un viaje submarino, volátil, aeróbico, multipropósito, un viajecito para
ver a los perros, pasarle la mano por el lomo al gato que se quedó maullando cuando nos fuimos, un viaje a ver un viaje para ir a recoger guayabas debajo de las matas, oler estiércol de mulo debajo de los cocoteros, tocar una palma hueca para ver cómo salen volando los cateyes, las cotorras, los periquitos, oir por tres minutos un sinsonte cantar, que nos despierten los domingos temprano en la mañana con esa voz que a veces extrañamos; "Ambientadooooor"!. El adn, el ambientador de negros, ver cómo pasan por la acera orondos, bailando cuando caminan todo en cubañol, asere, socio y monina, muñanga abacuá, changó, yemayá, obbatalá, un collar original y luego una fiesta en la casa con lechón asado cubierto de congrí... y una buena yuca con mojo blandita para comer con los dedos.

Qué periplo Vírgen Santa para volver y también para irse, qué trabajos nosotros que ayer estábamos discutiendo lo referente a eliminar las fronteras y con ello los pasaportes, agarrar por una calle, sacar un pasaje gratuito, un avión, una lancha, un portaviones, un dirigible e irnos a visitar digamos al hermano que tenemos en La Isla de Pascua o allá en Viliuisk que queda en el mismísimo carajo, con un frío de madre allá vive un cubano mi hermano que se casó con una rusa y ahora tiene tres hijas "jabás", con bemba de negro, oreja de rusa y piel de allá, altas como si fueran palmas reales, que no saben decir "coño" todavía, tres raras especies de jirafas humanas bellas hermosas amantes metronidazolmenses y una rusa que no habla español sino rusñol pero que siempre está preguntando: "Y dónde queda esa playa de Baitiquirí?" en rusñol por supuesto...

Andrés "El Negro" no piensa en otra cosa que pescar camarones, sacarlos así como vienen dentro del agua, hervirlos hasta que se pongan rojos (cuidado esa palabra, rojo por dentro y verde por fuera, melones) para comerlos hirviendo con mayonesa hecha en casa. Y beber mucha cerveza dispensada hasta que se le salga la espuma por los huecos de las orejas, le quede el cerebro nadando en cerveza y cuando sienta abrirse el refrigerador saber que le va a entrar la nostalgia por el frío, por sus jabaítas y se vaya a la estepa helada a pescar abriendo un hueco en la nieve, en el hielo, como si estuviera en una fábrica de hielo aquí...

Porque el asunto no es de mirarnos a cada rato o espulgarnos como los monos, no se trata de eso, se trata de pensar de dónde venimos, adónde vamos y qué somos. Como que para eso no hay respuesta acertada todavía lo mejor que nos puede suceder es que cerremos un segundo los ojos estemos donde estemos y nos imaginemos por un segundo que estamos comiendo mierda en el malecón viendo nalgas pasar o socios de escuela, de esos que todavía cuando los abrazamos tienen encima olor a pupitre. Así de complejo es eso del Triángulo de las Bermudas... Digo, es lo que yo pienso...

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lunes, 14 de enero de 2008

Cosas, dinero y amor (Monólogo para turistas)

Existen cosas más importantes que el dinero, pero cuestan mucho, me dijo un amigo que tiene de todo y le falta lo mejor: su perro no lo quiere. El pobre, trata de rascarle su lomo hirsuto (erizado, crispado) cuando se le acerca pero nada, el perro arranca, se va corriendo y por nada del mundo se le acerca de nuevo. Y mira que el tipo le compra hasta palitroques para perros, de los que venden en las shops...

La cosificación se está convirtiendo en una ciencia. Otros dicen que es un arte. Mientras los científicos siguen investigando hay gente que acumula la materia de tal manera que al entrar en una de esas casas de familia uno siente un aturdimiento raro, como el que siente mi amigo cuando se dirige a rascar al perro y este se manda a correr como Juantorena. Allí hay de todo y sin embargo les falta algo... que no pueden tocar.

Aquí en el archipiélago (una piel que es más que piel, una piel superior) se da lo que decía cierto filósofo que era una contradicción: la cosa es y no es al mismo tiempo. En ocasiones tienes los bolsillos cargados de dinero (raras ocasiones, por cierto) cubano no convertible al que llamamos pc o del otro convertible (como los carros-coches convertibles descapotados de antes) al que llamamos pcc y que oficialmente se denomina cuc (chavitos, que es lo mismo), divisa, dinero de verdad... pero no consigues cosas. Y en ocasiones las tiendas shops están abarrotadas de cosas pero no tienes dinero. Los pc son patriotas editados y sonrientes que no pueden entrar en las tiendas recuperadoras de divisas a las que hemos puesto por nombre shops (ir a la shop, shopear, shopinizar, shopping, shop ping), entran pero no pueden comprar. Los pcc (la divisa, claro), entra, compra y nadie sabe qué patriota lo hizo... solo en ese cambalache cotidiano la gente se fija en el número del billete. Si la cuenta es 8 y dí uno de a 10 (divisas, claro) me tienen que devolver 2... Una cuenta exacta sin la identificación de algún patriota. Si me dan por vuelto billetes no tengo problemas, pero si me dan menudo... Oye, tremenda confusión confusa, fusa y semifusa, como si estuviera Mozart tocando el piano.

Pero cuando en el agro (se compra en pc, pesos cubanos simples, muy patriotas por cierto) si la cuenta es 8 y pagas con un Máximo Gómez (10) te devuelven 2 Martí (o en billetes o en moneda de metal que la gente llama morrocotas). Compadre, dame dos morrocotas para pagar el cuarto de mear (el baño, claro que es en morrocotas) o el parqueo del coche (esa palabra aquí no se usa, es propia de personas que vienen como turistas desde nada menos que España, nuestra madre Patria, no es verdad?), del carro, que uno puede pagar en divisas (pcc, claro) así que estoy parqueado viene el parqueador que tiene un pulovito de Havana Club y le doy dos (2) morrocotas o una monedita intur shop de 10 centavos pcc que es lo mismo y el tipo me dice después que la vé en la palma de su mano y comprueba que no le he dado una tuerca, una arandela u otra cosa parecida: gracias compadre, mi trabajo es usted. Y te espanta una sonrisa shop en la cara o una morrocotisa que es la sonrisa de las morrocotas. Así es la cosa... claro? Estoy utilizando la palabra claro no como muletilla sino porque en estos trámites ecofinancieros hay que estar bastante claro... Claro?

El asunto se complica cuando te pagan un pasaje a uno que recoges en la calle y que "adelantas" hasta donde tú te diriges. Te paga con dos (2) billetes pc de a 5 (Maceo) o dos monedas de 25 centavos pcc, vírgenes, sin patriotas que es lo mismo. Pero si el pcc (la divisa, está claro) está a 25 para comprarse (CADECA tiene la divisa y tienes que dar 25 pc por un (1) pcc), entonces te ha pagado algo raro porque 2 billetes de a 5 no son dos monedas de a 25. Saquen la cuenta, diez no es la mitad de 25, si te pagan con divisa te han pagado 12 pesos cubanos y medio = 12,5, la mitad de 25. Pero 2 billetes de a 5 pc no son la mitad de 25. Ahora lo tienen más claro? Un acertijo, un trabalenguas, claro que uno prefiere que le paguen la carrera con dos monedas de a 25 centavos pcc que 2 billetes de nuestro Titán de Bronce por la sencilla razón de que estos billetes entran en las TRD (Tiendas de Recuperación de Divisas) pero no compran. Y las otras sí, entran y salen, compran y se quedan o no compran y vuelven contigo a comprar digamos más tarde... Un acertijo que se aclara cuando uno se estudia a fondo el primer tomo de El Capital de Carlos Marx... en lo referente a "La mercancía: valor y valor de uso".

