lunes, 31 de marzo de 2008

Las reformas del útero...

Cuando estudiábamos Ciencias Políticas en la Universidad (por cierto, todavía la estamos estudiando pero fuera de esa institución) había un compañero de aula que lo mandaron a estudiar las Reformas de Martín Lutero, personaje conocido no solo en Eisleben (Sajonia) Alemania sino en todo el mundo. Era hijo de un minero según dicen, estudió como monje agustino, en un convento por supuesto, y fue a dar clases a la Universidad de Erfurt y al final fue excomulgado por el Papa León X lo que no impidió que se casara con Catalina de Bora y que Bach le pusiera música en sus cantatas con aquellos versos interpretados por coros inmensos y música de órganos de iglesia que una vez escuchamos en alguna que otra idem de Berlín...

Pues bien, al tal estudiante amigo nuestro le pusieron de tarea de que nos hablara en un seminario sobre Lutero y estuvo dos semanas buscando datos y copiando citas hasta que el día tal ocupó el estrado y lo primero que dijo fue lo siguiente: "Compañeras y compañeros, me dieron la tarea de buscar datos sobre las reformas del útero y aquí estoy con algunas notas...". Está clarísimo que no le dimos tiempo para más ante el flagrante error de confundir no solo el nombre, sino también el tema y hasta el órgano (no aquel instrumento que sirve para tocar cantatas bachianas) sino el del aparato reproductor femenino harto conocido y no pudo decir ni una sola cita (se había empapelado de manera tal con datos médicos y anatomofisiológicos que ni él mismo entendía) y tuvo que retirarse del estrado porque ni se imaginaba qué es lo que había realmente hecho...

El asunto es que hay muchos chismes en el ambiente no solo docente o universitario sino también en otros niveles del tramado social que adelantan lo que a cada cual se le ocurre que sucederá en los próximos meses. Como no tengo seguridad de que tales habladurías sean ciertas, lo único que se me ha ocurrido es dar rienda suelta al cúmulo de ellas para que cada cual pueda tener alguna imagen de lo que está sucediendo. Solo quisiera advertir lo siguiente: No es lo mismo las Reformas de Lutero que las reformas del útero. La gente quiere cambios, claro, pero hay algunos rumones que confunden las cosas. Comencemos con algunos de esos rumores...

La gente anda diciendo que van a autorizar la bolita y la charada, la lotería y hasta los juegos prohibidos en cabarets y hoteles de lujo. Lo de la bolita y la charada no es necesario que autoricen porque todo el mundo sabe que en Ciudad de La Habana y otras provincias del país todos los días se juega dinerito a los números de la charada china tomando como referencia sueños de la noche anterior, cábalas, inspiraciones, casualidades o simplemente intuición del cubaneo y así por ejemplo los vecinos de atrás de la casa jugaron ayer el 29 (ratón) y el 34 (mono) porque uno de esos roedores se puso a hacer malabarismos encima del tendido eléctrico y realmente el animalito parecía uno de esos simios juguetones del mismísimo parque zoológico de la calle 26 en Nuevo Vedado... Quiero confesarles que no se sacaron nada. Yo no juego bolita pero según dicen (a mí no me crean) la tiran por Venezuela y se oye por la radio clandestina todas las noches del año (bisiesto o no), así que si van a autorizar eso estarían cometiendo una redundancia inusitada porque no se puede autorizar lo que ya existe. En este caso hablaríamos de legalizar, porque hasta ahora lo que yo sé es que tanto bancos, apuntadores, jugadores, listados de números y significados existen realmente y todo el mundo los conoce en el barrio...

Lo de los juegos en cabarets y hoteles de lujo es otra cosa porque el chisme dice que por ahora esos vicios prohibidos serán solo para turistas en los enormes buques que nos visitan (turismo de cruceros) y que atracan todos los meses en la bahía habanera y de lo que se trataría es de que el gobierno autorizara a subir a esos barcos a determinada cantidad de ciudadanos para que allí probaran suerte... En cuanto a la loto cubana el asunto estriba en con qué método vamos a tirar los números de lotería. En la de Berlín se utiliza una cámara seca con bolitas de espuma de goma que al introducírsele chorros de aire comprimido saltan y luego caen por una tronera parecida a la de un billar. Pero aquí esas técnicas no se podrían aplicar dada las características de incertidumbre del tendido eléctrico. Cuando menos uno se lo piense o se quedan las bolitas en el aire o no salen por los huecos y la gente comenzaría a pensar que hay alguna maraña para favorecer a alguien... Y utilizar niños de la calle para que saquen las bolitas de un jaula redonda como se hacía antes no tiene sentido porque muchos de los que vivimos aquella tragedia semanal estaríamos a punto de echarnos a llorar incontrolablemente porque o participamos en eso, o vendimos boletos, o fuimos capaces de vocear billetes o jugar con ellos y tomando en cuenta la experiencia de los bonos de Pastorita, que servían para optar por una vivienda, muchos no creen posible que se vuelvan a repetir aquellas escenas tristes y amargas cuando alguno obtenía los premios gordos y la inmensa mayoría se quedaba sin nada...

También se corre que van a ofertar los servicios de Internet a todo aquel que lo solicite cobrándole en CUC, así como celulares, antenas parabólicas, canales por cable, sitios para correos electrónicos a nivel de circunscripción y otros adelantos de la ciencia y la técnica moderna. Lo de los celulares ya salió en los periódicos pero la gente no sabe cuándo comenzará y muchos piensan que nos igualaríamos a algunos funcionarios estatales, extranjeros con dinero, jineteras de ocasión o simplemente trabajadores vinculados a firmas que tienen el aparatico en sus manos y ostentan de ello, muchos sin una cobertura financiera mínima para hablar más de 10 minutos pero confundiendo a otros como si lo estuvieran haciendo y se muestran en la calle con el telefonito en la oreja como si estuvieran hablando pero en realidad lo llevan apagado, se dirigen a un teléfono público y llaman desde allí...

