jueves, 3 de septiembre de 2009

Leer es un dolor

Sin dolor nos levantamos hoy temprano como todos los días y hacemos algo que es un verdadero placer: tomar el café comentado. Es un ejercicio no solo de las papilas gustativas sino también del oído, de la vista, del tacto y del olfato así como de un sexto sentido que tienen las damas y un séptimo los caballeros (la séptima puerta lo llama un programa de cine que sale los viernes siempre por la noche por la tele) que se ha logrado como todos los demás: en interacción con el objeto. Un profesor amigo mío lo llamaba observación participacional. El asunto es que en el café de hoy hicimos balance mensual de lo que nos estaba sucediendo y como lo descubrimos ahí les va...

Las empresas siguen convocando a plazas en los medios que tienen a su alcance: un periódico provincial a la semana, uno nacional en la misma frecuencia y de vez en cuando en un semanario que sale sorprendentemente cada siete días. La plaza más curiosa es la de operador de monta cargas y la más complicada la de Director Contralor, la primera todo el mundo la entiende aunque no se publican sus requerimientos pero la segunda sí mueve a risa porque exigen años de experiencia y la Contraloría se acaba de aprobar legalmente hace menos de un mes. ¿Qué es un contralor? Eso, nadie lo sabe. Y si lo sabe esa empresa, ¿por qué no promueve entre sus trabajadores al que pueda con la tarea y en cambio publica la plaza para que todo el mundo vaya no a aspirar a ella sino a que le aclaren la duda?... Este es el primer sorbito que tomamos hoy... Comienza el dolorcito de la lectura.

En Asia las dos Corea se están reuniendo para que vuelvan a reunirse las familias separadas por la guerra. En América del Sur se están reuniendo para oponerse a la instalación de las bases que USA quiere para Colombia. Paquistán resiste un bombardeo de aviones teledirigidos. Cerca de Indonesia un ferry naufragó y murieron nueve personas. Ciudad Juárez, Tijuana y Culiacán (a mí no me gusta el pollo) en México son las tres ciudades más peligrosas en ese país. Intento de aventuras bélicas en el Cáucaso (alrededor de Osetia del Sur). La policía en Bolivia logra éxitos en el enfrentamiento al delito. China festeja su 60 aniversario con desfile y discurso. Africa es el continente más vulnerable en cuanto al cambio climático. Nicaragua debate sobre reformas constitucionales. Sigue la gente en Honduras protestando contra el golpe de estado después de dos meses. La mitad de la población de Somalia (tres millones de personas) se ha visto afectada por el conflicto interno. Los israelíes siguen bombardeando la Franja de Gaza. La industria de armamentos es un multimillonario negocio. Se recortan las remesas hacia América Latina. Continúa la crisis globalizada con la caída del PIB en numerosos países. Los canguros son atropellados en Australia todavía. Grecia y California son amenazadas de desaparecer como resultado de los incendios gigantescos. El Mekong puede secarse cualquier día. Muertes por calor en México. Aseguran que M. Jackson no fue enterrado sino un doble a quien extirparon el cerebro. Bolaño llama escribidora a Isabel Allende. Continúa la polémica acerca de la eficacia de la homeopatía. Millones morirán a causa del tabaco. Degradación de plásticos en los océanos. ¿Un mundial de fútbol sin Argentina? Deportistas drogados rompen récords a diestra y siniestra. Desarticulada banda gigante que utilizaba niños para introducir drogas en España... Este es el segundo sorbito. Truman Capote es un escritor bebé al lado de tan complejo panorama en el diario de hoy.

Los lunes el transporte no existe lo que se puede constatar en las paradas de los buses. Los centros de trabajo están eliminando los comedores para trabajadores y subsidian con un gasto monetario la alimentación (almuerzo) de sus empleados. Crecen las colas en los registros civiles por gestiones para presentar la ciudadanía ante funcionarios de países extranjeros. Cientos de años después mucha gente quiere convertirse en ciudadano español y otros que han logrado irse en ciudadanos de los países donde residen. Como nuestra población no crece mucho como muestran las estadísticas (cada mujer igual a 1,5 hijos de los cuales 1 es varón) de aquí a algún tiempo con las ciudadanías de otros países, lo que se llama un cubano endógeno, original y no fotocopiado prácticamente no va a existir... Por otra parte está el asunto de la queja de las mujeres que dicen ser discriminadas por el uso por parte de los varones de vestimentas ligeras en tiempo de verano cosa que no pueden hacer las féminas en la misma medida (utilización de camisetas sin sostenes, shorts cortos para trabajar, desnudez en las playas...). Se dificultan los trámites burócraticos para gestionar cualquier documento en cualquier dependencia estatal. Insuficiente abastecimiento de productos nacionales ante la carencia de productos extranjeros. Continúa el incumplimiento del plan de ahorro energético en empresas estatales, mientras sigue el despilfarro en las residencias. El buzón de quejas y sugerencias de las entidades gastronómicas ya no se usa y sin embargo el librito sigue ahí. Continúa la ausencia de información acerca de la solución de los problemas planteados en órganos de prensa radial, escrita o televisiva mientras se archiva el control acerca de esas mismas quejas... El tercer sorbito y la lectura duele...

Las noticias deberían ser distribuídas una vez por semana para ser consumidas por los lectores de diarios, noticiarios radiales o de tele, con el objetivo de dejarnos tranquilos al menos los seis días restantes. Aquellos que utilizan la Internet (¿qué es eso?) para enterarse de las cosas que están ocurriendo en el mundo están siendo sometidos a un baño noticioso tal que una vez desconectados se convierten en pacientes necesitados de un tratamiento anti-estrés. Frente a la computadora se padece de cuatro males básicos: el engarrotamiento de los dedos de las manos y de los pies, el desgaste ocular, el derretimiento neuronal y la disfunción sexual. El ser humano debería darse cuenta de que los ordenadores utilizados indiscriminadamente en vez de condición de desarrollo se convierten en obstáculos de éste. Por otra parte, la ausencia de información, si tal medida se tomara nos pondría en una situación ridículamente graciosa: no sabríamos lo que está pasando en el mundo hasta el lunes próximo...

Habría que ver qué resultados traería esta ausencia o desconecte de la problemática internacional y nacional durante seis días consecutivos. ¿Esta propuesta sería beneficiosa? Haciendo la cola semanal para el periódico del domingo me he dado cuenta de una sencilla cosa: ¡cómo hay gente que no lee el periódico que compra! Lo compran diariamente para revenderlo y ganar con eso ochenta centavos de pesos cubanos con los que adquieren un pan de cinco centavos PC y que les sirve de desayuno y les sobran setenta y cinco para invertirlos en cualquier otra cosa (un cigarro vale treinta y cinco centavos PC) por ejemplo. Y yo les veo una tranquilidad en el rostro a estos viejos verdaderamente envidiable. Ese es otro dolorcito en el medio del pecho que ha salido publicado nada menos que en una revista un poco rara que se vende en las iglesias y relata entrevistas con ancianos hechas este mes. La revista la hojeamos y nos produce de nuevo el dolor que mi médico clasifica como síndrome informático diario actual (sida)... La gente está haciendo bromas en relación con la palabra que también tiene otra interpretación: soy incapaz de ahorrar (sida)... Y estos casos de la enfermedad de transmisión sexual (sida) nos dejan con dolor cuando leemos que van creciendo sobre todo en los jóvenes de 20-30 años y que aunque son pocos comparados con los que se están produciendo en otras partes del mundo aquí duelen mucho porque la población no crece y es lógico que se sienta más una muerte en familias de pocos miembros que una en muchos...

Habría que preguntarles qué tal les va a los viejitos periodiqueros con haber ellos tomado la medida de no leer nada durante el mes completo, ni ver noticieros de tele, ni radiales, ni atender la radio que más se oye: radio bemba. Viven como si estuvieran en el limbo pues han perdido la memoria y ya casi no se acuerdan de nada ni del día en que venden la prensa, y deambulan sin complicaciones mentales como la vida en aquellos jardines alemanes de la ciudad del emperador alemán cerca de Berlín... ¿Cómo se llamaba aquel castillo y aquella ciudad que no me acuerdo ahora, que tenía una jaulita de oro para recibir las visitas del emperador japonés, y unas escaleras llenas de parras de uvas sin hojas y sin frutos que daban a un pequeño lago interior donde nadaban unos gansos con hambre que le caían detrás al visitante y le querían morder las nalgas, sí, aquella joya de arquitectura museística donde está enterrado el mismísimo emperador alemán y que vendía unos tickets de entrada carísimos para ver los salones?... ¿Dónde estaba carajos?... ¿Dónde si no?... En alguna página de alguna revista LTU, Times, Vanidades, Selecciones, ¿dónde Conde de Montecristo encerrado en el castillo de qué, quién fue el que te sacó de aquel castillo tú injustamente condenado, a ver quién me lo dice, yo el letrado Mr. Seme Olvidó?... Un dolor anginoso leyendo, sí señor... Y otro peor por no leer ¿o no?

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martes, 1 de septiembre de 2009

Coge tu melón aquí... vamos

No tengo que explicar qué es un melón, claro. De todas formas, para que las nuevas generaciones sepan de qué se trata (los más pequeños no tienen idea de ese asunto, como se sabe) diremos que un melón es un dirigible todo terreno que no vuela. Este querido lomo verde sin rabo y sin cabeza, sin patas ni pelos tiene dentro cuatro propiedades especiales: agua, semillas negras, pulpa y azúcar (para crecer, digamos). El que nunca haya quebrado un melón para probarlo no sabe lo que es la vida. Se corta en rodajas gigantescas, unas circunferencias exquisitas, éstas a su vez se pican a la mitad y ya tenemos la sandía roja (somos verdes por fuera y rojos por dentro, decía la gente) apetecible, dúctil, maleable, floripóndica, rárica, rítmica, clónica y mesopotámica para embarrarnos la cara a dos manos... Sí, damas y caballeros, el melón es la más sexual de todas las frutas: no habla, nos hace babear al probarlo, ni mancha ni da dolor de cabeza y nos mantiene en suspenso como ciertas películas que pasan los sábados por la noche. En suspen porque no sabemos qué nos puede suceder cuando comemos uno completo.

Pero al grano, señoras y señores, lo más agradable que tiene el melón (coge el melón ahí, vamos) es la selección de la tierra donde va a vivir hasta morir, una tierra labrada pequeña mojada regada roturada deseada y protegida como área especial que servirá para que el melón semilla sea sembrado y comience a desarrollar probando aquello de la negación de la negación: una semilla produce al final cientos de semillas. Un melón es la intención de verlo salir convertido en hojitas de parra que se van enredando unas a otras y todas con las hierbas aledañas bajo la cobertura de la sombra amistosa de una mata de guayabas rojizas y apetitosas. Un melón es el deseo de que esas cuatro semillas iniciales que se cubren de tierra hayan sido contadas y salidas de las manos de una nieta que mira asombrada cómo se pierde bajo el área de siembra aquella muestra de la bendición. Un melón es el cuidado que se tenga de que el agua no falte, ni el sol, ni la protección contra la plaga de hormigas o insectos malvados. Un melón es un acto de reverencia y estudio morfofisiológico, un ímpetu, una amalgama, un enjambre de abejas, un latido, una labor diaria, un esfuerzo y una satisfacción de saberse superior porque se sabe que todo melón es ciego, sordo, mudo y rico.

¡Oh melón, melocotón, campeón, culebrón, lomo de cerdo verde y liso antianoréxico, pulcro y sedoso, pegajoso, esponjoso, amoroso y soso, melón al fin que yace ahora como hierba y enredadera que se convertirá en objeto de placer estomacal mental al final de la historia, banco de semillas negras como lagartijas de patio, bueno para cortar su corteza cortical córnica culebraica y hacer de ella dulce de melón almibarado! ¡Oh meloncito nalgudo como cebra verde de zoo encerrado bajo la sombra comprensiva de la guayaba sintiendo el complejo de culpa más cruel de todo el mundo al saberse reptil sin serlo, anélido gigante, submarino terrestre y aéreo, guindajera, espalda para ser tocada, bañada, secada y vista como pieza de museo de percusión, placa de coche, puerta de casa a la que se impide protestar por caricias y golpeaduras! ¡Oh coño insípido y lustroso bueno para fotos de aficionados, pared de apoyo para orine de gatos aventureros o tiro al blanco para pájaros de verano! Buen trabajo me buscas eso de estar pensando constantemente en ti desde que me levanto para ver lo más importante que tienes en el mostrador: una flor amarilla poderosa que indica el nacimiento de tu fruto, una flor esparcida y calentada por el sol del mismo color sin olores, una flor de ¡Oh melón! que nadie ha visto y nadie ha conocido, una luz amarilla que no encandila y que nos dice como tic tac de reloj que la luz verde aparecerá y la roja estará allí dentro para ser deglutida...