Pero la gente sigue acumulando cosas a diestra y siniestra. Intercambia valores (que es intercambiar trabajo pretérito y actual) porque el dinero es también una mercancía que se compra y se vende. Yo tengo un valor (5 pcc) y necesito un valor de uso (un litro de aceite de girasol que cuesta más o menos 2,20 pcc), doy el valor y me dan el valor de uso y un vuelto (2,80 pcc). Si vengo una mano de plátanos (valores de uso esos platanitos) y me pagan 10 pc por 10 platanitos, doy un valor de uso (platanitos) y me dan un valor de cambio, 10 pc, un reluciente y serio billete Máximo Gómez, aquel mismo dominicano ilustre y bravo, valiente y osado que dijo un día: Los cubanos o se pasan o no llegan.

Observando nuestro mercado (allí donde se intercambian las mercancías y donde se realiza la oferta y la demanda, en fin allá donde va la gente a comprar lo que necesita o lo que se le ocurre) en los agromercados hay menos cosas que en las shops. Las shops son esas ballenas que llevan dentro un Jonás envuelto en nylon, todo prensado y pesado, etiquetado, marcado con una barra tal que cuando pasa por la caja hace tuisss y la pantallita te dice lo que debes pagar y lo que te tienen que devolver... Los agros, agritos, agriticos y agrotes son esos animales que tienen la tierra dentro y la naranja por fuera, limpiecita de manera tal que cuando la agarras te confundes y te llevas la tierra y te birlan (te desaparecen, te cambian) la naranja. Las cajitas tuisss no existen en los agros, son cajas ogros, en las que desaparecen tus patriotas perdidos debajo de tanta tierra y se te pierden, no regresan victoriosos de nuevo mientras los productos se esfuman en los calderos shops, dentro de las ollas tuisss, en los estómagos sssiut. Las shops tienen muchachitas chic, con sonrisas dientsss mientras los agros tienen negros zzzzoooooc socotrocoschoc, terracotos, terrícolas, terrosos, terremotos y tercos como burros de carga. Son hermosos estos negros, pero brutos, recontra! Qué brutos son!!! Se quedan con la naranja y me venden la tierra...!!!

Pero volvamos al asunto que nos ocupa... Podemos acumular acelgas, aceite de girasol, coles, muslitos de pollo, rábanos, pechugas de pavo, boniatos, quesitos en lascas, carne de cerdo, carne de rés, turrón de maní, salsa de tomate, malanga isleña, picadillo de pavo usa, frijoles negros, desodorante, tomates de ensalada, detergente fino, vinagre a granel en bolsitas, refrescos de latica, lo que Ud. quiera señor o compañero, por favor su ticket o salga por esta puerta, allí tiene su tohallita sanitaria o su cuarto de mear, nosotros no ofertamos productos de nulo movimiento o aquí lo más importante es usted, sonrisas a menudeo o cambio con tierra, cualquier cosa, usted se lleva para su casa o una bolsa o una jaba, rellena de cosas mientras se queda en aquella tarima sus pesos patriotas o en las cajas modernas sus pesos convertibles vírgenes despatriotados... Pero con cuál de las cuatro monedas que tengo en la caja de Tomás Moro las voy a comprar? Cuánto me devolverán por esa operación sencilla de entregar un valor y adquirir un valor de uso? A cómo me cambian hoy el dinero con que tengo que comprar lo que me tengo que comer? Eso no lo sabemos, no lo sabremos nunca, nosotros lo entregamos y se escapa el dinero, se va en las manos del parqueador, del negro, de la señorita para escapar después y meterse en las manos de no se sabe quién... Con qué moneda te voy a comprar las flores para regalar en el aniversario de bodas?

Y con los besos, qué?... Cuánto valen los besos de un muchacho? De un nieto? De una nieta? Dónde podemos ubicar el mercado de besos? Cuánto pesa en una balanza una beso que te suene una nieta en el cachete, un beso mojado y cariñoso, un beso de labios, lenguado y con dientes, dentado? Cuántos besos caben en un kilogramo, en una libra de besitos lindos, apuchurraditos, chasqueaditos o lasqueados, besitos tosquitos, o suavecitos? Con cuánto dinero saldremos hoy en los bolsillos para encontrar unas onzitas de besitos, con sabor digamos a helado de fresa? Y los abrazos? Cuántos abrazos ricos por un euro? Quién dá más, señoras y señores? Entren señores, caballeros, damas, niños y niñas, viejos y viejas, mujeres y hombres, hombres y mujeres, adultos, imberbes, nacidos, nonatos, entren viejitos cagalitrocitos entren a dar besos y a llevarse las jabas de abrazos gratuitos!!!! Ah, esos abrazos y besos!!! En cuál mercado? En este mismo palacio de familia? Están rebajados estos besos, señora? No, regalados. Yo se los doy y Ud. me los dá, sin que medie el valor de cambio, salvo que Ud. quiera pagar mil millones de euros por un beso. Un solo beso nada más! Qué va! Mil millones de besos regalados más!

El asunto se complica cuando queremos comer o merendar... No podemos merendarnos un beso, un abrazo de desayuno, una pastilla de vitaminas de besos, un quintal de besos, una tonelada de abrazos, de chiqueos, de palmaditas, una arroba de apretones de manos. Nos pasaría como a cierto personaje que cuando nos vayan a rascar el lomo nos pondríamos fuera del alcance de sus uñas... Tomar el té de besos de las 4 p.m. Parece que el amor está en contradicción con la oferta y la demanda. Todavía no han embotellado el cariño, menos mal. Imaginen comprar una botella de cariñitos y beber a sorbos durante todo un día. Vaya, coge tu cariño aquí! Vamos! Un cariño despersonalizado.

En la misma medida en que crece la compra de cosas, debiera crecer la entrega de besos. Unos besotes desmercadolizados, gratuitos, expuestos para escoger en cada tarima de cualquier esquina. Aquí, besos robados. Besos desparramados, desnudos, bañados, perfumados, olorosos, afeitados y envueltos para regalo. Besos y abrazos desmercantilizados, a crédito, besos al entrar en los museos, besos escondidos en los baños públicos, en los cines oscuros, en los lugares menos pensados, besos y abrazos en los encuentros con los que viven alejados, besos encontrados, besos turísticos rebanados, achatados, limpios y ordenados, besos entongados, una escalera de besos organizados, planificados, controlados, orientados y desparramados... Besos básicos y dirigidos, besos por la libreta y liberados. Unos besos y abrazos que nos hagan crecer las pestañas de nuevo, que nos quiten las arrugas de los codos de ambos brazos, que nos achiquen las orejas y la nariz, que nos oculten la celulitis, unos abrazotes verdaderos que no nos hagan pensar en cuánto nos costaron sino en cuánto agradecemos, una simple mano en el hombro que nos diga compadre, cuánto te extraño, una mujer que te abrace y te diga bajito al oído, amor cuánto te amo!...