Si venden parabólicas habría que ver cómo se instalarían porque ya las claves de recepción se pusieron de moda, hubo quien las fabricaba en su propia casa pero ahora como las matrices habría que pagarlas la gente se cuestiona si habrá quién lo haga ya que ni los salarios alcanzan ni la estimulación en chavitos tampoco por lo que el chismoteo está diciendo: en tal situación tener parabólica autorizada oficialmente es como aspirar a comer los fines de semana cotorra asada o cola de cocodrilos, especies que están en veda permanente y no se pueden tocar.

Otra de las bolas de radio bemba es que van a cambiar todo el entorno automovilístico existente desapareciendo como por arte de magia los carros de factura socialista (ladas, polskis y moskovichts a los que la gente ha apodado "los camaradas ideológicos") y que van a ser sustituidos por carritos chinos de paseo pequeños, ahorradores y convertibles (sin techos, como los yipis de antes) y los almendrones de factura norteamericana no tanto porque afean la ciudad sino por las necesidades de recuperación de materias primas sobre todo acero de los motores y carrocerías que al fundirse dieran posibilidades de utilizar esos elementos en la fabricación de cabillas para las construcciones de casas que se nos vienen encima y a los propietarios se les daría iguales carros chinos pero más grandes cosa de que al autorizarse también las licencias para la conducción de pasaje pudieran ser usados en tales menesteres y no como ahora que lo mismo te encuentras un panel lleno de gente que un carro de muertos con negros dentro tomando cervezas y que no van en la ruta del cementerio sino de la playa... En fin toda una revolución en la esfera de la cadena puerto, transporte y economía interna.

Que van a vender ventanas de plástico modernas para eliminar el ventanal de madera existente que es nido de comejenes, podredumbre ambiental, causa de derrumbes y otros desastres y que tales ventanales tipo farmacias y oficinas gubernamentales serían entregadas previa coordinación de los trabajadores sociales que harían inspecciones para determinar si es verdad que se necesitan y en qué cuantía, pero también eso sería imposible porque de acuerdo con el último censo de población y viviendas todo el país necesita 2 millones 340 mil viviendas nuevas de paquete y 3 millones más para la reparación y si tomamos en cuenta que cualquier casa o apartamento tiene no menos de 6 ventanas necesitaríamos alrededor de 30 millones de ventanas modernas y estaríamos en ese cambalache alrededor de 40 años más los que se sumarían a las nuevas necesidades y seguiríamos en lo de siempre...

Que lo mismo que va a suceder con los carros debe suceder con la ropa la cual debe ser cambiada por ropa nueva a tono no tan solo con la moda actual sino con la textura, la durabilidad, el color y le hechura y como la población de este país tiene alrededor de 12 millones de habitantes y cada uno de ellos necesita al menos 3 mudas de ropa (sin contar con la ropa interior tanto para damas como para caballeros) habría que fabricar, distribuir, intercambiar y poner a punto, llave en mano, no menos de 36 millones de piezas (pantalones, camisas, ropa de invierno, sombreros, corbatas, zapatos incluso y cualquier otro artículo que le venga bien al convoy) y para eso necesitaríamos una tal cantidad de fábricas, camiones de distribución, personal empleado, controles, metros de tela, hilo, diseñadores, materia prima y sobre todo gente que supiera y quisiera trabajar con entusiasmo que no sería posible por ahora satisfacer las necesidades siempre crecientes de la sociedad y llegaríamos a fines de siglo en las mismas o peores condiciones que las que tenemos ahora...

Que van a reparar las viviendas por circunscripciones, que van a cambiar la moneda, que van a eliminar las bodegas, que van a reinaugurar los viajes en helicópteros para turismo nacinal que se habían prohibido porque se sospechaba que la gente secuestrara los aparatos y se fuera en masa para la yuma todos los fines de semana, que van a darle un chance a las iglesias para que tengan su hora radial y televisiva, que van a montar cines nuevos en los barrios y reparar los que había hace 50 años, que van a instalar parquímetros para que los actuales parqueadores se incorporen al trabajo como policías de tránsito ganando su salario en pesos convertibles con meriendas especiales de refrescos Tycola y bocaditos de pan, queso y jamonada, que se van a cobrar las prótesis dentales, que van a dar licencia a todo el que quiera montar un pequeño negocio como un bar o una cafetería, que van a autorizar el jineterismo por dinero, la venta de motos de carrera, la pesca en las presas y en mar abierto, los programas de televisión como el palo encebado, aquí todos hacen de todo, en fin, las carreras de autos, de perros y de caballos, las vallas de gallos, las competencias de palomas por dinero, la montadera en globo como el de Cantoya o el de Matías Pérez, el surf aéreo y el patinaje en tierra, los programas como aquel de "Reina por un día", las de Reinas de Carnaval, las playas de nudistas, los paseos dominicales en monobikinis por el malecón, el lesbianismo y el homosexualismo público, la venta de cd y dvd en las tiendas trd, los créditos bancarios para inversiones pequeñas y medianas, la compra y la venta de casas y de cuanta mierda tenga la gente dentro de las casas...

Una cantidad de rumores, chismes, bretes, dime que te diré, allí fumé, de tal suerte tal astilla, que yo sinceramente estoy confundido, anonadado (un ano que ha terminado de nadar), atribulado y medio extraño, porque ya tuve un amigo que se confundió con Lutero y dijo útero y en una sesión de seminario un día se apareció al estrado con tal cúmulo de notas de consultas de ginecología que todo el mundo allí estaba pensando en que Martín Lutero, el reformador alemán, había caído en desgracia y estaba pidiendo que le hicieran un legrado diagnóstico porque así, con la barriga hinchada no se podía poner a dar misas, cantatas, ni siquiera gritos de alegría y de paso (a mí no me crean) lo que menos le gustaba al tal Lutero era que le confundieran con una menstruación o lo pusieran a parir.