Y sin embargo cuando de melón se trata lo menos importante es el cultivador, las manos de quien lo siembra, el sudor en el riego diario, el sombrero tapador de la luz ultravioleta, eso no cuenta a la hora de mirar cómo brota de la semilla la enredadera, de la enredadera la cánula y de ésta la flor para convertirse en la espalda sin rabo ni cabeza que pende en el aire de una hiedra que cuelga de algún gajo cercano y se pega a la ventana para sostener aquella mansedumbre muda de la familia de las cucurbitáceas de carne apetitosa lista para ser devorada como tonto que es el mismísimo fruto, ese melón mamífero que dormita en el melonar y que se sabe importante en la misma medida en que crece en el zoo de la casa de familia, el fruto más esperado y más visto por el vecindario que pregunta si es verdad que sirve para un buen casamiento...

Damas y caballeros, aquí tenemos por fín ya en ciernes un poderoso melón de los gigantes, que ha puesto sus huevos de oro encima de la hierba que crece en la pulgada de tierra abonada debajo de la mata de guayabas más importante del mundo y que por eso mismo cobija aquella fruta y le advierte a lagartijas y a hormigas, a ranas y a mosquitos una irlandesa sentencia católica: el que lo robe recibirá el castigo más justo y la imposibilidad de comerlo y disfrutarlo sin poder deshacerse de la idea de que lo hizo a espaldas del que lo cultivó y por ende le hará daño estomacoespiritual y no podrá dormir en calma ni convertir los fosfatos en energía mientras no devuelva arrepentido al menos una de las semillas encontradas en el almacén del dirigible para que sea plantada de nuevo por manos laboriosas y como ladrón al fin reconozca su falta en público y se proponga ser mejor mañana madrugador y trabajar que es lo que hace falta y no andar vociferando la venta de esa fruta en un agro que ese sujeto no ha sembrado y enriquecerse además de esa cosecha por tan alto precio vendida y digo repito que no es matraca mía, yo el letrado testifico que no podrá el ladrón decir a toda voz lo más bello de esta historia: "¡Coge tu melón aquí gratis, vamos...!

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viernes, 28 de agosto de 2009

Seguro vino de allá

Han aparecido en los últimos días una serie de artículos increíbles acerca de la presencia de sustancias base para la vida en la tierra que se han recogido como muestras por una sonda espacial a casi 400 kms en el espacio que nos circunda. De esto se venía hablando hace mucho tiempo con aquella frase lapidaria: la vida vino de allá en la cola de un cometa. Era una frase a tener en cuenta pero no una prueba ni siquiera contundente, más bien una hipótesis, pero ahora parece que sí, que estos aminoácidos estaban en dicha cola, la sonda los atrapó y los trajo a los laboratorios que confirmaron esto: su origen extraterrestre. Parece que con el descubrimiento ya está claro que no somos muy originarios que digamos y pudiera explicar nuestro interés por seguir mirando hacia "arriba" buscando explicación a nuestros problemas de "abajo", término muy relativo como se sabe pues desde una nave espacial orbitando alrededor de nuestro planeta los puntos cardinales no existen...

Sin embargo no es ese el tema de nuestra conversación de hoy, sino otro terrestre: el estancamiento. Parece que estamos estancados, no avanzamos, no retrocedemos, nos movemos en el mismo lugar pero no nos desarrollamos, incluso podemos crecer y sin embargo estamos imposibilitados de salir de nuestro estado crítico viviente actual. Nos pasa algo así como que estamos metidos en el hoyo y queremos salir pero si nos movemos mucho nos hundimos más. Como el viejo chiste: un gorrión en un campo de arroz, viene una vaca y le hace caca encima, se mueve para quitarse la plasta, sale un lobo y lo rescata, lo lleva a un río y lo baña, el gorrión le da las gracias y el lobo se lo come. Moralejas: no todo el que te embarra lo hace con malas intenciones, no todo el que te salva lo hace con buenas y si estás embarrado en caca no te muevas mucho. El asunto no es de fácil solución, claro está. Hasta ahora veo algunas señales (que trasmite la gente) para querer salir de la caca que tenemos encima...

Una de las primeras gestiones para salir del estancamiento con inflación (estanflación) según algunas propuestas es solicitar que cambien radicalmente la programación de la televisión. Parece una bobería (un aminoácido, digamos), pero no lo es. Entre series (se están pasando no menos de diez al mismo tiempo por los cinco canales), novelas (cuatro), noticieros (5), mesas redondas (siete en la semana), películas (más de 20), aventuras, teatro, teleplays, programas con entrevistas (más de 15), musicales (12), deportivos (4) y orientación sexual (3) y otros (11) tanto cartelera (un tabloide que sale cada 15 días), periódicos y revistas (más de 8) nos alertan de que al mismo tiempo estamos siendo bombardeados (solo podemos ver un canal de manera fija) como el planeta por un cometa cargado de sustancia base para la vida... ¿De dónde carajos viene o quién hace tal programación de la tele? ¿De dónde y cómo vino el amino viajante? Eso nadie lo puede definir ciencia cierta. Ayer fui a ver a un amigo científico (de nuestra academia, claro) y le pregunté al catedrático Dr. de alto nivel y me dijo mirándome con sus ojos de sapo profundos de investigador consumado y consuetudinario: "¡Yo también me he hecho esa pregunta y no le encuentro respuesta por lo que decidí ir a verte la semana que viene!". ¡El tipo no tenía respuesta válida y comprobada!!!

Lo segundo sería cambiar radicalmente el sistema de distribución que aparece bajo el rótulo de bodega-carnicería-panera dicen otros... Tenemos que convencernos que ese sistema es pura caca de buey sólida, plácida, cóncava, única, úlcera, vívida, cáustica y miérdica. ¿Para qué mantener un local cerrado con una pizarra que dice: "No han traído nada hasta ahora"... en la carnicería? Más bien cambiarle el nombre y ponerle "huevería única", "pescadería plácida", "jamonería vickyánica provisional", o simple "pollería prima ballerínica assoluta diética", porque carne, lo que se llama carne, no se distribuye allí... En la bodega estamos esperando el líquido de fregar hace dos meses, ¿para qué la pizarra cáustica de distribución?... Y la panera tiene pan "deói" pero también de "haller", redondo y flácido (como caca de buey), fétido, púdrico, ácido, cónico, pero pan al fin, un pan nuestro de cada día para probar la endeblez de nuestros perros caseros: dénle pan al perro y probarás su gran debilidad. Debíamos reducirlo todo a un solo movimiento de sable samurai: aumentar los salarios y otorgar esos bonos para adquirir en las shops lo que se distribuye en el sistema... Pero seguimos queriendo salir y no podemos mover las alas por la caca que llevamos encima...

Lo tercero sería cambiar radicalmente el sistema de recogida de basura de la barriada... Sería útil ir pensando en criar un tipo resistente de equino capaz de ser domado para arrastres y pesos con vistas a que una vez distribuídas las jabas de nylon correspondientes los vecinos introdujeran sus desechos (madera, cartón, aluminio, vidrio, sólidos cementosos y áridos y basura propiamente dicha igual a 6 jabas diferentes) en ellas y las pusieran organizadamente (unas detrás de las otras al filo de la acera) para ser recogidas por el equino arrastrador del recipiente de plástico enjabado (forrado por un nylon resistente lo suficientemente fuerte para recibir los pesos de las jabas anteriores) en viajes alternos según la especialidad y el día con vistas de llevar la carga a acopios destinados o a incineradores o empacadores (los japoneses una vez quisieron comprarnos toneladas de basura para convertirlas en abono y en gases aprovechables para generar electricidad) que no sólo mantuvieran limpia la ciudad sino útil económica y financieramente el entorno...

Piensen humildemente que con esas tres medidas cambiaría de manera radical no sólo nuestro entorno sino nuestra circulación sanguínea de tal suerte que pudiéramos dejar de pensar que la vida fue plantada desde "allá" sobre nosotros y tendríamos sufiente tiempo para dedicarnos a comprender que si no marchamos hacia el marabú y aramos la tierra ni tendremos vida, ni cometas, ni desechos y nos pasará como al gorrión del cuento que limpiecito se lo comió el lobo y todo por moverse dentro de la plasta que le dejó la vaca...

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miércoles, 26 de agosto de 2009

Sobre el día a día

(Esta no es una crónica de mi viejo para el blog que nunca ha visto sino un correo electrónico que me envió hace una semana. Para el caso, sus "día a día" son siempre las crónicas más esperadas por mí. Aquí se la dejo a los lectores del blog)

Hoy es sábado y acaba de llegar tu hermano con unos plátanos machos maduros y verdes grandísimos, si los pueden fotografiar mejor para que los vean. Ciertos productos están apareciendo en los agros y a menor precio, pero lo que se está corriendo es que la libreta de la bodega tendrá que desaparecer antes de fin de año. En las shops se han producido algunas rebajas en las cosas que compramos de primera necesidad (algunos quilos, digamos) y parece que se hace para la motivación de compra porque las tiendas siguen llenas porque no hay dinero...

En casa estamos ahorrando de verdad por ejemplo con los periódicos, que pagábamos 45 PC y ahora sólo pagamos 30 porque dejamos de recibir los del domingo y el "Trabajadores", el asunto no es sólo ahorrar sino que los cuatro periódicos dicen lo mismo y si lo unimos al NTV entonces la misma noticia la leemos o vemos-oímos cinco veces y eso no se vale. Lo mismo hemos hecho con el pan (comprábamos dos de 5 PC en días alternos o sea 150 PC mensuales) pero ahora sacamos el de la panera 5 centavos de PC diarios que es 1,50 PC al mes y nos ahorramos buena tunda de plata. Pasa lo mismo con los huevos (nos tocan 10 por persona varón o hembra) y como somos tres en la libreta serían 30 huevos pero comprábamos 10 más por la izquierda a 2,00 PC en el agro. Ahora no compramos esos huevos en el agro y nos ahorramos 20 PC mensuales. Y están llegando algunos productos del agro más baratos al puesto que queda al lado de la bodega y allí vamos a comprarlos y eso ahorra... Por otra parte en el e jota te las cosas salen más baratas, así que ya no vamos al agro de los bandidos de Río Frío sino al ejt... Y una noticia ahorrativa: las gestiones en el barrio las hago en bici forever para ahorrar y para hacer ejercicios...

Ya no gastamos en platanitos de fruta, fruta bomba, ají porque los tenemos en el jardín y lo que nos falta son los muchachos para hacerles cuentos y sembrar semillas, esa angustia por ahora la tendremos pegada en el cuerpo entre el esternón y el espinazo cosa que sale a flote del esqueleto cuando uno menos lo piensa o lo quiere, que es lo mismo (querer es poder, como decía Unamuno...).

Hablando de todo un poco lo más triste del viaje fue la visita al lugar donde vivíamos antes y al zoo de 26. En el primero el tiempo pasó y no nos dimos cuenta pero lo más útil fue mirar al balcón del segundo piso relleno de cosas inservibles. No lo habían reparado.

En el zoo los venados de la entrada siguen fuertes y saludables, hay al menos tres mandriles culo rojos, tres cocodrilos inmóviles, tres hurones, tres pecaríes, tres leones tipo alfombra, un oso envuelto en su paltó grueso dormido al lado de su pedazo de pan soñando que hay con él dos ositos más, tres tristes tigres comiendo trigo en un trigal y dormitando igual que hace treinta y tres años y tres bancos para la paciencia y la espera de la gente que se pierde y dice que vuelve en tres minutos o en tres siglos que es lo mismo.

Mucha gente no cuenta los animales pero estaban saltando por las matas tres ardillas rojizas, tres pájaros tirándole a la escopeta, tres tríos de cachumbambés esperando ser montados, tres custodios, tres polis, tres parqueadores y tres cobradores de entrada al lugar, los anfitriones éramos tres y los visitantes extranjeros tres también. Como se observa en la charada nocturna no nos quedó más remedio que jugar al fuerte el número tres y el treinta y tres (cachimba y mono) pero nos embarcamos porque salió el 35 (araña) y el 20 (tibor)... Ahora con la llegada de la crisis la gente se está dedicando a esos menesteres, se está jugando mucho dinero (un peso cubano es mucho dinero porque equivale a 20 panes, para una persona jubilada es el pan de casi un mes) y se está optando por el pluriempleo que te lo pagan separado y aumenta el salario...

Esto es todo por ahora, ya llegaron las lluvias, el jardín está verdecito como el edén famoso y nosotros aquí botando la basura, lavando y limpiando casi sin descansar porque cuando dejamos de hacer algo nos acordamos de los muchachos y nos entra el virus de la angurria, una sarna en el cerebelo difícil de curar... Y mucho cine por TV sin drama, puro entretenimiento para no pensar mucho. La ayuna y el pupilaje es una bendición de Dios pero llega el momento en que hay que salir a dar una vuelta y comer algo porque te puedes volver loco y si fuera de amor bienvenida la locura pero de zozobra no porque terminamos hechos una estatua de bronce como la del Caballero con el dedo índice pulido y eso no va... Así que pasaremos esta noche mirando cine y mañana también, tupiéndonos el enrejado del encéfalo, durmiendo como el oso gigante en su invernadero de candela y sin pensar nada, como un bebé acabado de nacer...