En la misma medida en que crecen los besos debía ir creciendo la desaparición del dinero, la extinción del estado y de las elecciones, la posible descosificación de la gente, la desaparición de las maldades, de los falsos valores, debíamos elegir una asamblea constituyente donde las sesiones comenzaran con una reacción en cadena de abrazos y besos, donde se eligiera a su vez un consejo de estado de besos y abrazos y se tomara un acuerdo, uno solo: declarar el día internacional del abrazo y el beso, elegir a su vez a un presidente del beso y del abrazo, un tipo que estuviera todo el día con los brazos abiertos dando abrazos y recibiendo besos, que no hablara, que no propusiera nada, que no hiciera otra cosa que besar y abrazar y si es mujer mejor y joven supermejor, para salir a la calle y besar a cualquiera, a cualquier animal, a cualquier persona, a cualquier chofer de metro, a cualquier podador de césped, a cualquier zapatero remendón, a cualquier poetisa, a cualquier bailarina, a cualquier ujier, a cualquier doctor, a cualquiera pintora, a cualquiera top model, a cualquier pianista, a cualquier profesor o profesora, a cualquier jubilado, entrarnos a besos y abrazos hasta caer rendidos en un mar de lágrimas y de risas y de besos hasta que se nos descuarejinguen las manos de tanto abrazar y se nos destornillen las vértebras de los calcañales de tanto besar... Todo eso debiéramos hacerlo ahora mismo. Entrarle a besos a la primera mujer con la que nos tropecemos. Esto debiéramos tenerlo bien claro... Amén.

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sábado, 12 de enero de 2008

Petróleo, dinero y amor...

Parece que el amor nos sigue persiguiendo... y el odio se bate en retirada. Una lucha tenaz contra el olvido (porque según algunos ese el amor fue el primer sentimiento verdadero que perdió la humanidad) y contra el rencor en la que sale vencedor el sentimiento perdido y se pierde en el polvo de la nada ese otro que ni su nombre quiero repetir. El odio derrite, el amor no acaba. La furia nunca es sublime, pero el amor sí. La violencia es instintiva, el amor no. "La miseria pasa, la deshonra no" escribió Martí... El dinero es todo lo contrario del cariño ya que como hemos visto no podemos saber cuántos kilogramos de besos puedo comprar (besos verdaderos, claro) con un pcc (pesos cubanos convertibles= cuc, qué cosa es CUC?... Yo no sé!)... o con un pc (pesos cubanos) o con un usd (fulitas, digamos) o con un euro (oiro, no me gusta mucho esa palabrita...), no podemos señor, no podemos.

No sabemos cuántos besos de niño o de niña se pueden comprar, porque los besos no tienen precio. Y no sabemos bien tampoco por qué los pesos convertibles están en la calle a 23, en CADECA a 24 (tengo que recordar que CADECA son las siglas de Casas de Cambio) y a 25 pesos cubanos (pc) si Ud. los quiere comprar... Hoy el euro estaba a 1,3227 pcc en los bancos de aquí pero esa conversión no es la misma de la que hay en Berlín, París, Londres, New York, Tokio o Madrid... porque estamos hablando de una conversión diferente: convertimos el euro en pcc y éste en usd... y en esos lejanos parajes yo no sé lo que se hace. Qué lío, madre mía!!! Ellos con una bolsa de valores y nosotros con una bolsa grandísima de problemas... Já!

Digamos que yo tengo 2 usd de señuelo, de imán, en mi cajita de Tomás Moro... Pues tengo nada menos que 1,60 pcc o lo que es lo mismo 38,4 pesos cubanos de esos mismos con los que Ud. puede comprar una libra de carne de puerco (cerdo, macho) en el agromercado (de pesos cubanos)... Así que no sabemos ciencia cierta a cómo está ahora el petróleo, el euro, el usd pero sí sabemos que un mazo de zanahorias nos cuesta 6 pc, que uno de cebollas 10 pc, que un paquete de palitroques 5 pc, turrones a 10 pc y malanga 3 libras 7,40 pc... Mis dos usd convertidos en zanacebopaliturromala, algo que debemos tener en cuenta. Qué rica está esa ensalada!... Estamos hablando de dinero, porque el cariño con que te venden las cosas esas muchachitas del agro tampoco tiene precio...

Con el petróleo pasa algo parecido a la trifulca entre el amor y sus contrarios enemigos irreconciliables, el líquido negro se ha convertido en un saltador de alturas a lo Sotomayor (El Príncipe de las Alturas) sobrepasando ya la varilla por encima en ocasiones de los cien (100) usd. Tenemos en cuenta que el usd ha ido en picada por lo que no es lo mismo un (1) usd de 1870 que uno actual. Yo tengo uno de esos, de plata que quisiera vender a ver cuánto me dan por él. Una onza de oro vale hoy un poquito más que ayer y si es de la escafandra de algún faraón (el niño Tutankkamón) mucho más porque vale no solo lo que pesa sino lo que representa. Tengo un amigo del alma que vale lo que pesa en oro... decían los viejos de antes. Yo tengo detrás de mi casa un lugar de sorpresas con una inscripción que reza: oro parece plata no es. Si me visitan algún día les prometo brindarles una de ellas, porque hablando en serio esos plátanos del fondo sí que no tienen precio.

El petróleo sube, ese dinero que le pone precio baja y nuestra cuota en el bolsillo (dinero de bolsillo) ni sube ni baja, se queda ahí como sinsonte pichón con la boca abierta. Nuestro dinerito de bolsillo como se sabe no alcanza y esto no lo digo yo sino que lo dice mi amiga Nancy Almanza. Ella es jubilada también pero no tiene coche y tener coche como tengo yo, un coche democrático de 30 años de uso es en nuestro medio ambiental no solo un privilegio sino también una proeza. Cuánto vale mi coche para un amigo sincero de donde crece la palma, que necesita ir al médico a una consulta mínima, a que le digan que tiene que hacerse análisis de caca dos o tres veces en la semana? Pues nada, porque esa carrera no vale nada (digo, teniendo en cuenta el valor de cambio que se expresa en el precio, no su valor de uso, que sí lo tiene), mi amigo no tiene que meterse la mano en el bolsillo para pagarme nada porque cuando necesito que me preste una goma (un caucho se dice en otros lugares) para ir a la playa tampoco él me cobra nada. Y ese intercambio de nadas no entra en ninguna cajita contadora...