Pero de eso no hay pruebas testificales, ni antecedentes penales, ni bultos de pañales. Claro está que Mr. Lutero tiene una cara de Federico el Grande que yo no sé si la van también a reformar, si se lo van a llevar a los carnavales de Río o van a hacerle un monumento en el Escambray en una recogedera de café... Por mi madre que ese chisme no lo sé y a mí sí que no me gusta pero me entretiene. Aquí los hay que confunden paulatinamente con la mentedepaulaenunatina y JoséEmeterio SaturninoLaGuardia con meterlasacarlasacudirlayguardarla... Pero cuando el río suena es que algo trae... Es así?

(Continuar leyendo...)

jueves, 27 de marzo de 2008

Estas bicis nuestras de cada día...

Existen pruebas irrebatibles y fehacientes de que los españoles fueron los primeros en idear las bicicletas aunque, es bueno decirlo también, dice mucha gente que se equivocaron y les salió el amolador de tijeras... Las bicicletas alguien debe haberlas inventado pero Leonardo Da Vinci parece que las dibujó y los chinos (bicicletas Forever...) han cargado con el invento pues aunque no lo patentaron (como les sucedió a los italianos con las pizzas) se cuenta que fueron los de la dinastía Bing Cing Cletong los que ya tenían ese aparato para usarlo en las guerras intestinas que asolaron aquel inmenso país hace nada menos que 15,000 años. Se han encontrado cuevas en las que las pinturas rupestres tienen marcas de ruedas y rayos, cámaras y llantas, manubrios y timbres que no pueden ser otra cosa que piezas aisladas de bicicletas, triciclos, monociclos, motocicletas, motonetas, side car para miquimbriquis y otras modalidades de tan ilustre medio de transporte.

De la paternidad china sí que no hay dudas puesto que si Ud. visita hoy el Barrio Chino de Centro Habana se puede dar cuenta de que el 90% del transporte que allí se mueve lo hace en ese tipo de aparato, incluyendo los bicitaxis, un invento también asiático que ha sido trasladado genéticamente a ciudades del interior como Sagua la Grande, en Villa Clara, Remedios, Caibarién, Cienfuegos y Fomento, todos poblados villareños originalmente habitados por chinos de Cantón y de Manila que vinieron importados por los españoles en el Siglo XIX en número cercano a los 150,000 y que fueron utilizados en labores caseras como sirvientes, cocineros, ayudantes, pintores, albañiles y otros oficios para ir sustituyendo poco a poco la fuerza de trabajo esclava negra que vino en los galeones desde el continente africano.

Los chinos se casaron con negras y dieron lugar a la mulata china que tanto abunda en Cuba, muchísimo más que las bicicletas, claro. Y también se casaron con blancas españolas y criollas que dieron lugar a la criolla achinada, montaron negocios como los de lavandería, fondas (la famosa fonda china que vendía sopas de legumbres), cuartos de cuartería que dieron lugar a expresiones típicamente criollas como aquella: "Búscate un chino que te ponga un cuarto", bodegas y kioskos de todo tipo. Y fueron tan amorosos que enamoraron a cuanta hembra se les acercaba haciéndolo sigilosamente, discretamente, misteriosa y calladamente como cualquier cosa que hacen los chinos y tan ingeniosa y meticulosamente que las enamoradas nunca dijeron que fueron chinos los que las enseñaron a montar bicicletas, patinar sobre el asfalto, lanzarse sobre canales hacia el mar encrespado, volar en globos rojos te compraré que eres casi una niña, comer arroces fritos, sopas y berenjenas asadas, jugar cartas encima de tapetes verdes, trenzarse el cabello suelto a lo caballar, practicar artes marciales de todo tipo, jugar ajedrez sin hablar, escribir verticalmente, pintar biombos y adornar paredes con lámparas de papel, volar papalotes y comer maní... Y hacer aquellos dulces de calabazas chinas que nadie hoy sabe hacer ni qué son.

Y sin embargo con tantos logros a su favor los chinos no pudieron quitarse de encima la huella de esa culpabilidad genética: el pelo lacio, su imposibilidad de pronunciar la erre y la oblicuidad de sus ojos. No existen chinos con pelos enredados en la cabeza como las pasas de negros, ni hay chino que diga correctamente: "Erre con erre cigarro, erre con erre barril, rápido corren los carros cargados de caña por el ferrocarril"... Ni hay chinos con descendientes de párpados redondos sino almendrados. Por otro lado, hablar de chino es imaginar a esa persona montado en una bicicleta o almorzando con palitos...

La bicicleta, según el erudito en ciencias humorísticas H. Zumbado (ver sus datos por Mr. Internet) tiene 3 enemigos reconocidos: las lomas, los perros y los aguaceros. No queremos abundar mucho en tales análisis puesto que dicho autor nos puede acusar, y con razón, de estar robándole ideas, imágenes, viajes de ida y vuelta y otros menesteres propios de bicicleteros, bicitaxeadores, corredores de fintas, vueltas a Cuba, al Táchira y campeonatos de velocidad de todo tipo y eso no sería honesto de nuestra parte. Lo que sí quisiéramos agregar es que en el ámbito del sistema bicicletario parece que existe una ley gravitacional que persigue a este tipo de locomoción pedalística: el aseo del artefacto está en proporción directa a la cuota de propiedad que el mismo posee. En otras palabras: en la medida en que la bicicleta de que se trate sea del dueño, más maltratada y fea está. Eso es un hecho, como dicen en los juicios americanos.