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martes, 7 de julio de 2009

El horizonte

Queridos cros. y cras., comencemos como siempre con los buenos días y la definición inicial: ¿qué es el horizonte? A ver, la dama de la derecha, sí... usted misma, ¿quisiera darnos una definición de horizonte?... ¿No la tiene?... ¿La tiene pero no desea? Bien... Y el caballero de la izquierda, sí... usted mismo: ¿puede definirnos qué es el horizonte? Dígame usted. "Pues yo pienso que el uniforme es algo que tenemos siempre puesto cuando...". No, caballero, horizonte. ¿Qué es el horizonte? "¿Rinoceronte? Los rinocerontes son unos tanques de carne que...". Ya veo, sí, gracias... Y Ud. el joven de la primera fila: ¿por qué se sonríe?, ¿entendió mi pregunta?, ¿sí?... Dígame a ver. "El horizonte es eso que vemos cuando vamos a la playa, allá tu lo ves, allá a lo lejos llegando a las noventa millas donde se pierden las lanch..". Gracias, ya veo, no tenemos una definición de horizonte bien definida y está claro porque en ningún lugar se ha definido este asunto. Miren, yo les voy a adelantar algunas definiciones y luego ustedes saquen sus propias conclusiones... ¿OK?

Según Epicuro el horizonte es un propósito, una meta, un objetivo: el amor afiebrado y sudoroso. Hércules dijo cuando se enfrentó a la solución de una de sus tareas que el horizonte es el quid pro quo de la vida de un titán. Atila lo definió más sencillamente: el horizonte es cero cuando no vienen en las cabalgaduras los cuerpos desnudos de las mujeres. Locke creía que el horizonte era una masa flácida parecida a la del pan antes de hornear. Sin embargo Meyerbeer consideraba que el horizonte era un límite para Roberto el Diablo, una de sus óperas famosas. Para Pigafetta el horizonte jugaba un papel determinante en el rumbo de los mares y por ello logró sobrevivir en aquella expedición de Magallanes. En Mor de Fuentes podemos encontrar una definición más acabada en su obra Bosquecillo de Mi Vida y es ésta: el horizonte es el impulso vital y el todo de la existencia humana. Para Estrada era todo lo contrario: un error geométrico. Sartre consideraba algo así como que el horizonte es lo que no es y no es lo que es. Pero fue sin dudas Jorge Manrique el que mejor definió el concepto cuando expresó: Horizonte es la línea mental entre la vida y la muerte.

En los diccionarios se puede encontrar una definición simple y confusa como ésta: "Línea aparente que separa la tierra del cielo: un horizonte dilatado". O esta otra tal vez más creíble: "Superficie terrestre limitada por esta línea". O ésta: "círculo máximo de la esfera que la corta en dos partes iguales, el hemisferio superior y el hemisferio inferior". O esta genialidad: "extensión de una actividad: nuestro horizonte se amplía con la instrucción. Límite, esfera, extensión de una cosa. Perspectiva del porvenir: horizonte político".

Como podrán observar son tantas y tan disímiles las definiciones de horizonte (como de cualquier otro concepto) que lo mejor sería siempre exponerlas unas al lado de las otras para que la gente escogiera aquella con la que más se siente identificada su personalidad. Si es usted extrovertido su horizonte será más público, si es lo contrario será uno íntimo. En mi modesta opinión horizonte es eso que vemos a lo lejos donde se pierden las lanchas, una meta, un amor afiebrado, un cero con mujeres desnudas, masa de pan para hornear, límite del diablo, rumbo en el mar, impulso vital, línea mental aparente, superficie, algo que es y que no es que no fue y era, esfera y quid pro quo...

Realmente hablando, para mí el horizonte está en la bodega de la esquina: inalcanzable. También en el salario que percibo: inatrapable. En el amor que desearía: imposible. En los zapatos que pudiera usar mañana: inexistentes. En el descanso del domingo: ilusorio. Una meta como un punto de partida tal como escribía Kuchilán (mucha gente no sabe quién fue Mario Kuchilán del Sol, pero ese es otro cuento que algún día les haré), un derrotero, principio y fin de la ilusión como dice la canción, horizonte es aquello que nos llama como imán o que no se puede unir fuera de la probeta de cristal como el azogue (mercurio) del termómetro cuando se rompe. Aquello que vive humilde con la sencilla verdad de las cosas gigantescamente existentes en sus manos: cuanto más nos acercamos a él, más se aleja de nosotros.

Definición más o menos es lo mismo, digo yo. El asunto (la dificultad, el problema) estriba en que cada vez que tratamos con algo que tenemos que definir se nos convierte el ejercicio en un imposible como la existencia misma del susodicho horizonte. En nuestro caso al perderlo no lo tenemos, pues desde los antiguos la gente tiene lo que nunca ha perdido o pierde lo que nunca ha tenido, sofismas más sofismas menos en el caso que nos ocupa estamos como en la serie (Lost) de la última temporada: en una isla perdida de la cual no podemos salir o a la cual no podemos entrar. Miren si no, levanten la mano derecha delante de un amigo cualquiera y se encontrarán con su mano izquierda (la derecha es la izquierda) y esta incertidumbre de no poder definir algo que necesitamos nos pone la mesa con las patas hacia arriba, entre la vida y la muerte, una incertidumbre que no se amplía con la instrucción y por lo tanto tenemos con ello una limitación y una congelación de la perspectiva. Parece una de esas diarias boberías que nos ponemos a pensar o a hablar cuando nos falta el alimento en medio del estómago, pero no lo es. Es más bien un elemento consustancial de nuestra personalidad y nuestra indiosincracia (dije indio porque estoy hablando en indio, claro...), los cubanos de hoy somos así: no podemos definir el horizonte ni nunca lo hemos visto, tocado ni olido. Y sin embargo seguimos tan contentos como si nada. Somos un conglomerado social que no puede definir ni eso ni nada... ¡já!

Si ayer en esta misma clase muy pocos sabíamos lo que era la elipse o en la clase anterior cuántas personas están por debajo de los límites de la sabiduría o la pobreza ("la pobreza pasa, la deshonra no") ni el lugar exacto donde habita el unicornio o las causas concomitantes del por qué no se han resuelto los problemas relacionados con la existencia de vegetales en épocas de sequía o de verano, si no sabemos nada de la icterohemoglobinuriabacilarbovina, ni la diferencia entre quelonios y marsupiales, ni cuántos millones de kilómetros separan a la tierra del sol, ni cuánta cafeína hay en el té o en el café (dicen algunas investigaciones modernas que el té contiene más cafeína que el café, válgame Dios...) entonces no nos sonrojemos si no podemos definir el horizonte como la dama de la derecha que tenía la definición pero no deseaba darla (algo que le ocurre a ciertas damas siempre: poseen un don milagroso y sin embargo se resisten a darlo hasta un día) y es por esa misma razón queridos cros. y cras. que tienen para mañana una tarea: traer una definición propia de cualquier cosa. Y se acabó... No me vengan con más cuentos y si no pueden definir la cosa pues no pierdan el sueño y ya. A ver ¿qué es el sueño?...

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viernes, 3 de julio de 2009

Entre Cielo y Tierra

La gente aquí piensa más en lo que puede haber debajo de la tierra o encima de ella que en el espacio circunsterrestre, eso que los antiguos (y los modernos, ¿no?) llamaban cielo. La polémica y la disyuntiva misma es comúnmente esta: estamos entre el cielo y la tierra. Vean si no...

Como el alimento es prioritario ("el hombre antes de dedicarse a la política, la religión o la filosofía tiene ante todo que comer, vestir y tener un techo y para ello trabajar..." según dicen que dijo alguien, creo que fue Marx...) y junto a ello también la vivienda, el transporte, la ropa, los medicamentos, la cultura (se necesitan pinceles para pintar, saxofones para tocar, zapatillas para bailar, maestros para que nos enseñen a cantar, en fin, la cultura es también algo material que se traduce en ilusión, conceptos, juicios, razonamientos, estética, ética, pero en el fondo la cultura implica estar vivo el hombre como ser social y para ello se necesitan insumos, claro) son prioridades básicas, pero en el entorno actual la gente ha metalizado en cierto grado (hay quienes hablan de una invasión de la "materia"...) la vida que lleva y hay expresiones que tienen un significado neuronal aplastante como aquella que dice así: "Hoy se vive con cuatro neuronas: la de comer, la de vestirse, la de dormir y la de reproducirse"... Sobre todo esto último pues los jóvenes (¿y viejos?) que van a la calle G esquina a 23 no piensan en otra cosa que en eso...

Buscando el alimento nos vamos a la agricultura y no hay que ir mucho a la universidad para darse cuenta de que con aire, sol y algo más podemos tener en un período corto (cultivos de ciclo corto) lo que le podamos arrancar a la tierra con nuestro trabajo. No son pocos los que hay buscado soluciones alimenticias en tierras que no estaban destinadas al laboreo, digamos. Eso sin hablar de la cría de ganado como está sucediendo con esos ejemplares gigantescos llamados búfalos que no solo se multiplican en demasía sino que también son incontrolables pues arrasan con cuanta hierba se tropiezan y destruyen no sólo plantíos sino poblados enteros. Muchos productores de tabaco no quieren seguir sembrando por la cercanía de los búfalos que se lo comen todo, incluyendo ese tipo de plantaciones son, podemos decirlo, búfalos nicotínicos y nadie puede decir cuántos son los búfalos, búfalas y bufalitos que existen, parecidos a los jovencitos de la calle G...

También el mar nos proporciona eso que llaman "peces", algo que nos rodea como isla (¿archipiélago?) que somos y que en los últimos cincuenta años han desaparecido y vuelto a aparecer nadie sabe cómo. También otras especies como quelonios, crustáceos, etcétera, que podemos consumir en restaurantes cuando tenemos eso que llaman dinero en los bolsillos. Por otro lado existen animales que vuelan (¿aquellos que tienen plumas, son los únicos que vuelan?) pero esos animalitos no se ven mucho en la mesa común y corriente (gansos, pavos, ocas, patos, faisanes, guineos...) y aunque son apetecidos parece que nos hemos solidarizado con la ingestión del pollo de ballet y no hemos podido resolver otra opción cultural similar o diferente... como pudiera ser un ganso futbolístico u otro ejemplar de muslos poderosos. La gente comenta que también hay muchos gansos y guanajos vivientes humanos en la calle G...

La búsqueda de alimentos a través de alguna gestión útil como el trabajo, digamos, se ha convertido en un sentido de la vida para la sobrevivencia actual pero en ese propósito la gente no está mirando mucho hacia las carreras del espacio como son las relacionadas con la balística, la cohetería, la ingeniería cósmica, la ingeniería espacial, la cibernética galáctica y otras afines que nos permitirían no sólo viajar en el futuro al cosmos o descubrir civilizaciones inteligentes incluso dentro de nuestra propio sistema solar sino también proyectarnos con visión futurista hacia el siglo XXII que será el de la conquista del espacio y el de la transportación de la civilización humana terrestre a la población de mundos habitables... Un mundo galaxial mejor también es posible, como algunos estudiantes dicen cada cierto tiempo allá por la calle G y se ponen en órbita tomando ciertos líquidos coheteriles o fumando determinados motores reactivos a pólvora que los ponen a tono...

El asunto de las migraciones también nos ocupa constantemente, tanto las oficiales autorizadas y programadas como las que no lo son y eso (que parece estar debajo de la piel de los cubanos) que se llama la intención de viajar (se demuestra de manera diaria cuando se pasa revista a las terminales de guaguas y trenes repletas de viajeros) no tiene parangón en cualquier otro pueblo del planeta. Ahora mismo se están programando viajes desde las provincias orientales hasta Batabanó y de allí hasta la antigua Isla de Pinos (como se sabe esa porción del territorio nacional se denomina Isla de la Juventud, pero la gente le sigue llamando Isla de Pinos... como le sucede a muchos centrales azucareros y a calles que le han cambiado el nombre) y una guagua recoge diez turnos por provincias (desde Camagüey hasta Guantánamo se considera provincias orientales), transporta personal hasta su destino y de allí en barcos los llevan hasta la Isla, para que vayan a visitar a los familiares que poblaron aquel lugar desde hace más de cuarenta años y que muchos ni siquiera conocen... Cuando se juegan los partidos de pelota el equipo de aquel lugar (La Isla...) recorre todo el país y es la única oportunidad de encontrarse con familiares o conocidos y entregarle correspondencia o noticias de primera mano. Aunque se les denomina pineros todo el mundo sabe que los jugadores de pelota de ese equipo son los llamados "palestinos" o descendientes de éstos y eso se sabe por el lenguaje, las expresiones y el tono de la voz... Por cierto, las migraciones también han tenido una motivación alimenticia como se sabe y se puede comprobar en las concentraciones de personas afines o no, como sucede allá por la calle G...