Digo lo del petróleo y lo del dinero porque hoy fui a Oro Negro (un nombre que tienen algunas gasolineras de este gran berenjenal al que pertenecen ellas) a echar gasolina regular (hay también especial, super especial, de motor y eso se sabe por los octanos que contiene y por el precio) y el amigo que maneja la manguera se equivocó de pista y en vez de gasolina me metió en el tanque nada menos que 5 litros de petróleo, sí señores, eso mismo que está indicado para mover los coches de petróleo, los carros petroleros, los ómnibus que se mueven con oro negro, los camiones, trenes, tractores, motoniveladoras y algún que otro transporte de ciudad que trabajan con inyectores, diesel, taotaotao... el tipo creyó que mi Lada era petrolero, del oriente medio y no un ingenio fabricado por los rusos blancos (válgame Dios, si me oyen los bolcheviques me van a matar!), mejor decir por los exsoviéticos, por los hoy rusos, que por otra parte son de tez blanca. Permítanme queridos compañeritos y compañeritas hacer estas aclaraciones necesarias para que no se me confunda con Denikin o Kolchak, con los Emperadores rusos, con Pedro el Grande, con Iván el Terrible, yo prefiero que me identifiquen con Elpidio Valdés,
vaya. Que es algo similar a decir, vale... un vale sin precio también.

El tipo incluso me ayudó a empujar mi carro ancianito (ya mi coche tiene nada menos que 30 años cumplidos y todavía camina...) al que la batería no le funcionaba bien, estuvimos hablando de pelota (nuestro pasatiempo nacional), comentamos algo sobre el tiempo, la oscuridad de las tardes, las brisas del norte revuelto en el malecón, la carestía de la vida, los bajos salarios, los problemas del transporte, de la vivienda, de los abastecimientos, de la libreta que existe para la bodega y la carnicería, de la calidad del pan (llamado por algunos antipán), de las mujeres que venden sus caricias a turistas supuestamente ingenuos y con recursos, de la cosecha de lesbianas que se reúnen en 23 y G, de la familia, de la propiedad privada y del estado, hablamos de los orishas, de los ateos... mientras la cola caminaba, caminaba como caimán sin barbas, lentamente como elefante gris, como libélula coja, como huracán de petróleo sobre un mar tranquilo...

Hablamos de la calidad de los dulces, de las multas en las tiendas de divisas (una multa es cobrarle de más al cliente, por lo tanto multarlo), en fin estuvimos charlando acerca de la universalización de la enseñanza universitaria, de las elecciones, la guerra en Irak, el chocolatín, el bacheo de calles, la pintura de cercas, lo caro de los materiales para la construcción, las movilizaciones, los ciclones, los empujones, los novelones de tv, la fuga de cerebros, el lavado de ropa, el lavado de autos, el lavado de cerebros... Estuvimos lavándonos el cerebrito con detergente OMO el más caro a la venta en tiendas CUBALSE (debían cambiarle el nombre a estas tiendas, porque originalmente era Cuba al servicio del exterior CUBALSE, pero ahora cualquiera que tenga un pcc puede entrar a comprar en las tiendas TRD, Tiendas Recuperadoras de Divisas), un cerebro lavado no es un usd lavado, no es un tren de lavado, es un tren lavado, exprimido y planchado, tendido y vuelto al revés... no es un dinero lavado, entiéndanme bien.

Y mientras el tiempo transcurría él, con su manguera en mano (todo cubano cada cierto tiempo tiene en sus manos alguna manguera) me estaba suministrando los 5 poderosos litros de petróleo al tanque de un coche ruso del año 1978 que no camina con diesel sino con gasolina, un derivado que no es lo que me estaba echando... Lo hizo con una conciencia rara, sin dolor, sin malos propósitos, no para hacerme daño, sin ánimos de echarme a perder la tarde y parte de la noche, sino con una aplastante ineficiencia increíblemente ingenua, púber, inocente... una ineficiencia candorosa, estúpidamente incoherente, virginal, como Longina Seductora cual flor primaveral, una ineficiencia como la de un inca de La Paz, un incapaz... una ineficiencia empresarial, horizontal, vertical, departamental, cuadrada, chata, dermatológica... epidérmica.

Yo no soy racista, nunca lo fuí y nunca lo seré y es más yo digo aquí en público que rindo honor a todos los pueblos africanos porque le debemos el reconocimiento de haber sido allí donde se inició el género humano y mayoritariamente aquellos pueblos de los que descendemos nosotros los antillanos, ante todo los cubanos que estamos mezclados con africanos, españoles (que fueron casi nueve siglos dominados por los moros africanos), chinos, árabes no africanos, ingleses (La Habana estuvo un tiempo ocupada por los ingleses y nuestras mujeres cubanas también), norteamericanos, canadienses, japoneses (habitaban estas tres últimas tribus en la Isla de Pinos hoy Isla de la Juventud), franceses (yo por ejemplo desciendo de franceses, de un pintor famosísimo que me dejó una herencia que no he podido cobrar nunca por lo voluminoso de su peso... y de su precio vamos joder esa es otra historia aparte, claro), en fin, italianos, argentinos, mexicanos, y de cientos de lugares del mundo, lo que hace que tengamos de todo y nada en la dichosa sangre cubana que llevamos a cuesta y lo repito no es que yo sea racista pero el que me echó diesel en el tanque de gasolina era renegro como el chapapote, un negro virulentamente negro, como la noche sin estrellas, negro como la pizarra donde me enseñaron a leer y a escribir, negro como pasa negra, como pelo de chino (no hay chino con el pelo rizado, no hay chino con el pelo amarillo ni con los párpados de negro), negro como caimito, como sexo de negra, negro como la pintura negra, como aquellos ojazos negros que vinieron bajando de la Sierra Morena, era negro retinto como el café que me tomo cada mañana, negro como su mismísima madre y su mismísimo tatarabuelo y le dije a toda voz cojones me echaste 5 litros de diesel en el tanque de un Lada negroemierda coño y me dijo sacando su dentadura blanca fuera de su bemba de negro, con una placidez y candidez propia de los buenos negros, de los dueños de cabras, de los cazadores de elefantes, de los negros del paño subsahariano, de los negrísimos y bellos negros africanos, me dijo entonces: Me equivoqué de manguera.

Me dieron ganas de matarlo, de estrangularlo con su propia manguera, de decirle antes de morir, te mato cabrón porque no he visto nunca antes un vendedor de petróleo tan parecido al oro negro como tú, recoño de negro, moro chapapotero, pero me eché a reir, al ver la cara de angustia que puso aquel negro, al imaginarme que doscientos años antes yo un supuestamente blanco descendiente de franceses lo hubiera mandado al cepo, lo hubiera ensangrentado a latigazos, lo hubiera linchado, apaleado, esquilmado, lo hubiera ultrajado, vejado, golpeado, pinchado, colgado, lo hubiera hecho un muertecito negro dentro de un ataúd negro y lo hubiera expuesto cabeza cortada en la plaza pública diciendo a toda voz: y esta mierda de cabeza negra sonriente que ustedes ven aquí ha sido cortada porque me derramó un café renegro encima de mi camisa blanca. Y la gente hasta se hubiera reído como yo ahora, al ver aquella cara negra como parte oscura de la luna sacar a pasear su dentadura blanca como masa de coco y decir sorprendido que se había equivocado...