Nadie ha podido encontrar una explicación homogénea de tal aseveración pero las bicis más limpias y bonitas están en las vidrieras y mostradores de las tiendas donde se venden (en su mayoría hoy en las tiendas recuperadoras de divisas), las que son nuestras por el hecho de habérsenos entregado para ir y virar al trabajo en los tiempos del llamado período especial están sucias, famélicas, despintadas, escachadas, faltas de aseo en general, sin piezas, paradas, recostadas a paredes, oxidadas, olvidadas, ponchadas, desgusanadas, sin gomas apropiadas, sin timbres de mano, sin cadenas de resguardo, sin candados ni espejitos, listas para la cremación, destruidas, aplastadas, chocadas, heridas, despreciadas, despeluzadas, descocotadas y ya no son las bicicletas relucientes originales diversiformes y nutrimentales sino unos cacharros que no le hubieran servido ni a Atila para dar una vuelta por alguna lomita a conquistar señoritas dándole un descanso a su famoso caballo que cuando trotaba por ahí no crecía más la hierba...

Así que ahora que van a vender según se corre los carros por la libre, que van a cambiar todos los almendrones vetustos y despintados que sirven para botear por las calles de la ciudad por autos chinos modernos y confortables, que han cambiado los aires acondicionados, bombillos incandescentes por ahorradores marca Liya, ahora que están cambiando los refrigeradores, televisores, ventiladores y todo tipo de equipo electrodoméstico por equipos chinos, cacerolas, ollas arroceras, ollas carnerosas, ropa reciclada incluso, computadoras, freidoras y que se dice que van a traer y vender "microgüeis" chinos acabaditos de sacar de las fábricas, que ya están dando calentadores de agua y hornillas eléctricas, fogones eléctricos chinos, chinísimos, la gente se ha puesto a especular que van a cambiar nuestras maltratadas y robadas bicicletas por moticos ahorradoras silenciosas volantes sin claxon con freno de mano para transportarnos de ida y vuelta y viceversa al trabajo, que nos sirvan además para ir a la playa a disfrutar las vacaciones, moticos biopreparadas, movidas no por las piernas juantorénicas de los dueños sino por baterías recargables igual que las lámparas de noche y que tengan además la propiedad de cuidar con ello el medio ambiente y el ambiente entero para que no se siga ampliando el hueco de la capa de ozono, contribuyan a la descontaminación ambiental y puedan asumir con hidalguía y responsabilidad ciudadana el porciento de clientes y usuarios que hoy se montan en los ómnibus de última generación Yutong interprovinciales, intermunicipales, municipales y de barrio que gastan mucho más, son más costosos y no dan abasto a tan elevadas necesidades que tiene la población de esta parte occidental del país que ya va casi llegando a los 5 millones de habitantes...

¿Y qué van a hacer con las bicis que nos quedan en casa? Bueno, pues comprimirlas y mandarlas para chatarra con cámaras incluidas, aplastar sus hierros y quemar sus gomas para convertirlas en lo que fueron inicialmente: acero acabado de colar en hornos gigantescos. Un acero que pudiera utilizarse en el montaje de las petrocasas que se están edificando, unas casas que tienen el techo exterior preparado para la recepción de los rayos solares, que están cubiertas interiormente con un preservo para que las habitaciones no se calienten y que llevan un clóset especial para guardar las futuras moticos de todo tamaño y diseño, unas moticos chinas de pelo lacio, ojos oblícuos y pronunciación por el tubo de escape sin erre, que tengan la virtud que tienen todos los millones de chinos que existen en el mundo: son todos igualitos. Y que venga el Dragón a jugar Mayón... Pero cuidado, que el chino que todos llevamos detrás no se quede en casa porque si se queda, ay mi madre, ¡silenciosa y hábilmente tendremos chinos de familia!

(Continuar leyendo...)

jueves, 20 de marzo de 2008

La máscara de hierro

En estos días se va dejando atrás el diseño de las rutas de transporte como un plato de espaguettis (solo la pasta, sin queso, ni puré, ni siquiera sal, un enorme plato de fideos gordos regado por toda una provincia) y se va abriendo paso el nuevo diseño al que se le puede nombrar "estrategia de una cuarta dimensión sobre un tablero de ajedrez". Al menos el fluir, el ir y venir, el arrastre, el retorno, el tránsito de los enormes camellos obsoletos y abultados de gente ya no existe casi y en vez de ellos hay guaguas rígidas o articuladas que ni llevan todo lo que le cabe dentro ni van tan vacías para dejar que las novias de los choferes les hagan el cuento desde el primer asiento delantero...

Nuestros cariñosos camellos han pasado a mejor vida o lo van a hacer dentro de poco y sin mucho ruido, se han ido o piensan irse dejando el recuerdo de sus nombres y apodos (películas del sábado, porque en sus barrigas se daba el triángulo perfecto: sexo, violencia y lenguaje de adultos), dromedarios, bestias salvajes, elefantes con motor, rinocerontes sin cerebro y otras. Sexo porque cualquiera era objeto o sujeto del placer erótico dada la coyuntura propicia para lo que muchos llaman el "jamoneo", otros "repello" y, los más, el intento o el abuso católico sexual (un acercamiento al sexo contrario que se le ocurría a cualquiera por sus santos órganos de reproducción). Violencia porque en los pasillos de tan ilustres monstruos se formaban tal cantidad de camancolas, broncas, asaltos de boxeo, forcejeos y pugilatos que más que un medio de transportación de personas, aquello parecía más bien un ring de campeonatos de lucha greco, un tatami de kárate o judo o una competencia de puños a mano limpia típica de los pueblos del interior del oeste norteamericano antes de la expulsión injusta de los indios aborígenes por parte de los carapálidas del ejército confederado de la Unión. Y lenguaje de adultos porque esas palabras divinas que tanto usamos y de las que tanto nos cuidamos de usar en defensa del idioma que nos legaron nuestros conquistadores eran las constantes y apaleadas palabritas que transitaban dentro de aquellos ballenatos rodantes.