Este asunto de mirar más a la tierra y al mar que nos rodea y casi nada al "cielo" (poca gente observa la galaxia con algún telescopio en nuestros días) hace que nos estemos convirtiendo en una especie que mira poco hacia arriba y por el contrario camina mirando casi siempre hacia abajo. Generalmente debe hacerse así para sortear los obstáculos de la vía (baches, huecos, cacas de perros y gatos, piedras en el camino y otros) pero con ello estamos dejando de mirar el vuelo de los pájaros, el de los aviones, la observación de la trayectoria de los satélites, la enamorada Luna, el famoso lucero del alba (Venus) y hasta el propio Sol al que no podemos ver mucho sin protección pues nos quema la vista. El avión de la fumigación contra el mosquito ya no vuela sobre la ciudad por el gasto excesivo de combustible, no todos tienen la oportunidad de ver aterrizar o despegar los aviones en las terminales de ese tipo de transporte, el paracaidismo deportivo brilla por su ausencia al menos eso es lo que se observa, los muchachos ya han perdido la costumbre de volar cometas, chiringas, papalotes, barriletes o coroneles facturados con papel de China, goma de pegar y güines de caña y la cría de palomas mensajeras no sólo es un imposible (buscar el ejemplar adecuado, la alimentación, el entrenamiento exquisito, los medicamentos, etc.) sino muy trabajoso (algunos prefieren un palomar encima del techo pero en la ciudad eso no se ve mucho ya) y la cría de aves a domicilio enjauladas impide el vuelo libre y feliz de los animalitos. Por eso los que acuden a la calle G no les interesa mucho la geografía o la astronomía sino la habladuría y el punto G...

De tal suerte nos estamos convirtiendo el terrestres de verdad y en antiaéreos, lo que conspira contra aquella intención que teníamos todos de convertirnos en pilotos algún día o en cosmonautas o en voladores de cohetes, en manejadores de naves espaciales y en descubridores aventureros del cosmos universal bigbánico infinito espacial hermoso gravitacional elíptico mítico divinoendemoniáticamente bello del cual probablemente vino en un viaje de cometas la vida misma y que inyectó en el mapa genético humano aquella idea factible de volar por entre la lluvia de aerolitos y regresar o no, pero sintiendo que cuanto más nos alejemos más cerca estaremos a punto G de encontrarnos con alguien similar a nosotros. Y por qué no, aumentar con eso el número de nuestro horizonte neuronal como cierta elipse que se le forma en la cabeza a los muchachos y muchachas allá por la Calle G...

Yo digo que junto a la educación formal que ahora se está dando en las aulas debíamos introducir desde la primaria alguna idea de que el ser humano no debe solamente contentarse con comer y dormir sino que también debe pensar alguna vez en dar un viajecito al exterior y así acostumbrarnos a la idea de no considerar a los que queremos viajar a algún lugar del exterior como seres extraños sino por el contrario como búfalos que han perdido el pudor y el miedo cerebral y se deciden a probar suerte más allá del guetto donde los han metido a pastar, a dormir desnudos y a reproducirse, como ciertos muchachitos y muchachitas que van todas las noches por la calle G...

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lunes, 29 de junio de 2009

El misterioso caso del dinero perdido

Lo primero que la gente nota cuando sale a comprar algo es que o no lo hay o lo hay pero no hay quien lo compre... El consumidor elemental ("Elemental Watson...) sabe que toda crisis se trasmite ante todo por la vía comercial. Alguien dijo una vez que la sociedad nota que algo raro pasa cuando las calles no están abarrotadas de transporte y parece que tenía razón, si no funciona el transporte es que la gente no sale a la calle, si no sale a la calle es que la gente no sale a comprar, si la gente no compra es que las tiendas o están abarrotadas o no tienen clientes, si no hay clientes es porque la gente no tiene dinero, no tiene dinero porque lo ha gastado o no lo ha ganado o no lo ha recibido... Lo mejor de toda esta historia es que tenemos un buen ejemplo hace miles de años: el cuento de la buena pipa. ¿Quieren que les haga el cuento de la buena pipa?... ¿Sí?... Yo no digo que sí sino que si quieren que les haga el cuento...

Pues bien queridos solidiscúpicos lectores empecemos por el final... Parece que hay una incontrolable fluctuación de la oferta y la demanda de bienes y servicios, del movimiento de los precios, de la falta de liquidez (este término nadie lo sabe ciencia cierta pero está relacionado con la ausencia de dinero contante y sonante, dicen) o de su exceso (cuando hay mucho dinero en la calle el dinero pierde valor, cuando hay poco la plata vale mucho), pero no es esto lo que quiero que ustedes lean... Es algo más sencillo que estate quieto. La gente no tiene dinero y las tiendas están vacías (no solo de productos sino también de clientes), mucho personal que no está haciendo nada dentro de la tienda y cuando ven el primer cliente le parten "parriba" porque de todas formas quieren venderle algo (un chupachupa, dos cuadritos de sopita de pollo, un refresquito, galleticas para muchachos, medio cuarto de muslos de pollo de ballet, margarina barata, un aceitico El Cocinero con bastante colesterol, una cajita Tropical Island de puré santiguado "palsofrito", dos quesitos crema nacionales "paldulce" casero, en fin algo de todo mezclado en una jabita pequeña que nos sirve luego para traer el pollo partenaire de la libreta que viene a la ¿"carnicería?)... Pero aterricemos, no era eso lo que quería que leyeran...

Parece que la economía está rellena de algunas inestabilidades como por ejemplo el hecho de que no podemos hablar de un abastecimiento sistémico sino de un suministro insuficiente, de una planificación flexible aunque científica sino de ausencia de plan en algunas entidades empresariales, de mercado agropecuario sino de boniatera embarrada de tierra, de insumos-consumos sino de precios convoyados, de parqueadores por la libre sino de libretas consuetudinarias, de estimulación salarial sino de pluri valencia de monedas diversiformes y multipropósicas, de situaciones álgidas sino de algibes sempiternos vacíos y elucubrados, de garantía calórica sino de forrajeo de cualquier cosa, de restricciones del consumo sino de rapid trance ajedrecístico, de ingresos disminuídos sino de huecos en el bolsillo, de planes de crecimiento sino de crecimiento de los progesterónicos, de leche en polvo fantasmal inexistente sino de pluriseries televisivas necrológicas y detectivescas, de toneladas de sal de bodega sino de atunes encumbrados expuestos en sitiales elevados... Pero no era eso lo que quería que leyeran...

La infraestructura eléctrica o vial ha llegado a lugares inaccesibles como la rotonda de la Ciudad Deportiva (la principal ciudad donde la composición étnica y el color de la piel se inclinan favorable y entusiastamente hacia tonos oscuros o mestizos, según refiere la estadística al uso) y allí in situ se bañan en el bidet de Paulina no sólo la grey infantil que pasea y sigue su agitado curso sino también ciertos representantes de la autoridad policial y/o trabajadores sudorosos no sólo de aguas de La Habana sino también del selecto club de comunales, obreros de vías y obras y transeúntes noctámbulos y bohemios que en ocasiones carecen de agüita rica embotellada para calmar las necesidades infernales y calientes del estómago. Pero con estas inversiones se ha perdido la noción del ahorro y se ha gastado en combustibles en el primer cuatrimestre del año lo que hace una década se destinaba para un semestre de aquí que macroeconómicamente hablando se ha invertido en algo que no tiene retorno (como cierto transporte que va pero no regresa...) monetario mercantil ganancial líquido y por ende sin embargo no obstante asímismo el sistema del presupuesto carga los gastos en la columna del saco sin fondo mientras los ingresos no dan para compensar el cachumbambé de las pérdidas... Pero no era eso lo que quería que leyeran...

Todavía no se ha interiorizado (interiorizar viene de interiores algo así como la ropa interior de una muchacha, digamos...) que en una situación de crisis la ganancia más segura es el peso que no se gasta y mucho menos no se derrocha, como ha escrito brillantemente una cierta periodista sonriente recientemente paulatinamente, de ahí que se sigue gastando lo que no se tiene y eso redunda en que cuando no hay pues nos jodemos, así que si se contrae el turismo como se espera, decrece el envío de la remesa familiar como está sucediendo, si crece el desempleo en los países emisores que llevan miles de años viviendo a tenor de sus inversiones hechas y estables, si sigue la incertidumbre y el nerviosismo en la bolsa, si los bancos siguen quebrando, si la burbuja inmobiliaria reexplota y se convierte en agujero negro, si los ricos siguen nadando en champaña y los pobres muriendo de hambre, si seguimos con poco dinero caerán nuestras importaciones y los precios de nuestras exportaciones, si la tecnología instalada es todavía ineficiente y la gente sigue remoloneando sin trabajar productivamente, si seguimos llenando el muralito y conversando por teléfono en vez de dedicarnos al laboreo anónimo eficaz y sin pérdida de tiempo, si seguimos sin créditos y facilidades bancarias internacionales, entonces estaremos en insuperables condiciones para comer de nuevo raspa de harina quemada, filetes de aire comprimido y rodajas de toronja refritas como cuando el período especial de finales del siglo pasado... Pero sigo conectado a otras ideas y no era eso lo que quería que leyeran...

Y por lo tanto por cuanto en tanto el Esperanto es universal, nuestro sistema nervioso superior ante todo el cabrón cerebro que llevamos instalado dentro de la bóveda craneana comenzaría a emitir berrinches y emanaciones nada coherentes y sobrevendría una fase neuronal impredecible que nos haría desvariar constantemente y nos tornaríamos incapaces de entender incluso up supra mencionado hasta un grito de fuego dentro de un cine cuando algo se esté quemando en medio del próximo festival del nuevo cine latinoamericano. Y no digamos de soplarnos uno de los consustanciales y medulares discursos de Alfredo que pocos entienden ya en los predios intelectuales modernos... Pero no era eso tampoco lo que quería que leyeran...

Yo quería que leyeran algo pero con lo dicho hasta aquí desgraciadamente se me ha olvidado, ha desaparecido misteriosamente como el dinero mismo que nadie puede explicar por qué no lo tenemos ni dentro de la caja del ahorro, ni dentro del bolsillo del gasto ni en la mano ni en el encéfalo como una imagen ideal y eso que nos lo envían con el acarreo gratuito del sacrificio con que lo consiguen allá mismo de donde procede su emisión, un dinero inarrugable, sólido dúctil maleable inoxidable increíble visible amable, que serviría para decir "aquí lo tengo atrapado como conejo en mi mano de receptor" y no como decimos: "Ojalá (Oh!...Alá) llegue un día en que el dichoso deje de ser tangible y se convierta en ilusión, en cuento, de referencia como el de la buena pipa o se muestre en museo numismático para delicia de los chicos y reto de mayores al tener que explicar de qué se trata".

Mientras se aclara el misterio del dinero perdido seguiremos aquí trasegando algo mientras damos rienda suelta al riego artificial para que las hormigas no nos coman las frutas y podamos cocinar al menos en un mes un suculento dulce de papayas pintonas y poner de acompañante al quesito crema que consigamos. Y así, con el estómago endulzado seguir pensando por qué y cuándo se ha esfumado, si se ha quedado en aquella isla lost intemporal o está jugando a los escondidos como niño de primaria. ¡Dime tú!

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viernes, 19 de junio de 2009

¿Matrimonios?

El concepto mismo (Amundsen dice con toda razón que tiene un orígen impreciso ¡pues supone la aprobación de la maternidad...!) es tan antiguo como la misma civilización. La ley actual impone la realización del acto matrimonial para su validez social (la famosa firma de los papeles ante notario) pero la iglesia realiza el compromiso sin fuerza legal alguna (solo para los "fé" que algún día harán falta)... Sin embargo lo más curioso del caso es que la unión de la pareja puede darse sin comparecer ante la ley o ante la iglesia (aquí le dicen juntamiento, allá lo nombran apareamiento, convivencia familiar y muchos otros nombres) y lo más importante para ello es un sentimiento que nada tiene de divino ni de legal: el amor.

Con quererse mucho basta, decía Malebranche cosa que con el tiempo nadie le ha negado, pero también trae sus inconvenientes, como no hay requerimiento legal los ¿"conyuges"? pueden mantenerse de por vida en el limbo de la monogamia o no. Se conocen no pocos casos de unión que nunca pasaron ni por la iglesia ni por la notaría y al final cuando estaba cerca ya la hora del viaje al otro lado lo hicieron en los dos lugares por un recurso que hoy en día tiene una validez espectacular: la herencia. El acto mismo de la inscripción de los descendientes se ha establecido con o sin papeles de matrimonio de los padres y este ¿"derecho"? ha permitido que los bienes se hereden sin tantas complicaciones.