Yo que soy por fuera blanco pero negro por dentro, porque estoy también mezclado como el caféconchí, con chícharos, yo que no soy blanco puro, como los arios que se dicen muy putos digo puros y no son sino una mezcla de negros africanos y blancos a su vez mezclados descendientes de afriasiáticos, yo que tengo mi guaguancó negro y mi son entero negro por dentro con mi pene flácido y pequeño de blanco europoide, yo le dije a toda voz que le doy gracias a Dios que soy negro por dentro porque pensé por un minuto que aquel negro que tenía parado frente a mi tez blanca merecía estar colgado de una guásima con los ojos mirando el lado oscuro de la luna y que el cambalache del diesel había sido no otra cosa que otra de las comemierdadas del cubaneo por ponernos a comentar boberías sociales como dos comemierdas mientras nos despreocupábamos del contenido de la manguera...

Y le dije además que petróleo negro y dinero blanco o verde o azúl o amarillo debían bajar la cuesta y hacer la ceremonia frente al amor, ponerse incondicionalmente a su servicio. Decir un día que el oro negro ya no vale nada, antes de que se agoten las reservas probadas y probables, venir la moneda a la par para ser puesta en la vitrina de las antigüedades como quería alguien del Siglo XIX, junto al estado, la rueca y el hacha de bronce, como diría este propio negro echador de diesel en tanque de gasolina: hace farta un amol veldadero, como el que me tiene mi mujel... y decir la moneda: ya no valgo nada. Ya estoy lista para lucir mis propiedades en los museos numismáticos territoriales y mundiales, globalizadamente infernales...

Se nos está acabando el oro negro y sus derivados, se nos está devaluando y extinguiendo el dinerito que tenemos y el que tendremos en nuestros bolsillitos. Como vuelan esos papelitos cuando hay un cambio de moneda que nadie ha pronosticado, cualquier día necesitaremos carretones de papeles impresos para comprar una simple chambelona, pero el amor por el contrario se multiplica, lo vemos donde quiera, como aquellos borrachos que me empujaron el carro relleno de diesel hasta un parqueo seguro diciéndome a dúo: nosotros los borrachos no podremos manejar porque chocamos pero sí podemos empujar un carro, como la señora que me dijo váyase mihijo a buscar su mecánico que yo me encargo de cuidarle el cacharro, como el de mi vecino mecánico que me dijo no hay líos vamos a buscar una manguera para sacarle todo el petróleo del mundo a su carro que ya tenemos para lavarnos las manos, como el del otro abuelo de mi nieta que me dijo vayamos compañeros que yo me encargo del transporte, como el taxista que me llevó hasta la casa y me dijo nohaypró, como el desconocido que me dió los dos litros de gasolina de verdad para que pudiera arrancarlo, como el que me brindó cargar mi batería con el "tunguer" de su garaje, como este que me está escuchando el cuento sin cobrarme nada y como el mismo negro que me hizo la trastada inocente que se fue a buscar un recipiente para venir al menos con tres litros de gasolina especial, sin plomo para poder dormir tranquilo una noche y me dijo: yo tengo má de este amol en el garaje de mi casa.

El amor crece como el arroz en la olla porque no tiene precio. Los rusos blancos (ver la aclaración) me salvaron la vida fabricando un coche resistente a los vaivenes del combustible, a los cambios radicales producidos por el tsunami de las equivocaciones, mientras los negros café me jodieron la tarde sin intenciones de hacerlo y sin una explicación convincente. Pero también me la salvaron, porque al menos supe lo que era un carburador relleno de diesel, el olor a un pozo petrolero en el mismo garaje de mi casa y lo más lindo de todo: una vista original de la bahía acompañada de una brisa que pasaba y despeinaba la piel olorosa a combustible y a sudores como si hubiéramos estado allí invitados por un jeque dueño de una veta del petróleo más negro del mundo que nos cantaba en árabe aquella canción que todo el mundo sabe: el amor no solo nos persigue sino que siempre nos encuentra.

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viernes, 11 de enero de 2008

¿Dónde está Calatrava?

(Esto lo escribió mi papá el 27 de Mayo del 2007)

Hoy fuimos allí, al cerro inmenso, inexpugnable, que se levanta erguido sobe los hombros de esta hermosa tierra y que custodian todavía los monjes y frailes calatravos que un día vinieron y se asentaron aquí y que todavía salen de noche a vigilar los aires, nubes y sol que alumbra la ciudad de Almagro, entre otras.

La piedra labrada sobre piedra, los orificios hechos con instrumentos rústicos, el diseño y arquitectura piramidal, la precisión de los cortes, la hechura de las cuevas, la solidez de las construcciones, sus torres, murallas, iglesias, compartimientos, escaleras de acceso y puertas nos permiten apreciar que hubo que dedicar muchos siglos para construirlo, para que resistiera el embate del tiempo y de los enemigos y para que ahora varios siglos después se convirtiera en un lugar de visita obligatoria si se quiere saber algo de esta región española...

Es una suerte que pudiéramos visitarlo por la generosidad de nuestro inefable y sabio Dr. José Angel, un agradable anfitrión, inteligente, sagaz, viajero internacional y buen amigo que tuvo la gentileza de llevar a dos isleños y a un mexicano a enredarse con esos ramos de flores que se encuentran adornando aquel gigantesco espectáculo y que arrancaríamos con gusto para regalar a cualquier dama digna si no fuera porque el mejor de los regalos siempre sería llevarla a ver el panorama y entre muralla y muralla, enseñarle el más hermoso de los valles, la más imponente rosa de cristales gigantesca donde un día se le otorgara el Dr. Honoris Causa a uno de los más prestigiosos intelectuales modernos.

Horas después del descenso de tan venerable altitud los ángeles cistercienses, invisibles a ojo humano nos han hecho firmar un compromiso: a cualquier lugar donde lleguemos siempre vamos a mostrar un trozo de piedra del promontorio, convento y castillo de Calatrava que con autorización de los religiosos poseemos. Y cuando nos pregunten dónde se encuentra tal maravilla nos pondremos la mano encima del corazón para que lo sepan bien... Gracias amigo por el viaje y pierda cuidado que para el próximo nos pondremos firmes el cinturón de seguridad...

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jueves, 10 de enero de 2008

El mozo del vistuosismo

(Esto es del 26 de Mayo del 2007)

Ciudad Real cuenta con un programa de actividades llamado "Espacio para la Cultura" de la Caja Madrid para Mayo 2007, que aparece como "Mañana Lecturas" (centroeuropeas)... Este se desarrolla en un Centro Cultural ubicado en Calatrava 7-9 y al que se puede acceder por el cultura@gecesa.es. Nada más sencillo, porque hace siglos habría que esperar un buen equipo de caballería, un autor decidido, un trío de juglares, un Rey, algunos vasallos, un yelmo, un buen equino, un ayudante, una adarga, algunos molinos de viento y unos campos abiertos que permitieran vencer al enemigo y luego escuchar música de la buena, sin ruidos, en un ambiente en el que se puede identificar el zumbar de una mosca...

Así nos sucedió esta semana cuando se presentó el joven Hugo Alcázar Rodríguez, nacido en l989, en Cuenca y que comenzó a estudiar piano a los nueve años de edad, compartiendo su tiempo con los juegos propios, los ejercicios infantiles, las perretas, el primer amor frustrado y lo que es más importante: un ejercitar continuo de los 20 dedos de su cuerpo que le permitieran algún día emprenderla a dedazos contra las teclas de un piano y a golpes de pedal contra las dos manillas inferiores de éste...