Hoy, la familia de los P2 (ya hay quienes dicen que P2 es un nombre muy fino y sofisticado para una ruta de ese tipo, que mejor le pongan "Los Peos") es una familia elegante, pintadita por fuera y por dentro, caballerosa ("pase ud. primero señora, por favor"), amable, displicente, bien educada y puntual (a la escuela hay que llegar puntual, desde el preescolar al sexto, siempre puntual, como todo el mundo sabe) y las caras han cambiado radicalmente su fisonomía... No es lo mismo que un conductor de camello diga a todo volumen sacando la cabeza por una ventanilla sin cristales a una señora que trata de montar por la puerta trasera: "Que acabe de meter el carapacho esa negra culona, caballeros", que en un Yutons moderno articulado un conductor elegante y uniformado con un altavoz pequeño diga semejando al anunciador de una terminal de aeropuerto: "Se ruega a los señores pasajeros no echar papeles en nuestro lustrado piso"... aunque ambos tipos sean la misma persona.

Hay un árbol genealógico de las caras que ahora se muestran en los asientos de los articulados (antes eran los archi culados o culosos) o rígidos que pudieran considerarse dentro de un menú facial nada despreciable. Las caras pálidas que son las del asombro, porque para estas caras lo del transporte no tenía solución hasta el 2020 con buen tiempo y ahora el aire mañanero les despeina el rostro sentados encima de los confortables asientos de "los peos". Si se analiza profundamente la imagen que la gente le está dando a la expresión se comprende fácilmente por qué se ríen los cubanos. Veamos esta: "Aquella vieja carapálida está sentada cómodamente encima de un peo".

Están las caras rojas, los pieles rojas que alimentados convenientemente y polivitaminizados se sientan sobre los "peos" y se les nota la rojidez de los pómulos no tanto por el torbellino sanguíneo que le corre por dentro sino porque algunos "peos" están pintados con esa pintura roja proveniente de China que nos recuerda no tanto a la Gran Muralla gigantesca y serpenteante sino a la Gran Marcha protagonizada por El Gran Timonel, aquel mismo que rompió record histórico de permanencia acuática nadando atléticamente a los 80 años por las aguas energéticas del Yant Zé, rodeado de banderolas rojas y de guardias de igual color con brazaletes rojos con hoces y martillos como queriendo decir a viento en popa y a toda vela aquí marchamos con la guardia en alto, mostrando el sacrificio-conciencia-sacrificio con nuestra hemoglobina roja de la ingestión de carne de caballo sacrificada y más enrojecida. Son caras que se ponen rojizas cuando se mira fijamente el color de los articulados que ahora ruedan por cualquier avenida programada.

Las caras y las cruces, esas de las monedas que se tiran al aire para saber y preguntar cuánto cuestan los ruteros que se trasladan por 5 pesos cubanos desde Santiago de las Vegas hasta la Terminal de Omnibus Nacionales... Cuánto cuestan los Yutons que van desde San Agustín hasta el Parque de la Fraternidad (una besana de tierra en las áreas colindantes del Capitolio que está rellena de árboles y estatuas...) de ida y de vuelta... O el articulado que viene desde Alamar hasta la mismísima Terminal de Trenes... rompiendo el espaguettis clásico por la eficiente estrategia ajedrecística... Se lanza la moneda y si cae cara viene el conductor con su sonrisa a cobrar en esa moneda y si sale cruz también, sin traganíquel, sin talanquera, sin cobrador, uno allí con una moneda indefinida en la mano para pagar algo que no tiene ticket... Se dice que el asunto va a ser perfeccionado vendiendo en los estanquillos la tarjeta plasticada del costo mensual, semestral o anual de la ruta, pero eso es todavía un misterio parecido al de Hemingway...

Las carátulas, que son las caras que ponen los usuarios dentro de esos transportes mirando las cenefas ausentes de letreros u otro tipo de propaganda y publicidad, sin informaciones, aparatos de vídeo, anuncios y consignas, como antes que lo mismo te vendían una Coca que una batería: "Acumuladores Lazo, písalo y arranca"... "Si le gustan gordas y peludas, tohallas Antex, acarician al secar"... "No se la haga usted ni deje que su novia se la haga, compre su ropa hecha en Oscar, Manzana de Gómez, sastres anatómicos y fotométricos" y otras. Ahora hay ausencia de pancartas, logotipos, clips, rapiditos, flashes, fotos, carnada para la venta... Son rígidos y articulados calvos, lampiños, como bolas de billar con un solo anuncio visible: la nuca del chofer y la sonrisa Yutons del conductor-cobrador...

Las caras bellas y maquilladas de las que se sientan en los asientos laterales mostrando sus rodillas aéreas, sus faldas ajustadas, sus medias paralelas, anuncios en vivo a todo color que no necesitan de marketing, engoe, fusta en la nalga del caballo, incitación ni piropo, es solo una muestra de lo que lleva oculto, unas rodillas sin huesos como ciertas aceitunas, brillosas, museables, que invitan a bailar o a caminar, rodillas de catcher y de pesistas que resisten el peso de los años y de los ejercicios, que ahora descansan sobre las piernas y zapatos con el único pecado capaz de ser perdonado: mostrar su ingenuidad transportable... Como hay rodillas bellas en estos Yutons señoras y señores... Y asientos vacíos también.

Las caras feas de los que somos feos por fuera y bellos por dentro, en eso que han llamado el espaguetti de las circunvoluciones del encéfalo. Me he puesto a mirar esas caras (mi cara entre ellas) y realmente ahora comprendo por qué la cara es el espejo del alma... La cara tiene vamos a ver cosas que mostrar como el mentón (que es la parte menos hermosa de la quijada), los labios, la nariz (mira que hay narizones en mi país hermanos míos), los pelos que están dentro, los ojos con todo lo que llevan de arrastre, las cejas ("Qué bonitos ojos tienes, debajos de esas dos cejas..."), la frente que aunque no es parte consustancial de la cara porque está ubicada un poco más arriba de esta es la parte más preocupada y preocupante del rostro por ser entre otras cosas la más arrugada... Las orejas que aunque custodian la cara se mueven haciendo pausas mientras la cara habla, ríe, llora, se preocupa y se ocupa, hace guiños y las orejas están ahí, como el Emperador Austríaco oyendo la interpretación genial de Amadeus Mozart, los pelos de la cabeza (el que los tenga) que aunque no son carótidos están encima cubriendo la almohadilla del chacra superior, el que no se debe tocar, el obbatalá del cabezón que sirve de base para que baile encima de él el arito que nos custodia, el de la felicidad nanotemporal, ese mismo que nos cae detrás para posarse como colibrí cuando por ejemplo damos maíz a las palomas o regalamos guayabas a los muchachos y como colofón de todo, en la cara están los poros, las dendritas y axones que nos transportan la información al cerebro, los vellos o barba (el que los posea) y un tic que siempre tenemos encima que nos descubre cuándo decimos la verdad sin el sombrero puesto o cuando la mentira con el barquito de papel de periódico cubriéndonos la huella más visible del cuerpo: esos ojazos que nos regalaron para servirnos de ellos como semáforos de avenidas...