Pero al grano, porque estamos hablando de matri y no hemos aterrizado todavía... El asunto es que según las estadísticas (a veces salen otras no, como los resultados del último censo de hace una década o más que no se han dado a conocer públicamente todavía) son muchísimo más las parejas que se distancian o fracasan que las que se unen por una (o varias al mismo tiempo) de las vías analizadas anteriormente. ¿"Casarse"? (por el notario, por el cura o por la anuencia del otro) o más bien unirse en matrimonio (¿"matrimoniarse"?, ¿"juntarse"?, ¿"arrimarse"?, ¿"pegarse"? u otra denominación actual) ocurre menos que despegarse, separarse, divorciarse, atomizarse, fuerarse, irse, desvincularse, descargarse u otro modismo parecido.

La gente se conoce por la mañana, se junta por la tarde y se separa por la noche... Algo así como usar una chancleta de palo para ¿"bañarse"? o llevar a la pareja a comer helados que no son del gusto de una de las partes. La gente se conoce, conversa y se separa con la velocidad de la luz. Es increíble lo que nos está pasando. Lo digo por la experiencia vivida nada menos que en la zona más concurrida del apareamiento casual y consuetudinario: el muro del malecón. Viene el muchacho y le dice a la muchacha: "¿Qué, nos vamos a descargar?". Y la muchacha dice: "¡Jum!". Y se van, descargan, vuelven de nuevo por la noche y los muchachos les preguntan: "¿Y qué?"... Y dicen: "¡Ya!"... Lo que quiere decir que se unieron, vivieron un rato y ya se separaron. Así como así, más sencillo que hacer un merengue con dos claras de huevos en un plato hondo con un tenedor por batidora. ¿Y la familia, qué?... ¿Y qué del noviazgo, de aquella madurez de mermelada que había hace nada menos que cien, cincuenta, veinte, diez años?... Pues nada, la gente no recuerda, no le interesa recordar y se ha olvidado. Se nos ha perdido la memoria como sucede hoy cuando se nos daña la flash o el mismísimo disco duro del ordenador.

En mi opinión esto se debe a un factor importantísimo de la vida social que nos ha invadido hace nada menos que los últimos veinte años: la desmotivación. Hace un tiempo lanzar una bola de papel usado al epicentro de la calle era un pecado capital. Hoy la gente tira las latas, botellas, basura, sacos de desechos, mierda envuelta, tarecos al plan como si fueran pelotas de fútbol dentro de la portería y que las recoja otro, no el goleador. Hoy se ha perdido no sólo la decencia, sino la incumbencia, la obsolescencia, la ciencia, la potencia y la verecumbencia: Viene el tipo bebiendo cerveza de latica, termina con el último sorbo y tira la lata allí mismo donde más ruido hace, encima del adoquín. Y con los desechos tirados también nos estamos acostumbrando a tirar la existencia de la pareja que tenemos y agarrar otra, la que viene a nuestro encuentro tirada al mismo tiempo por aquella pareja que se entrega en los brazos de la que viene o va o se desliza que no es lo mismo pero es igual como dice la tirada canción del cantautor que la inventó...

Nos está durando poco el calorcito de la pareja, incluso in situ etcétera asimismo insumos out put y ya se ha perdido la cuenta de los años felices en dúo (¿quién se acuerda de las bodas de plata, de oro, de cromo, hierro, niquel o cobalto el archiconocido crofénico?) y es más, ¿qué es la pareja sino aquello que decía Ferdinando de Céspedes "la célula o embrión más importante del engranaje social"? Ferdinando, mi hermano, la familia hoy en día es como el arito reburbujeante de la felicidad: un relámpago fulgurante que en un nanosegundo nos acompaña... De ahí que ya no se hable mucho del matrimonio sino de la nanología, cada día que pasa los aparatos que nos rodean tienden a reducirse incluyendo las flashes, los celulares, los carros y también por qué no los penes, los peces, los pianos, las putas, las uniones sempiternas ultravioletas infinitas eternas externas internas y el nanomisterio del amor se ha escondido debajo de una montaña de desechos sólidos a la que se le pasa por el lado y ni se le mira estando sin embargo allí donde más fuerte y desastroso es su pestilente olor y donde el revoloteo de las moscas o el zumbido de los demás insectos han perdido la orientación de toda brújula verídica: la necesidad de besarse y aguantar al otro hasta que la muerte los separe.

Sin embargo estas dificultades y preocupaciones son propias de los viejos según dicen algunos, los más jóvenes ni saben qué día es hoy y en el fondo (Einstein decía que no había tal cosa...) un matrimonio formal sin amor aguantado por más de medio siglo es peor que uno que dure un día con todo el amor del mundo, un amor aventurero y pasional encendido como llama eterna libre de complejo y tabú, desnudo como Dios lo trajo al mundo entre sexos diferentes o iguales sin diferencias de color de piel ni de edad así salvaje y trashumante loco de miradas y de besos, de flores y de versos llenos de la champaña de la orgía, de gritos desesperados porque dure para siempre aunque no lo pueda hacer que nos estremezca la columna vertebral y todos los poros de la piel y que se quede en el infinito paralelogramo de fuerzas del recuerdo para que renazca un día cuando miremos unos ojos parecidos o nos pase por el lado aquel perfume que jamás podremos olvidar... ¿Y el matrimonio?... Que se vaya al carajo... digo yo.

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miércoles, 17 de junio de 2009

Este silencio caluroso...

A veces pienso que Hume tenía razón cuando escribía: "Todo el mundo quiere medir el ruido pero nadie se atreve a hacer algo parecido con el silencio". Un silencio que nos acompaña en un vacío que Pichy Perugorría ha declarado públicamente como aquello que nos falta y tenemos que llenar con sus pinturas geométricas rodeadas de amigos vociferantes y fieles. Junto al vacío (Saint-Simon decía que tal concepto existe pero tal realidad no...) nos arrolla el silencio, en nuestro caso caluroso tórrido tropical tropezónico y sudoroso, un silencio veraniego bueno para estar sin hacer nada y después descansar metido en el aire acondicionado lloviznado chinosocial que nos han entregado a cambio de aquel ruso igual al televisor de la canción.

¿Qué nos ha pasado después de esta boda de cincuenta años a nosotros los que acabamos de nacer y estamos paralizados frente al ojovisor de este televisor con el mando en la mano viendo los cinco canales programados en los que podemos seleccionar solamente un diez por ciento de algo que sirva mientras el noventa restante lo llenan las series, las novelas, los documentales, las noticias, los mensajes, una información uniforme unicórnica universitaria universal y a veces fétida dibujada en medio del silencio de la noche oscuro como la piel de los negros que viven detrás desnudos sudorosos y que se sabe que están allí cuando se ríen dentaduras blanquísimas como las sábanas blancas colgadas en los balcones y esta página que soporta un paralelogramo de veinte coordenadas para poner silenciosamente las mejores ideas siguiendo aquella frase que dicen que dijo Linus Pauling: "La mejor de las ideas es tener muchas ideas"?

¿Qué rayos nos ha pasado que sólo escuchamos sin opinar y desfilamos con los brazos en alto siempre aplaudiendo consignas silenciosas gritadas al viento que se graban y algún día regresan como dicen que regresarán las voces de Sócrates, Buda y Jesucristo y las demás pues son los sonidos que se han lanzado al espacio infinito dipinto diblú y cónicamente cuando lleguen al final?, ¿hacen la elipse y vuelven al lugar en que fueron dichas? Silencio para escribir y pensar sin comer bebiendo agua hervida fría del refrigerador chinosocial lloviznado que es lo único que se escucha en el área de vivienda de este reparto mío. ¿Estamos cayendo silenciosamente en las manos asiáticas de los camaradas silenciosos chinos que trazan la elipse de sus bailes y danzas de artes marciales en puntillas sin hacer ruidos y nos miran orando con sus ojos de gatos rasgados y melenas inmensas de mujeres hermosas que nos invitan a hacer el amor por señales como si fuéramos sordos mudos ciegos? ¿Es eso cierto? ¿Puede alguien probar que no es la elipse una curva cerrada? A ver, Ud. que tiene levantada la mano ¿puede con gestos de dedos como Mata Hari decirnos en silencio ha tenido que ser qué es una elipse?...

Nos estamos envenenando en el mutismo de nuestro oficio de teleastas con tanta información inútil mientras seguimos sin saber cómo hacer un tamal, un fornido tamal de maíz cocido con chicharrones de cerdo, envuelto en hojas verdes y amarrado con hilos blancos hervido en cazuela antimicrowave una cazuela negra como la noche silenciosa que nos dice que se ha hecho el condumio cuando el olor nos entra apartando los pelos de la nariz y se anida entre las amígdalas y el esófago. ¿Será que nos hemos olvidado del ruido de cómo era aquel bocinazo de la rastra en pleno rostro o el del altavoz a toda mecha convocando a elección en un verano reberbereante que enerva el espíritu y nos impide hablar coherentemente demostrando con eso que somos lo que somos un pueblo que habla a gritos y que parece que se mata cuando de pelota se trata? ¿De qué cueva muda hemos salido nosotros los vociferantes, los gritones, los guapos, los machistas que hemos echado a andar silenciosos como quelonios poniendo huevos para taparlos con arena y protegerlos del sablazo de las olas comedoras de arrecifes? El que habla es el callado, decían los sofistas que repetían con señales una máxima inteligente: yo miento, con la cual decían la verdad y sin embargo la máxima existe y el que habla es el callado y ¿no sabemos quiénes fueron los sofistas sofocados socotrocos socarrones silenciados...?

Un don apacible que tenemos buscando sin hablar el libro de Ana la adúltera la mujer de Karenin, con el dedo embarrado de polvo en el librero que nos aplasta mientras preguntamos a la muchacha si tiene algo de Patón o Aristolete y ella nos dice que no que tiene algo de La Gata Triste, el Brindis en la sala, la Varsovia Húngara, El Decamaleón, Las Sífilis, El Mulo de Mayabe o las obras completas del Dr. Hyde Park, la Rumba Palace, La Ruleta Rusa, El Cine Shangai o el Barrio de Colón libros que no nos interesan y nos quedamos en silencio en Zanja y Cuchillo, allí en Aramburu y Ayestarán, ahora pasamos por el Bidet de Paulina, seguimos hasta la playa de Marianao y nos pasamos dos dispensadas debajo del puente del Almendares poniendo el dedo índice encima de los labios mirando a los lados por si viene la poli, asere agua sió que nos oyen, hablen bajito coño que nos agarran en el ferretreque este y oeste, levantando los brazos hermosos y con ellos el saco de cemento del almacén...

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lunes, 1 de junio de 2009

Blogacción: Llamamiento al gobierno cubano y al mundo

(Imágenes y textos para la Blogacción Cubana tomados de ResistenciaCuba, pagina1junio, 1 de junio, Chiquita mala y Cuba Inglesa)


Pedimos a todas las personas e instituciones defensoras de los derechos civiles en el mundo que contribuyan a la movilización, y llamamos al gobierno cubano a:

- Liberar a los presos políticos en Cuba
- Levantar las prohibiciones que impiden a los cubanos entrar y salir de su país
- Levantar las prohibiciones de acceso a Internet para los cubanos



ENGLISH
Call to the Cuban government and to the world


We ask all persons and institutions defenders of civil rights in the world that they contribute to this mobilization, and we call the Cuban government to:
- Liberate the political prisoners.
- Abolish the interdictions which prevent the Cubans from entering and leave of their country.
- Abolish the interdictions of access in Internet for the Cubans.

FRANÇAIS
Appel au gouvernement cubain et au monde.


Nous demandons à toutes les personnes et institutions défenseurs des droits civils dans le monde qu’ils contribuent à cette mobilisation, et nous appelons le gouvernement cubain à :
- Libérer les prisonniers politiques.
- Supprimer les interdictions qui empêchent les cubains d’entrer et de sortir de leur pays.
- Supprimer les interdictions d’accès à Internet pour les cubains.

ITALIANO
Chiamato al governo di Cuba e al mondo.


Chiediamo a tutte le persone e istituzioni che difendono i diritti civili nel mondo di contribuire a questa mobilitazione, e invitiamo il governo cubano a:
- Liberare i prigionieri politici in Cuba.
- Togliere i divieti che impediscono ai cubani di entrare e di uscire dal loro paese.
- Togliere le proibizioni di accesso a Internet per i cubani.

PORTUGUES
Llamado ao governo de Cuba y ao mondo.


Pedimos a todas as pessoas e instituições que defendem os direitos civis no mundo que contribuam com esta mobilização y fazemos um chamado ao governo cubano para:
- Libertar todos os presos políticos em Cuba.
- Levantar todas as proibições que impedem os cubanos entrarem e sair do seu pais.
- Levantar as proibições ao aceso a Internet para os cubanos.