Sin una preparación tal no hubiera logrado jamás ejecuciones brillantes como las de anoche, ni aprendido nada de su maestro, ni asistido a los diversos cursos de piano con una gama de profesores de primera línea, ni obtenido los premios que posee en oposición, frente a jurados de alto nivel y gusto estético y ante un público cada vez más exigente que no se contenta con ver el malabarismo de sus manos y piernas, sino que reclama calidad, finura, ejecución perfecta, cultura general integral y una modestia de soberanos, porque Alcázar tiene de todo esto y mucho más y sobre todo un valor inestimable: 18 años de edad.

Quien lo hubiera visto antes de la presentación hubiera imaginado que se trataba de uno de esos mozos que se nos acercan con una carta en la mano a solicitarnos un pedido, un joven que por su estatura hubiera pasado como algún portero de fútbol, un estudiante de un nivel medio, un chico enamorado de alguna compañera de clases, un personaje cualquiera. Pero Hugo Alcázar Rodríguez es todo un virtuoso del piano, el Mozart local, el genio en ciernes que si sigue por donde va (y creemos que tiene condiciones para ello) va a llegar tan lejos como se lo proponga. Ya le queda estrecha la camisa de haber competido o participado en diversas localidades de España y parece que tiene ánimo en los brazos para seguir volando hacia otras parte de Europa y viajar tocando como si la furia de sus dedos quisieran con amor domar el complejo universo de la música...

Hugo nos interpretó el Preludio y Fuga en La Menor de J.S. Bach, una Sonata de W.A. Mozart, un Andante spianato y Gran Polonesa Brillante Opus 22 de F. Chopin, Sonatina de Ravel y los Requiebros de Goyescas de E. Granados. Fue una andanada de notas que estaban aprisionadas en el piano y que él sacó con sus manos con su propia cabeza sin ver papel escrito alguno, que fueron capaces de introducirse en cada uno de los que tuvimos el privilegio de escucharlo y que merecieron no solo los aplausos que le otorgamos sino las expresiones vocales para que nos siguiera deleitando más como lo hizo.

El chico tiene futuro... Tiene un presente enérgico, preciso, vital, que le arranca a la partitura lo que ella tiene de tiempo y de amor y tiene la virtud de darlo con premura para que no se nos olvide y recordemos siempre que en esta tierra santa, hay un virtuoso escondido, que no debe dejar que se malogre y que hace su oficio como un caballero andante, brioso corcel, escudero preciso y caballero, porque Rodríguez parece un pétalo de rosa cuando saluda al público que lo escucha y está dispuesto a servir a quien lo pida. ! Bravo por él !

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miércoles, 9 de enero de 2008

Aquí también está Picasso

(Esto lo escribió mi papá el 25 de Mayo del 2007. Es ya un poco tarde para ir a ver la muestra pero yo no quería dejar de publicar lo que escribió aquella vez.)

Ayer fuimos a ver Arte Español Contemporáneo (una exposición titulada Referentes) que está por estos días en los museos y colecciones de Castilla-La Mancha.

Muchos piensan que en esta Ciudad Real solo se habla del Quijote, que la gente se aferra a la convicción de que por estos lugares Miguel de Cervantes y Saavedra escribió aquella digna obra, que no existe otro movimiento cultural que no esté asociado a estos personajes y que los términos imprenta, papel, tinta, publicaciones, lecturas no hacen referencia a otra cosa que a ésta... Nada más erróneo...

La muestra que desde el 24 de Marzo hasta el 2 de Septiembre de 2007 se presenta en el Antiguo Convento de la Merced, puede considerarse el mejor argumento para demostrar la amplitud de miras de tal movimiento cultural. Como dice su invitación: “Esta exposición propone un viaje por el arte español de los últimos cien años que tenga en cuenta no solo la cronología (una sucesión de propuestas estéticas y de obras), sino la singularidad de cada una de las piezas presentes, más de doscientas cincuenta, realizadas por más de un centenar de artistas y aportadas por una veintena de coleccionistas, públicos y privados, organizadas en cinco espacios diferenciados aunque relacionados entre sí”.

En el viaje interior se puede uno detener en las obras de Fisac, Tápies, Saura, Chillida, Palazuelo, Rueda, Alfonso, Canogar, Gerrero, Ortega, Muñoz, Torner, Valdés, Genovés, Sánchez, Miró, Dalí, Picasso, Alberti, Meseguer, como muchos otros centrándose el recorrido en este mes de Junio en el escultor Alberto Sánchez... una obra que vale la pena ver.

Pero no solo de arte están cubiertas las paredes... el edificio mismo ha sido restaurado con tanta exquisitez que la visita por sus habitaciones es ya un acontecimiento. Es un edificio rescatado y restaurado de tal manera y con tal tacto que se convierte en un conjunto monumental en el que se puede apreciar la mano de los especialistas y de los obreros que pudieron lograr tal objetivo. Posee también una riqueza humana dentro por los cuidadores, indicadores, agentes del orden, personas cultas que no interrumpen al visitante y le muestran aspectos que un neófito como el que esto escribe sería incapaz de ver por si mismo. Es un laberinto de joyas expuestas que nos atrapa desde la primera escultura, hasta la última muestra en cartón sobre tela.

Uno allí no pasea sino levita... vuela por la imaginación de los artistas y se imagina cómo pudieron inspirarse de tal manera. Nosotros fuimos a París para apreciar en el Pompidou una colección enriquecida e internacional, pero ésta española no tiene nada que envidiarle. La única tristeza que se nos pega encima es el tiempo (“ese ladrón eterno que la ley siempre deja impune” como dicen que dijo Napoleón), porque habría que ir varias veces para poder disfrutar de los trazos, de los creadores, de una historia concentrada dentro del ámbito de un marco o de un metal fundido y que en una sesión no se puede captar bien.

Me fui de allí por supuesto, más alimentado por dentro de lo que entré, de una dieta especial que ni tiene espárragos, ni alcachofas, ni cualquier otro tipo de vegetales, sino una crema divina que no se consigue en las ventas de los mercados. Y lo más curioso del caso... tenía la impresión de que me acompañaba una sombra que me perseguía por donde quiera que iba: la de una señorita menina agarrándome del dedo índice que me iba indicando por donde caminar. Y detrás, Picasso con su cabellera acabada de lavar y su esposa embarazada como disfrutando más que yo de aquellas oportunidades.

No nos podemos quejar demasiado... al menos estas habitaciones están llenas de arte, polémico claro, pero libre y creativo que nos deleita al propio tiempo que nos conmina a observar sencillamente esto: cuando la nena pinta con un lápiz garabatos muchas veces está reproduciendo los trazos de cualquiera de estos artistas. Y a veces más atractivos. No le echemos en el cesto de la basura sus obras porque puede ser que dentro de 20 años estemos invitando a alguien a que vayan a verlas...