Dentro de lo que se mueve hoy en la capital cubana están por supuesto las caras y el cuerpo de los transportados, de los llevados, de los sentados y parados, de los que van y vienen, de los que se dejan llevar y de los que conminan a otros a dejarse llevar, aquellos que han depositado la confianza en dos brazos, dos piernas, una cabeza, un tronco y una licencia de conducción y que nadie conoce porque solo se puede identificar en la cobertura trasera de sus orejas de murciélago albino, blanco, mestizo, negro o simplemente epidermis indefinida un empeño en ser algo o alguien: nuestro querido y nunca bien ponderado chofer de guagua.

Dentro de un Yutons se olvida uno de los abismales baches de calle, del calor de gigantes que hace fuera, de los aires de cuaresma en semana santa, de los olores de mar propios de la orilla arrecifada de la bahía y de las necesidades urgentes actuales como es la del consumo de papas en los agromercados de bodega, la necesidad de realizarse pruebas ambulatorias de colesterolemia, la actualización del cambio de direcciones en el carnet de identidad o la participación activa en reuniones de trabajo o comunitarias para buscar solución a problemas con la recogida de desechos sólidos, los precios abultados de ciertos productos agrícolas, la incertidumbre y nerviosismo de cierto segmento de mercado cautivo ante la probabilidad de cambio de moneda, el aumento de salarios a personal empleado con calificación técnica suficiente y un historial envidiable o la estrategia de desarrollo de estudios y personal dedicado a la atención geriátrica ante el avatar de conversión social masiva a edades seniles. Sentados cómodamente mirando el paisaje que pasa y los postes de electricidad que solos regresan, nadie medita sino disfruta, nadie se nota preocupado sino placentero por aquello que gustaba repetir Saint Simón: "No se piensa lo mismo viviendo en una cabaña que en un palacio".

Las caras pueden preguntarse también muchas cosas, a veces es aconsejable mirar, oir y callar que hacer un comentario pueril sin una base sólida. Nosotros los sociólogos espontáneos, esos que nos hemos graduado en la Universidad del Sentido Común ahora estamos en nuestra fase científica de observar y analizar. No nos hemos querido aventurar más allá de Alberro, allá por la Autopista del Mediodía, no hemos querido salir todavía a escarbar en las rutas intermunicipales de Habana campo, no nos hemos decidido a navegar en los aviones recién comprados de un confín a otro confín de este archi piélago sencillo, fértil, cálido y tropical, todavía no es tiempo de constatar cuánto van a durar los nuevos "peos"... no hemos optado por clasificarlos, mejor decir ponerlos sobre cubierta para fregarlos con detergente de barcos. Al menos aquella parte mayoritaria de la población que vive en esta capital estancada de nuestro subdesarrollado país, que ahora va saliendo de su sueño inquieto lentamente, sin apuros, como las comunicaciones de la empresa telefónica, tiene una opción que si la cuida y la mantiene, le puede servir, pero si esa misma población deja que alguien la maltrate, rompan sus calobares parabrisas, pinten y dañen sus asientos o sus espejos visuales, si esa minoría indisciplinada apedrea estos transportes que ahora y siempre hemos necesitado, entonces no nos salvará ni el mismísimo médico chino, no vendrá en nuestra ayuda el dragón de larga trenza y mirada dura y esquiva sino que probablemente caigamos en una tembladera de escoria blanda y fétida de la cual no vamos a salir nunca... o saldremos poniendo cara de ese orificio que todo el mundo vivo superior tiene al final de la última vertebra de la columna vertebral: una cara de espanto sórdida flácida áspera súbita clásica mórbida, la misma cara que ponía Juan Angulo cuando se metía a bañarse en el mar.

(Continuar leyendo...)

martes, 4 de marzo de 2008

En respuesta a los comentarios de Julio

(Julio, mira que me he reído leyendo lo que ha escrito mi papá... porque yo conozco de memoria la cara que debe haber puesto escribiendo estas líneas, disfrutando que le hayan echado una peseta para cogerse el peso y el vuelto! Saludos desde Berlín de mi papá desde La Habana!!)