DEUTSCH
Bekanntmachungfür alle Blogs und alle Freunde eines Freien Kubas


Wir fordern die kubanische Regierung auf:
- Die bedingungslose Freilassung aller politischen Gefangenen. Das ist und bleibt unsere Hauptforderung
- Darüber hinaus klären wir auf, wieder einmal, dass die Reisefreiheit in Kuba eine akute Menschenrecht Verletzung ist. Daher verlangen wir eine endgültige Reisefreiheit für die Kubanische Bevölkerung. Das wir ohne jegliche politische Hindernisse unser Land Frei verlassen und zurückkehren dürfen.
- Abschaffung des Entzugs im Internet. Freizugänglichkeit ins Internet für alle Kubaner und Abschaffung der Stattlichen Kontrollen für die Bevölkerung Kubas in das Netz.

TURK
KÜBA DENMOKRATİK DİRENİŞİ AŞAĞDAKI ÇAĞRI YAYINLAMAKTADIR.


Küba Hukümeti ve tüm dünyaya çağrı:
- Küba'daki siyasi mahkumlarının serbest bırakılması.
- Kübalıların kendi ulkelerine serbest giriş ve çıkışlarını engelleyen yasakları kaldırılması.
- Kübalıların İnternet erişimi üzerindeki yasakları kaldırılması için.

Bu dünyada sivil haklarını savunan tüm kişi ve kurumlar katkıda bulunmalarına davet ediyoruz ve Küba hükümetine çağrı da bulunuyoruz.

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jueves, 28 de mayo de 2009

El síndrome

La ansiedad nos está comiendo las uñas, nos las está descascarando, taladrando como el comején a la madera. Ahora se dice que le cayó comején a la uña y hay que dar toda la razón a la expresión. En medio de tanta confusión sufre el corazón, el pulmón, el riñón y el espolón. Los especialistas (si tiene Ud. alguna dificultad consulte con un especialista, claro) señalan que con el estrés (¿el escuatro?), la diabetes, la obesidad, los problemas cardiovasculares, la ansiedad se han convertido en un complejo sistema (un problema sistémico como la crisis globalizadora que nos está atosigando ahora) que nos afecta y a todo eso se le ha dado el nombre de síndrome metabólico (una bola que cumple una meta), una especie de pandemia que no se puede definir realmente ya que lo mismo ocupa una región del organismo (me refiero a la parte cárnica y huesuda del asunto) como al espíritu que anida allá por el cerebro (algunos dicen que es en una región cercana a la hipófisis por donde entra el alma al cuerpo, ¡dime tú!) y que no nos deja tranquilos incluso etcétera in situ hasta después que muramos y nos entierren (¡o nos cremen!) así como se lee.

Como conocen mis amigos blogueros (¿bloguistas?, ¿bloqueros?, ¿loqueros?, ¿blumistas?, ¿bromistas?...) me gradué en la Universidad de La Calle allí mismo en la esquina caliente jugando chapitas o pelotas de trapo, en el curso por correspondencia de béisbol, aprendiendo a capar sacando huevos, a escribir escribiendo con la ayuda del más importante de todos los libros: el diccionario. Así que cuando leo sobre el síndrome no puedo dejar de comentarles algo para que al menos lo aprecien desde esta óptica (Opticas Miramar con la savia de la vida, El Almendares le garantiza sus lentes en pesos cubanos...) común y corriente, como el camarón siempre cuidándose de ella para que no se lo lleven a la mesa de los que tienen ganas de comer y dinero además.

La socita ansie es la que nos entra cuando nos enfrentamos a la solución del principal problema que tenemos: la comida. Se ha definido este rubro como el de los alimentos, insumos, input-output, out en home, chaúcha, butuba, pasta, jama, pienso, rancho, la hora de la verdad y otras denominaciones nada vulgares como la de recursos bióticos y abióticos, cárnicos y sólidos, dietéticos diversiformes nutricionales, éticos antiparanóicos, culturosos enjundiosos (la enjundia de gallina está perdida, ¡vayan a ver!), alimenticios alimentarios, agrocárnicos, hícterohemoglobinúricos, ráricos, desaparecidos y no encontrados, en fin, toda una gama de cosas (la cosística es dicen algunos una ciencia, un arte, una técnica y una forniculaderística espaciosa) que nos llevan a una conclusión inmediata: aquí no hay abastecimientos sino suministros. Y en los lugares donde uno va a buscar algo rige una máxima conocida y poco divulgada: hay pero no te toca, te toca pero no hay (Escambray o Camarioca).

Así, de esta manera, empero, no obstante, sin embargo, por ende, por cuanto y en tanto buscar comida o alimento hoy en día es un gran pedo con pellejo rojo por demás. En primer lugar porque uno hace una lista previa suponiendo (la suposición según Cicerón es un estado de preconducta social que nos orienta a seguir un derrotero) que exista la cosa en sí kantiana, pero cuando sales a buscarla tienes que tener en el bolsillo otra cosa para sí: el dinero. Si no tienes dinero puedes apetecer digamos pechugas de pollo en lascas pero no la consigues porque esa cosa hay que intercambiarla (un valor de uso) por un valor y si no lo tienes miras pero no se toca. Si tienes dinero puedes apetecer ir a almorzar lascas de lechón asado congrí y ensalada mixta pero cuando llegas con tu cosa en sí solo hay pizzas raquíticas sin sal y adúlteras (adulteradas) y regresas a home a batear de nuevo porque has cometido el grave error de tu vida: pensar que ella (la carne) se te ha declarado y que el sorprendido eres tú como dicen que dijo aquel en aquella canción. Hombre pre-cavido (cabido existe, cavido no) vale por dos. Como Dios Más Dos ese humorista genial a quien han nombrado en una crónica reciente como un Todo Terreno (TT, DDT, Tetas, Total y Transtur), una tablitatarabintintanguladora... taotaotao.

Mire amigo yo le recomiendo que se vaya preparando para combatir la ansiedad: con dinero en el bolsillo y con la cosa en sí (fuera de nuestra conciencia) que exista. Si no ni salga, quédese en casa y cómase (un coma per se) cualquier cosa contando carneros para dormir (¿dónde están los carneros?) o cerdos porcinos puerquitos (333: tres meses, tres semanas, tres días la cifra exacta para que nazcan digamos en un parto 10 cerditos lindos tipo Petunia la novia de Porky...) y si nacen tantos y una dama pare un niño-niña cada nueve meses por qué hay más personas que cerdos vamos a ver, quién puede responder, dígame Ud. el calvo (Calviño el de la tele) ¿por qué somos once millones y no hay 120 millones de cerdos para comer?... Ahí es donde yo digo que la ansiedad nos está recondenando las uñas, las tripas, esas que roncan cuando sienten cerca la ansiedad...

El lío de la comida es lo más vulgar que tenemos de inmediato que resolver, no hablemos de la vivienda que se ha agravado después de la andanada de ciclones que nos han afectado, del transporte nuevo que se está guardando en los talleres para reciclarle las ventanillas que han sido rotas por las broncas callejeras, de las deficiencias en la educación por la puesta en clase de profesores jóvenes que no saben la diferencia entre correr y caminar, las insuficiencias en la salud pública pues te vacunan contra la gripe normal y sigues con catarro todo el año, de la información que no llega digamos por ejemplo hoy no ha entrado el agua de la calle y no han dicho nada de eso, de los apagones que vuelven por sobreconsumo de combustible pero no por problemas de generación, de la carestía de los productos del agro y de las shops, no hablemos pero no olvidemos que todo eso está en la jaba de la problemática y como un todo sin conciencia y sin voluntad nos golpea y nos hace subir la mostaza (por cierto, también se ha perdido la mosta y también las especias) o buscar afanosamente las especias allá en la antigua Droguería Sarrá con CUC se pueden conseguir para revender, pero de cualquier manera el lío es la comida ahora mismo resolverla ya para que tengamos listo el cerebro, el esqueleto completo y hasta el alma que a eso de las 3 de la tarde (hora en que mataron a Lola) tiene eso que dicen una pena, un nosequé, un vahído, un desmayo en el mes de mayo medesmayo, un ronroneo de tripas nosotros los que vivimos en este monstruo del síndrome metabólico y tenemos con o sin dinero que salir a buscar, escudriñar, escarbar, regar y sembrar, lo que nos tenemos que comer para luego soltarlo del organismo como la cosa menos apetecida, sucia, pestilente, microbiana y repugnante que ha salido de nuestro cuerpo y que antes fue divina, suculenta y amorosa como beso de diosa candorosa sudorosa y mística del mundo...

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domingo, 17 de mayo de 2009

A empujar el almendrón tiene bandera


Este blog, donde subo hechas posts las crónicas que me envía mi viejo desde la Habana, ya tiene también su bandera. ¿Quién la diseñó? El Plátano Alegre. Eso sí, ni sabemos si el autor verdadero del blog (mi papá) estaría de acuerdo con ella o no: nunca ha visto su blog, ni sabe lo que es eso... Él no tiene acceso a Internet en Cuba, no porque no quiera, eso déjenme aclararlo.

La campaña Con Todas las Banderas también la apoyamos desde este blog y ya he enviado la del Almendrón (carro americano viejo, Oldie, cacharrón, auto yuma antiguo, entre otras denominaciones) al espacio bloguero donde ondean por ahora otras muchas más de ellas: Blogs con bandera.

¿Ya tú tienes la tuya?

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martes, 12 de mayo de 2009

El helio de la burbuja nos está quemando

El polvo como hemos visto enterró a la pandemia y fue a su vez desterrado por el agua y sin embargo los hombrecitos y las mujercitas de negro seguían lustrosos y sonrientes mientras trataban de convencer a los incrédulos del por qué la luna estaba suspendida en el firmamento por aquella fuerza descomunal de la voluntad. ¿Y cómo iban a imaginar el argumento los que escuchaban aquellas prédicas si una esfera mucho mayor estaba también suspendida en el dipinto di blú? Pues ahí les va el cuento del sol suspendido, perdido y encontrado, salido y entrado, naciente y poniente, el sol mayor, soldado, solivio, sol y son, solidiscupio, coperniciano y geróntico, en fin el sol amarillo y enérgético, febeo, helíaco, ultrasolar, cincunsolar, heliocéntrico, sotanero, soladura, solecismo, soledad, solemne, solera, soletar, solevantado, solícito, solidario y soez.

Estaba allí colgado el sol sin caerse con sus protuberancias y sus terremotos solares, sus explosiones atómicas calientes, esperando que algún incauto lo empezase a mirar para dejarlo ciego para toda la eternidad, que la luna misma diera una vuelta para iluminarla y que ella se encargara luego de las mareas y de su única virtud: el nacimiento de las plantas en hora buena. Un sol entero, el mismo para todas las latitudes, horóscopos, charadas, premoniciones, oráculos, espiritistas, poetas y comediantes, tribunos y dirigentes, abogados y lectores, esperando que vinieran las vacaciones de verano para quemar a los que se desnudaban en las playas y contribuir a la venta de las sombrillas y de las cremas para untar en la piel.

¿Qué pasaría, dijo el gran músico, si la música desapareciera por dos días de la faz de la tierra? Dijo que la propia humanidad desaparecería. ¿Y si faltara el sol, si un día decidiera ir a suspenderse allá en casa del mismísimo carajo y nos dejara pendientes de la brocha sin escalera para bajar? ¿Y qué si le diera por tragarse este universo que a él le pertenece pues se dice que todo gira a su alrededor que él no sale ni se oculta sino que son los constantes planetas y satélites (¿somos de verdad independientes o satélites del sol?) los que lo hacen? Díganme ¿qué sucedería si nuestro sol Juana Inés de la Cruz, ese astro rey a quien nadie puede tocar ni ver nosotros los humanos siempre agachados con la cabeza baja rindiendo pleitesía al poderoso Señor, si un día dijera a ver me voy de esta casa y arréglenselas como puedan? Es una pregunta difícil de verdad... como esas de los exámenes de ingreso a la universidad. ¿Quién sabe, digamos, qué le sucedió a la pájara pinta? ¿Cómo hacen los helados? ¿Cómo se crían en cautiverio los osos panda?

Nosotros los humanodependientes, subordinados y subalternos, súbditos y sumisos, sácopes y auxiliares, feudatarios y tributarios, sufragáneos y vasallos, inferiores y empleados, oficinistas y burócratas, vendedores y tenderos, horteras y motriles, los indefensos, los transgredidos, los viles y torpes, indignos y groseros, repugnantes y vergonzosos, los incapaces e ineficaces, infructuosos e inactivos, inertes e inútiles, ociosos y frígidos, débiles y agotados, infecundos y estériles, invalidos y exinanidos, nosotros los insolados, mustios, desirradiados, difusionados, esparcidos, disparatados, improductivos y mentecatos, los gregarios y pálidos, los draculíneos y hemofílicos, los renacuajos y enclenques subestimados por el sol, Mr. Sol que nos calienta, nos quema, nos achicharra y nos rejuvenece, los quemados y asados qué mínimos somos, qué insolados... soslayados, suspendidos, socotroquizados, sofritos, soterrados, ¡oh, sole mío!, soledigitalizados, solos como un perro callejero, como barca sin velero sólos, un solo de violín, una pizza napolitana sola a la bartola como calienta el sol aquí en la playa...