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martes, 8 de enero de 2008

Sorpresas del 2008

Parece que el año nuevo ha traído sorpresas. Al menos sé que alguien lee lo que está pasando. Esto me alegra tanto como montar un caballo enano, comer plátanos manzanos en la misma mata, sorber un café (Caliente, Amargo, Fuerte y Escaso) y hacer un ejercicio que todo el mundo ansía: dar las gracias por estar vivo, tal vez el único mérito que tenemos (y vaya con esta vida, que nos ha dado tanto...!!!), seguir con el impulso cuesta arriba para ver qué tan alto han llegado los demás... Yo los sigo, con la seguridad de que un día que logremos con amor es algo, sin él no somos nada, ni parientes lejanos. Hoy día 7 de Enero de 2008 me han entrado ganas cuando leo sus comentario de empinar papalotes, soltar los pájaros presos, ver nacer una mariposa, comer ensalada fría, hacer pompas con un jabón y un pitillo, nadar, montar una jirafa... Gracias chavales, estoy que no resisto quedarme callado...

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domingo, 6 de enero de 2008

Me fui hasta el sur

(Esto lo escribió mi papá el 24 de Mayo del 2007)

España me habían dicho es un país de ancestros... Nosotros también tenemos esos parientes allí. Personas que hemos conocido por los relatos que vienen desde la Atlántida que dicen existió 9,700 años antes de nuetra era y que Platón da cuenta en una de sus obras famosas. Los que somos descendientes de aquellos albergábamos un sueño romántico simple: alguna vez tendríamos la oportunidad de conocer el país.

Un par de amigos con quienes hemos contraído muchas deudas (más bien espirituales) me invitaron un día y miren ustedes: ya estamos aquí, porque ellos también vinieron conmigo. Sin cansarles mucho les voy a contar qué me ha sucedido en estos tres primeros días de estancia y ustedes mismos sacarán sus propias cuentas. Solo una cosa os pido: la amabilidad de entenderme bien. Cuando estoy diciendo la verdad siempre lo hago sin el sombrero puesto pero si es alguna broma claro, me pongo el sombrero. Es hablar a lo “Chaflán” un bromista mayor oriundo de mi pueblo campesino que es el único de atlantes puros que tienen una sola característica identificativa: somos el 100% mentirosos. En el más puro español os digo: traten por ustedes mismos de saber cuándo es una cosa u otra. Yo por mi madre, no puedo…

Mi hija me llevó hasta el aeropuerto y ese día no pude ver más a la nena, ni a Picasso (el pintor de casa) así que cuando me perdí en el asiento del jet para levitar por tres horas seguidas un sueño triste me vino encima: no sabía si a la nena le había gustado tomarse toda la leche por primera vez. Como no traje la cámara ni los prismáticos, España me estaba esperando como si no tuviera puesta alguna ropa pero no me perdí como pensaba, porque mis amigos me estaban esperando y me llevaron por los laberintos de Dios, debajo de la tierra hasta llegar a La Puerta del Sol, en el mismo centro de Madrid. Y allí comenzamos a ver cosas como estas...

Un hostal, un café, un almuerzo, un paseo, un museo, un burdel, edificios y parques, Sabatini en un jardín, policías, extranjeros, inmigrantes, naturales, euros vienen euros van, los zapatos, Internet, un mensaje, aquel hotel, las muchachas, El Quijote, Sancho Panza, los maderos de San Juán, tres cubanos, aquel señor, buenos días, cómo anda usted, tiren fotos, todo flash, no me duermo, porno hay, ví el diario, la moldava, ví la Reina por la tele, quién custodia, nadie aquí, cuántos autos, vive Dios, Alcalá, Rex Cinema, Ritz, mira el Prado, yo no fui, los paraguas, en un bar, chocolates, boulevard, hay más gente por allá...

Y también otras cosas además: un acordeón grita por una propina, un bistec de ternera, ensaladas, los manteles ya no están, llueve mucho por allí, Federico y la paloma de la paz, teatristas, monumentos, un alcalde, aquel palacio, una esquina, el IVA es un impuesto al valor agregado, todo cuesta, espaguetis para mí, hace frío, calles llenas, no hay semáforos, me perdí, desayunos, embajadas, los imperios, decadentes, la ignorancia, el museo del jabón, el muestrario del jamón, compramos cosas, son amables, una llave para entrar, maletines, las maletas, camarioca y escambray, en la calle una victoria, la opulencia, la miseria, me levanto, a caminar, vamos rápido, llueve a cántaros, nos ahogamos, Tintoretto y Rafael, viene Goya a saludar, los pecados capitales, baila afuera del museo la tormenta, nos comemos las paellas, las muchachas nos atienden, berlineses nos saludan, conversamos, somos mudos, pinareños, recogemos equipajes, nos marchamos del lugar, a los trenes, levitando a ras de tierra, ya llegamos a esta ciudad...

Porque según dicen los atlantes se aparecieron un día, alumbraron la cabeza de Cervantes y este con una sola mano prodigiosa escribió aquello “en un lugar de La Mancha...” y los vecinos de este lugar no tienen otra cosa importante que decir que toda la historia del Quijote y a todo el que llega se la cuentan con lujo de detalles y a los que como a mí me da por perderme en una manzana de casas le regalan una brújula y cuando se ponen a protestar una aldeana bellísima le dice: “Yo le cobro la bebida y usted paga la comida”... Y uno se cree que está en la Bodeguita del Medio, paseando por Obispo, llegando a Monserrate, Egido, Reina, Carlos III, Infanta, porque hay una sola cosa que quiero que ustedes recuerden: “el conocimiento es la virtud y solo si se sabe se puede divisar el bien”... como dicen que dijo Sócrates porque solo se le conoce por los diálogos escritos por el atlante Platón que nos metió entre ceja y ceja aquella divina mentira de la Atlántida, el Peñón de Gibraltar, los Curros Enríquez, el Centro Asturiano, las fabadas y las jotas aragonesas...

Sufran muchachos, sufran, que yo me estoy sacrificando aquí mismo, en Ciudad Real, atormentándome con un solo sentimiento: el paraíso no está tan lejos como creemos. Y con una sola pregunta: ¿Se habrá tomado hoy todo el pomo de leche la atlántica Nené?... Nos vemos, rediez, besitos quijotescos de Pipo. ...y mientras me sigan invitando a comer gratis, más atlante soy... Vale!

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viernes, 4 de enero de 2008

Confesiones de soldado raso, de marinero de cubierta

(Mi papá cumplió 65 años el pasado 1ro de enero)

A las 6 y 30 a.m. dicen que me parió mi madre, una mañana de frío en un pueblito que es un valle además y que en verano hasta neblina hay. Así que sin mucha ropita que ponerme lo único que estaba garantizado era la colcha y el abrigo de gorro porque allí quien nazca sin esos dos atributos se puede enfermar de seguro... La partera hizo bien su trabajo pero mi madre me recordaba que no lloré ni abrí los ojos como lo hicieron Paula y Diego sino que estuve acurrucado dentro de la felpa una semana hasta que cuando se fue el frente frío me dí cuenta que los pulmones se habían hecho para valerse de ellos y comencé a gritar por cualquier cosa. Ya desde la propia Navidad empezaron los dolores y esa inquietud no se me ha quitado porque el insomnio me cocina el cuerpo desde entonces por esa fecha. Ya para el 29 de Diciembre estaba nervioso por salir a respirar aire de verdad pero no me forzaron a hacerlo buscando cierto acomodo de carga y un viajecito del puerto a la economía interna que fuera favorable y único digo yo...