Para el tex ano, agradecido muchísimo con sus notas sobre aquella región donde hoy vive... Se pueden tejer muchas historias pero habría siempre que remitirse a los orígenes de la nación. En la historia perdida esos terrenos siempre fueron de sus aborígenes, hoy en día se está estudiando mucho si realmente podemos hablar de un "hombre americano" autóctono... La mermelada se complicó después de la Independencia de las Colonias de la Metrópoli inglesa. Son los "Padres Fundadores" los que metieron sus delicados dedos en la firma de aquellos límites y la parte de México quedó en el olvido. Luego de la guerra de mitad del Siglo XIX el asunto vino a tomar fuerza (la paleta se usa para darle consistencia al dulce, decían los antiguos) y en un baile tapatío aparecieron unos cuates que originariamente claro que eran del Sur, se montaron en un caballo pintado y se fueron con una carga de ajíes picantes un poco más al norte y como estaban bebiendo tequila del bueno confundieron el estambre del límite fronterizo, lo pusieron más al norte y se olvidaron que allí habían tribus autóctonas, ni siquiera carapálidas del ejército del Norte... Parece que Lawton, el General Lee y Tomisaboy en medio de una orgía de "wiski" tipo The Man in the floor firmaron aquella declaración de pedir ayuda a ellos mismos... y junto con algunas señoritas que trabajaban en un Saloon fueron a ver a un Sherrif y le dijeron: "María, the bandidos comming to the frontera... give me the pistolas para to kill a ellos". Y se pusieron a cantar aquel corrido mexicano que dice así: "De piedra ha de ser la cama, de piedra la cabecera..." hasta que rendidos de beber dijeron órale, se bajaron los pantalones y dejaron al sereno bajo la luz de la luna lo único propiamente mexicano que tenían: la terminación de la palabra y ahí vinieron los yanquis go home y se quedaron con el pedazo de terreno, metieron mano e hicieron un stadium de béisbol y de ahí la frase del umpire cuando uno se poncha: "Out!"... botaron fuera de la frontera a los mismos mexic anos que habían supuestamente pedido ayuda que no fue otra cosa que le ayudaran a limpiarse el redondo pues con la borrachera ellos mismos no lo podían hacer y más nunca se empataron con aquel papelito que dice de donde tú eres aunque tu seas de un iglú del polo Norte y revuelto brutal que nos hiela los huesos... Y mientras el tex ano se consigue el sombrero, lo invito a que se lea la crónica sobre Chaflán que no era ni del este ni del oeste ni del norte ni del sur sino del centro de la isla, nada menos que de Santa Clara y se puso a inventar lo mejor que se ha inventado: un sombrero para decir la verdad con él en las manos y el mismo aparato para decir mentiras cuando se lo pone en el cocorioco... Así que manito, no hay líos, yo tengo aquí muchos datos no solo sobre Texas sino también de otros terrenos de béisbol... pero hermano no te motorices mucho porque se te enfrían las neuronas y entonces no hay sombrero que te sirva. Vale decir que el trozo de terreno con césped de que hablamos fue anexado por EEUU nada menos que en 1845 y claro que era independiente, con una x en el medio que en Mexicali se pronuncia como una j suave así como Tenoxtitlán, Oaxaca y en fin, también aquí tenemos nombres parecidos, como moxones, xicotea, ximaguas, tinaxa y otras que son cubanas y no nos las van a arrebatar, pero en fin, cuando vengas trae un buen cargamento de buena salud y mucha suerte, yo quiero una banderita mexicanita para tenerla guardada aquí en el corazón porque cuando muera lejos de México que digan que estoy dormido y que me lleven allí, ya que ahora hasta Sergio Corrieri pidió que lo cremaran me soplas un tin de polvito allá en Texas para que se quede en el aire y se pose suavemente en la corteza de los árboles de alguna tribu sioux, apaches, piel roja mexicantili y nos pongamos en el otro mundo a caernos a sombrerazos, lloremos un poquito y demos saltos en un viaje a la luna como aquel que hicieron los cosmonautas que nunca se dio porque Nixon contrató a un equipo móvil y filmaron todo en un estudio de tv... Mira cómo nos han engañado... Juásxe y póngame cuatecito un alipuz para la del estribo!!. No obstante ya le pasé su duda al periódico El Universal que tengo allí dos cuatecitos que se saben esa historia del plan de pelota con pelos y señales, son coyotes de desierto periodístico. Ajúm!

(Continuar leyendo...)

El sombrero de Chaflán

La última vez que lo ví en vida fue en el Parque Vidal de Santa Clara. Estaba allí con su sombrero a lo Daniel Sesohueco encima de la cabeza, una mirada fija en un punto cualquiera como ensayando en el vacío y la sonrisa cómplice del que sabe que va a decir algo que provoca una sonrisa, una risa o una carcajada (más de lo mismo pero diferente)... "Manolón (me dijo) cuando digas una mentira a medias ponte como yo el sombrero y si quieres decir una verdad igual te lo vuelves a quitar". Y se alejó con una mano encima de la cabeza, sin sombrero esta vez, sin mirar hacia atrás, perdido en un boulevard que comenzaba por aquellos años, con la misma camisa para los espectáculos y aquellos pantalones anchos que le hicieran decir un día de show: "Parece que me hice caquita".

El secreto de su éxito espontáneo estaba no solo en el sombrero, sino en las manos, en la mirada y en el chiste. Al ponérselo sobre las orejas le daba tiempo de inventar una situación cualquiera y al quitárselo y tenerlo entre las manos, el tiempo de buscarle una solución al asunto... Aquella vez yo le quise preguntar qué se hacía cuando no se tenía un sombrero entre las manos pero Chaflán me dió la espalda y días más tarde en un programa televisivo dijo sin que nadie se lo recordara: "En el Parque Vidal pensaron preguntarme qué se hacía cuando no se tenía un sombrero entre las manos y yo viré la espalda y me fui sin contestar, pero ahora le digo a aquel amigo: yo nunca he tenido un sombrero entre las manos, sino sobre la cabeza o debajo de ella". Otra humorada más, por supuesto.

Era y es todavía aún después de muerto, un sarcasmo viviente, una biblioteca ambulante de anécdotas y cuentos, un relator oral, un cuentero o como se reconozca un refranero, un comediante, un cómico, un showman, un perspicaz, un clown vivo, un malabarista de la lengua, de la sorna, del invento... Es una lástima que no se conserven muchos chistes creados por él en la inmediatez de una presentación, que no se hayan filmado muchos de los gags que a él se le ocurrieran original y seriamente, como aquel de la viejita en medio de la calle con una jaba vacía en la mano que le pregunta a un vecino: "Mi hijo, mira cómo tengo la cabeza que ahora no me acuerdo si iba o si venía de la bodega". O la de la otra que quiere subirse al ómnibus por delante pero el chofer le cierra la puerta y va caminando hacia la puerta abierta de atrás pero el chofer la cierra también y le abre la de alante y la vieja se para en el medio de las dos puertas y le grita al chofer; "A mi no me interesa ya que sea por delante o por detrás viejo, pero sí que las tengas abiertas y bien parada la guagua".