A pleno sol estábamos mirando el sol detrás de unos calobares inmensos verdes como fondos de botellas y nos estábamos convirtiendo en personas muy amables y serviciales como las empleadas de las shops de Cubalse que son soles y rayos amarillos displicentes, hacendosas y curvilíneas siempre con la verdad que es el sol de las inteligencias. Allí en las gradas bajo el sol tropical sin poder comprar nada porque nada había, ni siquiera teníamos en el bolsillo un sol peruano ni un sol naciente japonés, ni un girasol. Estábamos allí polvorientos cogiendo sol como indios, adorando a los equipos que jugaban sudorosos la pelota redonda como el sol sin sombra, hasta el anochecer en que se encienden los focos soleados y lúcidos, los luciérnicos soles nocturnos lunáticos, nuestro sol que es el que nos da la vida y nosotros aquí seguimos sin trabajar consumiendo sol y bebiendo maltas frías, pepinos de naranjita y comiendo panes con croquetas de pescado.

Tanto cuento con el sol y en el centro dicen que tiene un núcleo oscuro y unas protuberancias como si tuviera acné en la cara y lejos que está a unos 150 millones de kilómetros y 1 300 000 veces más o menos mayor que la tierra y sin embargo nosotros aquí creyendo que somos el centro del universo uno y diverso trabajando hasta los 65 años los hombres y hasta 60 las mujeres salga el sol por donde salga. Antes de Copérnico se creía (y todavía se cree) que el sol giraba alrededor de la tierra (la concepción geocéntrica del sistema) y sin embargo millones de seres humanos dicen hoy que "el sol sale todos los días" cuando en realidad es la tierra la que "entra" a su alrededor con varios movimientos (rotación, traslación, flotación y desconflautación), así que seguimos equivocados y el viejo Nicolás allí con su teoría cierta y nosotros sin hacer caso, como coloides dispersados en un líquido (sol) o la primera letra de la palabra solve en el himno de San Juan Bautista o la quinta nota musical en la escala clásica (do, re, mi, fa, sol, la, si) de la clave de sol.

Nosotros los soleadores (obreros) soleando la soladura, solapados bajo el sol, solos como los perros calientes, solaces y soldados al sol, solemnes y solejados o solenes (moluscos lamelibranquios llamados vulgarmente cuchillos) comiendo el dulce llamado soleta, solfeando soliviantados solícitos sólidamente como si fuéramos un solenoide solidificado. Aquí la gente no sale de compras sino a buscar algo que traer y en los timbiriches bajo el sol se tuesta como tostadas y cuando regresa a casa viene acompañado con una quemadura a flor de piel que es la prueba contundente que ha salido con su jaba, ha hecho su cola y ha traído aquello que ha podido conseguir bajo la sombra de su sol. Insumos para reponer las energías que se han gastado bajo el sol y poder seguir regando las matas con agua, sol y algo más.

Y sin embargo lo queremos y lo admiramos amarillo como es, ardiente clorofílico hermoso abrasador caliente tropical, ese que pintamos encima de la casita entre montañas, nubes y auras tiñosas que da color a las flores y hace crecer la mata de guayabas, el sol mayor a quien aprisionamos dentro de la cajita de Tomás Moro y por las noches nos permite encender la bombilla, el que convocó la rebelión de los vientos, derritió el acero y puso coto a la oscuridad. Desnudos bajo el sol montados en el caballo de Atila, volando encima de la alfombra con el ánimo solar que nos permite seguir empujando el almendrón cuesta arriba o cuesta abajo (mejor) con nuestros títulos y premios de nobleza (un premio noble) cabizbajos pero contentos mirando nuestra sombra como nos sigue o se nos adelanta gracias a él la más grande burbuja de helio que pende en el vacío sin que se sepa cómo ni desde cuándo ni por qué sigue ahí sin marcharse a otro mundo, sonriente y lleno de energía por los siglos de los siglos, amén.

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miércoles, 6 de mayo de 2009

El agua llega al fin

Después que se formaron las pirámides de polvo cuatricolor el mes entró con una gota de agua clara (ríspida cárnica cónica cómica) un aguacero que llenó la calle de enfrente, se trepó por las aceras buscando cómo salir de las esquinas y se perdió por los desvíos y avenidas inmensas rumbo al mar lejano para contaminarlo al menos en las orillas rellenas de jaibas y corales. Y su dulzor se convirtió en sal allá por el beril azúl profundo en el que anidan los peces y mamíferos poderosos descendientes de los mamuts y dinosaurios gigantes que desaparecieron en las olas de calor hace millones de años.

Fue una verdadera invasión gótica que se fue acumulando después de cuatro meses de sequía y fue fiel a la fecha en que inició su llegada: una supuesta primavera. En eso de la división antigua de las estaciones del año en los últimos cincuenta se había borrado la clasificación de primavera, verano, otoño e invierno y se había sustituído por la de período de lluvias y de seca. En medio de la profunda sequía en la que había surgido la pandemia de la gripe tipo A combatida sin tregua por todos, la gente decía que más nunca iba a llover de verdad. Pero los mismos hombrecitos de trajes de astracán y botas lustrosas impenetrables al polvo dijeron que después de los vientos de cuaresma y de las festividades de las pascuas cristianas vendría un poderoso y benéfico aguacero que no acabaría sino seis meses después y que traería tanta agua como la que haría falta para llenar las presas y represas, los embalses y tanques no sólo de todo el archipiélago sino también de los países vecinos todos incluídos. Y la gente comenzó a tener de nuevo fe ya que el remedio contra la epidemia de gripe había traído resultados positivos y no se había caído la luna sostenida en el firmamento por una descomunal fuerza de voluntad.

Primero fue una gota aislada única fuerte como un disparo que se alojó en cada lugar al mismo tiempo y fue absorbida por el polvo diseminado en el ambiente lo que puso en dudas el vaticinio de los predicadores. Una gota que nadie pronosticó que cayera y lo hizo con tal precisión a la misma hora en que mataron a Lola: las tres de la tarde. Hubo quien creyó que se trataba de un cañonazo para una festividad histórica que conmemoraban. Otros lo confundieron con una centella maravillosa sin nubes y a la luz del poderoso sol. Ciertos personajes adujeron el ruído a un choque gigantesco de trenes. Pero nadie se imaginó que fue una gota simple de la combinación más fértil que hubiera salido de cualquier laboratorio: una molécula de oxígeno y otra de hidrógeno.

El mismo líquido del que en más del setenta por ciento está compuesto el organismo del homo sapiens, ese que tomamos al levantarnos por la mañana reposado de la noche anterior bueno para activar el mecanismo del riñón y la apetencia sexual. El que se considera líquido vital. El que se acumula en los pozos de oasis, se embotella filtrado en recipientes transparentes, se inyecta para ligar con algún antibiótico, identificado en ocasiones con el sudor o las lágrimas. El mismo que se pide de favor y nadie osa negar. Dar de beber al sediento, al colibrí que revolotea tratando de libar el néctar de aquella flor, el agua para mitigar la sed, para asear el cuerpo, bendecir el alma, el agua del café y de la leche, en fin la que cae de la nube nimbo cargada de agua y se convierte en río y mar, en océano y glaciar glacial, un agua también turbia, enconadamente contaminada en la que se baña la gente, lava su ropa, defeca y entierra a sus muertos en ciertos lugares, un agua que nadie tiene y otros sí, aguapatí y aguapamí, acueducto, aguacate, aqua velva, esa que brota de manantial y da la vida o la quita.

La mejor agua es la insípida e inodora y aquello de que el agua cae es muy relativo porque también sube convertida en vapor o se queda quieta cuando se hace hielo y la que nos cautiva es la de azahar, la que nos perfuma es la de Colonia que es el lugar del mundo que sigue siendo tal y no reclama un nuevo estatus independiente. Parece también que hay tejados que tienen dos aguas por las que baja el torrente mientras que hay otros por el que corre una sola gota dimensionada. El más sabroso es el refresco hecho con agua de limón, el más frío es el rascarasca confeccionado con agua sin hervir y servido en cucuruchos de papel sin higienizar. También agua es dinero y si el niño se hizo agua es que se hizo pipi. O cuando el barquito de papel se va a la ancha mar deja una estela de aguas detrás. Y las hay medicinales y pesada cuando se combinan el deuterio y el oxígeno que tiene utilidad como moderador de neutrones y otras aguas que disuelven hasta el oro y el platino, fíjense ustedes.

Aquella que hace burbujas y que se sirve por el cantinero para disfrute del cliente, el agua de Seltz y también la que viene embotellada de la misma familia y que se muestra como digestiva (¿cuál agua no es digestiva?), agua salada y agua dulce como la famosa calle de nuestra ciudad la misma que confluye o se inicia en varias calles y que nadie sabe a qué municipio tributa cuando se inunda, el agua dura y el agua gorda, el agua muerta y la estancada, la tofana venenosa (habría que preguntarle a los mismísimos italianos), la oxigenada para blanquear o teñir, la de socorro que es un bautismo de corre-corre, las aguas minerales y las fantasmales, el agua del babalawo y la santera para el despojo, la potable y las albañales o residuales, las aguas termales y las territoriales que pertenecen siempre a algún país.

Pero las aguas de borrajas son las que desvanecen las esperanzas (esto debe quedar claro como el agua) pues la que pasa no mueve molino, aguas calientes mexicanas, aguamarina como tus ojos y aquella joya, ese líquido que hierve a la temperatura de cien grados Celsius cuando la presión que se ejerce no es superior a una atmósfera, la misma que se solidifica a cero grado Celsius (que es valga decir la mejor temperatura para cualquier país pues con esa medida no hay ni frío ni calor=cero grados, una anécdota que se le atribuye a cierto dirigente sindical que aseveró tal cosa en una reunión pública), dicen los gerentes de las shops que un centímetro de agua a cuatro grados Celsius pesa un gramo (eso para la venta de líquidos como el ron) pero a mí no me crean. Y de cualquier manera no hay agua pura (sin sales, gases, microbios, etcétera incluso in situ) a la que Guillén llamó en uno de sus poemas "pura mierda" (y en el que se refirió de paso a la pureza falsa "del virgo nonagenario") y en fin para terminar con Pequeño Larousse Ilustrado, el agua es lo que no nos puede faltar para llenar el cántaro en la fuente o la múcura que está en el suelo y mamá no puedo con ella.

Sin embargo la más sabrosa es la del melón rojo por dentro y verde por fuera como ciertos socialistas de los primeros años que no podían identificarse públicamente como defensores de esos ideales, el agua con azúcar que es divina como cierta cerveza dulce de Súsdal en las cercanías de Moscú, quien la toma vuelve algún día allí en cuerpo o en alma. La que si no vas a beber hay que dejar correr y la impúdica que le corre por el cuerpo a la bañista desnuda y lo hace sin pena y con gloria. La que compramos con dinero y la que damos gratis. Esa incolora vino el primero de mayo ("agua, que va a llover") a sepultar la polvareda de los meses de sequía con el aviso de que vendrían los ciclones. Comenzó con una gota convertida en cañonazo de las nueve en plena tarde y se fue transformando en chinchín ("tilín, el agua cayó") llovizna, niebla mañanera, chubasco, aguacero, torrente, diluvio, maremoto, tsunami, tifón, cataclismo, rompiendo diques y formando cataratas, saltos y cavernas para peces ciegos o trajo las inundaciones de ciudad que se producen por la incompetencia de las alcantarillas ineficientes combinada con la acumulación de desechos sólidos en las esquinas de las calles.

De la misma manera que la invasión del polvo le ganó a la influenza A y ésta a las noticias de la crisis económica global, como si hubiera estado planificada la cosa para ocultar con una pandemia la otra del desempleo y de la crisis inmobiliaria, ahora estos aguaceros han quitado del medio el polvo al ciento por ciento y ponen el índice al comienzo dentro de poco de la temporada de los ciclones. Dentro de poco nos habremos olvidado de todo lo anterior y nos concentraremos en la tarea más urgente de todas: ir a buscar algo para comer. El polvo, el agua, la gripe y otras dolencias que puedan venir se están combatiendo unas a otras pero la gente sigue deambulando por las calles como si nada, que se sepa no trabajan mucho que digamos, los Ditú están vacíos de cerveceros y adláteres que no tienen dinero en el bolsillo para consumir escandalosamente, las tiendas shops siguen sin vender mucho, se han perdido los CUC y los PC también, y nadie sabe dónde se han metido, los que no quieren trabajar tampoco pueden inventar no sólo por miedo a la pandemia, al polvo y a los aguaceros sino a la policía que los tiene atosigados y aunque siguen los calores sofocantes al menos en el patio llevamos tres días que no tenemos que regar las pocas plantas que tenemos sembradas.