Los amores de mi madre y mi padre comenzaron casi un año antes, pero por la fecha del alumbramiento fue en el mes de Abril que ellos se aparearon como sinsontes en primavera. Mi padre cuando le confesó sus sentimientos a mamá no tenía ni un centavo prieto en el bolsillo del pantalón de trabajo y ella, hija de ricos se había quedado huérfana porque mi abuela había muerto siendo ella niña. Y el horfanato familiar no es nada agradable, no te dejan hacer lo que uno quiere y siempre los mayores que no te parieron ni te criaron te consideran una advenediza. Por eso sin pensarlo, enamorada como estaba de un hombre de 33 años le dijo que sí, que ella se escaparía cuando las clavellinas de primavera comenzaran a brotar en los campos vírgenes y que no regresaría jamás a la prisión infecunda salvo para enterrar a los que murieran. Así de sencillo sucedieron las cosas, se fueron a vivir en un cuarto de tablas de pino, techo de tejas francesas y ventanas rústicas, frente a una panadería propiedad de dos españoles también escapados de su tierra natal: José y Manuela.

José era tocayo de mi padre y Manuela me quería tanto sin verme todavía que le dijo a mi madre una tarde cuando la vió lavando la ropa con una pastilla de jabón amarillo: "Si nace varón lo único que quiero es que le pongan por nombre Manuel, como mi padre que yo le tengo garantizado el pan de cada día". Y así fue... no me faltó el calor del hogar de trabajo de los dos peninsulares, ni el pan salido del horno, hecho de mantecas y herido a la mitad, con una hoja de coco sin vareta que le daba una contextura original. Pero no fui el elegido Enmanuel como viene escrito en las sagradas escrituras, el creador, el que había venido al mundo para redimir a otros, sino una especie de flamenco enano de pelo castaño, que la única ventaja que tenía era su visión de los dos ojos, unas orejas puntiagudas como las de murciélago cariñoso y unas ganas de atesorar los amores de los demás dentro del corazón y no dentro de su cerebro, rompiendo la máxima científica que establece todo lo contrario. Así nací con un frío ambiental y un calor de pan horneado en medio de una mesa de madera sin pulir, acompañado por mi madre y la partera que siempre me señaló con el dedo cada vez que me veía por la calle enterando a todo el pueblo que aquel que caminaba ella lo había traído al mundo nada menos que en una fecha tan anunciada.

Una de esas casualidades del destino, si es que tal intento existe, comenzando el año nuevo, para que mucha gente piense no en uno sino en el día y siempre se lleve la cuenta de las celebraciones de lustros, siglos y milenios, deseando prosperidad para todos, salud y mucha suerte que es lo primero porque hay otras cosas más importantes que el dinero pero cuestan mucho... Uno nació un uno, Unamuno, unicornio, un día primero, importantísima fecha para que el que pudo respirar fuera de la piscina donde nada el ombligo, pero no más importante que las demás fechas donde otros y otras han nacido y nacerán per sécula seculorum, auditorium, Amadeo Roldán, schola cantorum coralina, runrún y otras palabras latinas extrañas como mundo latino, non plus ultra, almacenes Ultra, ultramar, up supra mencionado, ya que mi fecha es mía como mía es la cuchara de comer y el cepillo de mis dientes postizos, pero yo cambiaría mi fecha de nacer por cualquiera otra como la del 5 de Mayo, el 17 de Julio, que no son fechas de conmemoraciones históricas ni festivas sino fechas comunes en que nacieron Paula mi nieta o Diego mi nieto que vinieron al mundo con un pan debajo del brazo como los rusos y que todavía no saben ni donde queda el poblado de Güiro de Moñingal...

Pero yo estoy contento de estar vivo, con un morralito para los años que llevo encima, ahora que pasan de 65... Sesenta y cinco años y unos minutos, con unas ansias de portarme bien pidiendo serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia, mostrando algo que siempre llevamos dentro: una pizca de energía para seguir trabajando y amando a otros y a otras, amores míos que entran desde el universo infinito en mi caja de cuerpo, la traspasan pero se quedan, se queda el orgullo de tener una belleza de hija viva, con su esposo melenudo y hacendoso, un hijo rebelde y hospitalario con su esposa inmadura pero bella, una mujer que me lleva soportando más de cuarenta años y ni se dá cuenta del peso gravitacional que lleva encima, con toda una montaña de parientes y arientes, de sobrinos y primos, de familiares de vecindad, en fin rodeado de perras salchichas, camaleones y pajaritos de jardín, con un zunzún que revolotea y ni siquiera tiene tiempo de posarse para tomar miel de una flor y con todo y eso lo único que extraño a veces es el olor a pan caliente y un deseo de traerlo a casa humeante para comerlo despacito.

Lo más extraño de todo esto es que siempre en medio de esta modesta felicidad que uno siente al saberse vivo es que estoy soñando casi a diario con los muertos. Me levanto con los que se han muerto en la familia y se me aparecen danzando en mi cabeza y me acuesto pensando en ellos. El mismísimo día de cumpleaños uno no piensa en uno sino en la que lo parió, en el que lo engendró y en la comadrona. Nunca me lo he podido explicar, pero cuando menos lo pienso se me aparecen esos muertos lindísimos para darme algún consejo o para advertirme qué camino escoger mejor. Y otra cosa es que no son muertos de la familia solamente sino de todos lados, anoche mismo me desperté soñando con alguien que me estaba añadiendo palabras en portugués a mi vocabulario y yo no era yo sino José Wilker, el artista brasileño que se pasó toda la película "El amor más grande del mundo" buscando el lugar donde lo parió su madre, una madre bellísima que era la hija de la criada de la casa. Dime tú: yo soñando con los muertos brasileños que matan en Río de Janeiro y la policía los deja muertos en los basureros de Brasil. Vaya qué cosa!!!

Y sin embargo son los vivos con los que pasamos la mayor parte del tiempo físico que tenemos, nosotros los vivos parados en este espacio que ocupamos, moviéndonos de un lado para otro, respirando sin pensar ni tener en cuenta que todo nuestro cuerpo está casi lleno de agua, los que poseemos esa rarísima cualidad del pensamiento telepático. Ahora mismo que nos acaban de llamar, que hablamos con los que están más allá en el más acá que ya están disfrutando de un día adelantado, que llegaron primero al primero de Enero del 2008, ellos que piensan en nosotros, así como nosotros pensamos en ellos, estos padres de ellos que estamos en el suelo, que entregamos nuestro reino para que perviva la especie que queremos, estos imperfectos seres vivos que somos, los que vivimos gracias a otros. No, si yo les digo!. Yo estoy contento hoy como todos los días, convencido que una de las cosas que debiéramos cambiar es la fecha de los cumpleaños y convertirla en la fecha de los cumpledías, así tendríamos piñata de caramelos y un queisito para temprano desayunar, que es lo mejor de esa fiesta. Y despertarnos con ese deseo siempre escondido de cantarle felicidades a otro o a otra, rodeado de todos los que están en el más allá y en el más acá. Vaya, digo yo!

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