En medio de este culebrón vino al fin el agua a limpiarlo todo, a refrescar el ambiente, a dejar en el aire el olor a tierra húmeda y a fruta madura, hizo brotar la hoja escondida bajo la cáscara de los árboles y sacó a flote la verde esperanza, la fe perdida y encontrada, el sentimiento de hacer la caridad de que hablaban los hombres y mujeres de negro que salían del polvo convertido en fango, musgo, cieno, barro, estiércol acumulado, con sus botines lustrosos y sus trajes impecables y relucientes en medio de una bulla descomunal que iba convirtiéndose en helio flotante mientras a golpes de tambor vociferaban "Preise gut, Alles gut" y la gente coreaba lo mismo sin entender ni jota pero alegres y mojados como si estuvieran en un carnaval bailando conga por la calle de Infanta, saltando debajo de los potentes aguaceros vacunados contra la peste postmodernista, una pandemia de harina para hornear suculenta que resbalaba por la piel y se escondía en los meandros hecha burbujas sonajeras advirtiendo lo que el músico famoso dijo un día a un curioso periodista: si la música faltara dos horas la humanidad desaparecería. Así como lo están leyendo...

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martes, 5 de mayo de 2009

El polvo al ciento por ciento

Desde que apareció la pandemia de la fiebre porcina en su variante moderna y globalizada que se trasmitía de humano a humano, la gente no paraba de ir y venir nerviosa de un barrio a otro de la ciudad. Estaban aturdidos buscando comestibles en los mercados agropecuarios pero no había nada que comprar porque los vendedores no recibían suministros del campo y cuando los tenían encima de las tarimas no querían venderlos porque sospechaban que estaban contaminados.

Lo mismo ocurría en las bodegas subsidiadas por el gobierno que distribuían alimentos enlatados o ensobrados o manipulaban y pesaban los que no lo estaban y aunque los administradores orientaban entregarlos en fecha y hora los consumidores recelaban de que estuvieran también infectados porque provenían de almacenes donde estaban guardados hacía mucho tiempo o de las reservas acumuladas para tiempos de guerra y se decía que podían contener los virus malignos, los troyanos rellenos de influenzas contaminantes mortales.

También el miedo se había apoderado de las personas en las tiendas recuperadoras de divisas en las que no existían alimentos al menudeo pero sí productos provenientes del mercado exterior que podrían estar cargados con el contagio probablemente adherido a las superficies de los contenedores o envolturas y pudieran de esa manera haber cruzado las zonas prohibidas en los establecimientos aduanales escondiéndose del chequeo exhaustivo de las inspecciones sanitarias rigurosas en las fronteras de puertos, aeropuertos, muelles secundarios o embalajes personales de viajeros que no hubieran sido chequeados en los registros de aviones o buques que arribaban.

Sin embargo, el peligro no estaba realmente en los virus sino en el polvo, una nube de polvo blanco, rojo o negro según el caso que se iba acumulando en las casas y en las calles, en los árboles y el transporte, en las cercas y techos, en las paredes y en las fosas nasales de todos los habitantes y que se trasladaba a velocidades increíbles haciendo remolinos en todas las direcciones formando cúmulos y montañas de arenisca que impedía la visión a toda hora del día y de la noche y se desplegaba violentamente por las sabanas, el mar, los montes y los ríos.

Se habían distribuido tapabocas verdes y blancos para la población mientras los inspectores llevaban unos de color naranja y el personal médico y paramédico portaba colores azules como ojos originales de alemanes rubios, y también la población salía a las calles con unos espejuelos para el sol de todos los colores y figuras mientras llevaba amarrado en la cabeza unos pañuelos tipo bucaneros en campaña que los hacían parecer marineros a la deriva preparados para el ataque de buques en alta mar o contrabando de mercancías en tierra firme, y aquellas multitudes ataviadas de manera extravagante daban la impresión de ejércitos de mamelucos o beduinos que se dirigían en caravanas a diversos lugares y se habían apoderado del país sin disparar un tiro.

Asimismo se habían suspendido las actividades productivas, educacionales, culturales y sociales que implicaran masividad para evitar la propagación de la enfermedad a grandes masas humanas a través de agentes desencadenantes como estornudos o tos continuada que pudieran generar reacciones explosivas en cadena y cuando alguien regresaba a casa por gestionar algo en la calle necesario para la sobrevivencia y se quitaba el pañuelo con que se cubría la cabeza los espejuelos oscuros y el tapabocas, el rostro empolvado tomaba la figura de un payaso de circo sin nariz ni pintura maquillado perfectamente para salir a escena y animar cumpleaños, espectáculos o diversiones de familia.

No obstante la gente seguía asistiendo a los partidos de pelota y fútbol por ese orden con sus tapabocas puestos, sus pañuelos en la cabeza y sus espejuelos oscuros pero era tal la ventolera polvorienta en esos estadios que los jugadores cuando hacían alguna agarrada de pelota se enredaban dentro de una nube de polvo en la que no veían las esféricas y los árbitros no podían "cantar la jugada" porque no veían ni al deportista ni la situación. Y sin embargo los partidarios de uno u otro equipo hacían las olas en las graderías puesto que tales situaciones se presentaban a cada bando por igual. Con esas griterías también se polarizaban no sólo las apuestas sino también las opiniones. Unos se afiliaban a la polvareda considerándola beneficiosa a la hora de los dividendos y otros negativa si hablamos de salud. Los científicos argumentaron entonces que también la vida habría provenido tal vez de una nube polvorienta arrastrada por un cometa casual y cercano al planeta y por ello si de ese polvo cósmico proveníamos debíamos sentirnos deudores y felices de tenerlo con nosotros y en cantidades gigantescas. Decían, como la canción, que del polvo hemos tenido y hasta el polvo iremos a parar. No obstante, empero, sin embargo, etcétera e incluso, lo peor de todo era la respiración debajo de los pañuelos y esas motas de polvo en la cara que singularmente igualaban a todos los transeúntes borrando con ello las diferencias sociales, de género y de color de piel.

Desde el exterior los emigrantes enviaban medicamentos de todo tipo para combatir las enfermedades y fortalecer el organismo en el combate antiviral pero no se habían dado cuenta que contra el polvo lo único que puede hacerse es lo que han hecho los pueblos árabes sometidos en los desiertos a los ciclones de arena y tierra levantada en tempestades de cuaresma: taparse todo el cuerpo con escafandras de tela. Pero ese recurso no existía ya que la gente poseía pantalones cortos llamados "short" o pitusas ajustados tipo "jeans" donados por visitantes extranjeros y cuando se cubría las carnes con ese tipo de ropa o el polvo le rellenaba el cuerpo de la rodilla hasta los tobillos o se le metía en los bolsillos en cantidades industriales y al despojarse del atuendo tenían que acumular las cantidades acopiadas en jabas de bodegas o cajas de cartón y salir a las calles a depositar aquella arena fina en los tanques de basura o en las montañas de desechos sólidos de las esquinas. Y los inspectores multaban por las noches a los que se atrevían a desafiar por el día las disposiciones oficiales al respecto.

Tampoco estaba permitido el riego porque era inútil hacerlo ante montañas de polvo regado por doquier y en medio de aquellas sequías había mermado la capacidad hidrográfica del país, se había deprimido el manto freático y si se autorizaba algún regadío con tanta polvareda ambiental el agua formaba un emplaste bueno para dar fino a una pared de cemento pero nunca para pretender que de esa mezcla naciera en los patios alguna mata de ají, cebollinos, plátanos fruta o guayabas, para poner algún ejemplo. Y la hierba estaba escondida debajo del polvo de tal manera que sólo sobresalía del suelo la punta de las pequeñas maticas sin flores lo que hacía pensar que el país se deforestaba y la aridez de los suelos había convertido en desierto lo que antes era edén y lo más grave de todo es que se había formado una conciencia polvorosa estancada que no permitía dilucidar el rumbo social hacia delante y más bien dejaba en las mentes una verdad drástica y peligrosa: nada tendría ni en el presente ni en el futuro alguna solución.

Así las cosas había que encerrarse bien para consumir algún alimento pues los vientos polvorientos insoportables penetraban las casas, se colaban por las hendijas de las puertas y ventanas e impedían ver bien lo que la gente se llevaba a la boca. En las apotecas escaseaban los suministros, la gente bachillereaba constantemente, parecían caprípedes embadurnados y mugrientos, se habían decolorado increíblemente como si los hubieran escaldado o tragado fosgeno o convertido en gerbos, humus blanco o en muchos casos iperita. La población parecía vivir en el jurásico convertida en karakul salvaje o ligur empolvado que es lo mismo o más bien roca marga, y con tal desequilibrio padecía de neuropatías y caminaba como ofiuco. Se habían deteriorado los pejugales y nada había para rellenar las quiliguas por lo que en tiempos de escasez se dedicaba a forrajear para traer los suministros y las montañas de desechos semejaban un enorme raque sequizo y térreo al mismo tiempo que la gente parecía un urú, un vencejo hecho de wad o xilotita mezclado con yaba seca.

Para combatir la nueva pandemia viral se orientó por todos los medios cómo comportarse y las autoridades tomaron las medidas convenientes a los niveles correspondientes mientras los funcionarios del consejo de defensa civil se empeñaban en cursar directrices capaces de detenerla con disciplina y acabar con ella, pero la del polvo al ciento por ciento no se le pronosticaba cura, remedio o medicamento. Hasta que aparecieron los vestidos de negro con sombrero alón y corbata de lazo cantando salmos y formando una bulla con redoblantes mientras gritaban que estaban recolectando dinero para un viaje a la luna. Parecían los tipos de la Emulsión de Scott ("el hombre con el bacalao a cuesta") o de Avena Quáquer vestidos de negro con aquellos libracos bajo el brazo parecidos a los manuales filosóficos de Konstantinov. Solo una cosa se necesitaba según vociferaban para ser salvado de la desaparición desértica: tener fe, esperanza y caridad. Esas virtudes raras que nos permiten no sólo creer en las verdades aún sin comprenderlas sino también poseer la seguridad testimonial que hace despejar dentro del torbellino polvoriento, el espacio para ver el espejismo real y encontrar el oasis, dar inclusive lo que no tenemos en bien del otro y creer en el futuro sin quitar la vista de un horizonte que nadie ha tocado todavía con las manos, parece que se convierten según decían los predicadores en una coraza protectora no sólo contra el polvo sino también contra el ataque despiadado del egoísmo personal y la neuroapatía.

Pero el remedio había que probarlo en la praxis que como se sabe es el criterio de la verdad según Gramsci y sus enamorados seguidores ya que la gente dudaba de aquellos narradores orales por una sencilla razón: decían que la luna no se caía porque estaba atada al firmamento por la fuerza descomunal de la voluntad. Sin embargo algo de los sermones quedaba siempre flotando en el ambiente y una prueba contundente relucía como estrella con luz propia: los hombrecitos mantenían sus zapatos lustrosos y ni gota de polvo en los trajes de astracán negro que llevaban puestos en medio de aquellos calores de desierto. O el remedio existía o había que creer en eso o ambas cosas a la vez.

Se necesitaba una buena fe como la que ellos profesaban para que viniera de vacaciones, nos ayudara a desterrar el polvo y nos trajera además el regalo que más apreciamos: la descendencia. Cuando se tiene esa buena fe y no la mala, se salva la gente de cualquier pandemia o invasión polvorienta. Una fe viviente lista para ser tocada y besada, dispuesta a montar caballos y con el mismo entusiasmo ir al acuario a nadar con los delfines amaestrados, empinar papalotes y cazar cangrejos en la orilla de los arrecifes respirando profundamente el olor a mar y a peces, que esté recién documentada con un pasaporte nuevo libre de polvo y que haga constar que en los poros de la piel lisitos rosaditos y olorosos a limpio el soporte viajante humano pequeñito muestre acuñada la vacuna que cubre lo que nos falta y deje como saldo positivo la claridad del agua limpia sin una mácula de nada, ni tierrita ni polvo, lo que se dice nada, digo yo. Pero había que esperar a que llegara la fe y la gente murmuraba que hasta eso se estaba perdiendo en los últimos tiempos.

De la caridad nos encargaríamos nosotros aquí mientras llegaba la visitante, porque sabemos de qué se trata ya que la hemos recibido en carne propia y también de la esperanza eterna cósmica ya la hemos conocido que es verde como los racimos de plátanos de fruta que es lo primero que se pierde después que vienen los ciclones. Y pensábamos mientras tanto que aunque se caiga la luna mañana mismo mantener la voluntad de seguir haciendo algo parece que nos ayudaría a sostener el alma y el espíritu en vilo y aunque nos entierre el polvo que se va acumulando a nuestro alrededor sería mejor así porque nos haríamos la idea que estamos jugando a la orilla del mar con los hombrecitos y mujercitas de la familia en el exterior mientras nos echan paletadas de fina arena mojada alrededor del cuerpo dejando fuera la cabeza y nos cubren la cara ardiente con esos besitos que tanto necesitamos para crecer, dormir y soñar.

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