Se sentaba sobre un taburete o una silla sin espaldar (como el clásico banco de borrachos) y comenzaba la función soltando uno tras otro chistes sobre chistes, sin descansar hasta que los del combo que le acompañaba o la gente misma le decía: "Chaflán, viejo, déjanos tomarnos al menos una cerveza"... Pero nadie podía porque allí mismo respondía: "No tomes mucho que te da por mear". Y volvía al ataque sin parar mientras la gente lloraba de la risa, se quedaba llorando como si le hubieran regalado pañuelos para secarse aquellas lágrimas, seguían sin comer saladitos, ni tomar tragos y no podían ni fumar siquiera porque él con sus anécdotas no se lo permitía. Era mejor que Alvarez Guedes por supuesto, como un Chanito Isidrón pero sin música de laúdes, un Enrique Arredondo de pueblo del interior, un Jesús Alvariño, un Pous del barrio, un Pototo (Leopoldo Fernández) en la Tremenda Corte, un villareño ocurrente, simpático, feo y serio que no se rió jamás mientras contaba un chiste y se quedaba disfrutando la risa en el aire como si él mismo la hubiera concebido. Y sin embargo nunca tuvo un programa especial bajo su conducción, ni un papel protagónico, porque Chaflán (cuyo nombre Argelio García nadie recuerda, por supuesto) era ese héroe anónimo de las tablas, del cabaret nocturno, de la esquina que lo único que no permitía era que le trajeran un chiste hecho por alguien porque él mismo los fabricaba...

Pienso que el mejor chiste de todos los que hizo era aquel de decir una media mentira con el sombrero puesto y una verdad a medias sin el sombrero. Una noche le escondieron el artefacto y allí mismo inventó la frase: "Con el sombrero... sin el sombrero". Pero no era lo mismo decirlo con la voz que hacerlo con las manos y del respetable público se lo volvieron a entregar, por cierto, una dama bellísima que subió al escenario y con el sombrero entre las manos se lo fue a devolver y Chaflán le dijo de inmediato: "Señora, Ud. lo que me trae es eso en bandeja de plata y es una lástima que desde aquí no le pueda ver bien el hueco para meter la cabeza".

Pero si El Guayabero le ponía música y sabor al chiste de doble sentido metiéndolo dentro del sonido de su guitarra, Chaflán lo decía tan noble, ingenuo y serio que la música se la ponía el propio auditorio. Dicen que incluso estuvo bromeando unos minutos antes de morir, pidiendo que no le cerraran los ojos hasta ver si habían llegado los huevos a la carnicería... Y a todos, repito, nos dejó no un chiste sino muchos, una ocurrencia como esa de decir las cosas serias y en broma. En otras ocasiones citaba a otro gran villareño (de Sagua la Grande, como Wifredo Lam) también humorista de los grandes (Enrique Núñez Rodríguez) de quien decía que nunca se quitaba el sombrero no porque era mentiroso, sino calvo y no lucía bien sin aquello en la cabeza. O mencionaba también la campaña publicitaria que el propio Núñez le hizo a un político auténtico de apellido Mier cuando aspiraba a representante a la Cámara y que consistía en una frase lapidaria y bromista: "Mier no promete, Mier dá" y le pedía permiso al autor para citarlo en su show esa noche.

En una ocasión sugirió con el sombrero puesto al auditorio: "Cuando alguno de ustedes quiera que lo tomen en serio díganlo con el sombrero puesto, que la gente no se lo va a creer y cuando quieran que la gente no le crea diga las cosas en broma sin cubrirse la cabeza que es cuando mejor a uno le creen". O aquella escena de pedir una pluma para escribir un número de teléfono encima de un papelito, se queda con el bolígrafo y luego dice: "Me quedo con él porque seguro habrá alguien que me va a dar otro número y ya no tengo que pedir de nuevo el favor". Y como nadie del público lo hace, el dueño del bolígrafo le dice: "Quédate con él para el próximo número" y así comienza de nuevo a pedir otro bolígrafo diferente...

A Chaflán le debemos pues habernos enseñado un comportamiento: andar diciendo cosas en broma o en serio para que la gente no pueda indentificar cuándo es una o cuando es otra. Es una filosofía común, un sentido de la vida que se puede llevar hasta la misma bodega de la esquina cuando se le pregunta al bodeguero: "¿Ya vinieron los cigarros?". Y el tipo responde: "No, los trajeron en unas cajas de cartón". O aquel que inquiere al carnicero mostrándole la libreta de abastecimientos: "¿Sabe Ud. si a mí me tocan los huevos?!"... A lo que el dependiente responde mirándole a los ojos: "Sólo si Ud. lo solicita por escrito, previamente, claro".

Aquí en el archipiélago la gente se levanta poniéndose o quitándose el sombrero mientras toma la palabra y dice cualquier cosa. Por la acera pasan los vendedores ambulantes con dulces de coco hechos con azúcar prieta y cuando muestran lo que traen dicen: "Coge tu mojón de negro aquí, vamo!!!". O cuando ven una pareja de perritos ensartados en plena calle comentan: "No se sabe si es ella la que no quiere soltar o es él el que quiere irse solo de paseo". O frente al cementerio hacen el mismo chiste: "Si los que están afuera no quieren entrar y los de adentro no pueden salir, ¿para qué le ponen cercas a los cementerios?"... O la pregunta tonta de siempre: "¿Sabe Ud. dónde entierran en Cuba los muertos de Cabeza?". Y como nadie responde, dicen: "En el pueblo de al lado, porque en Cabeza no hay cementerio". Esas respuestas son chaflanistas, son ocurrencias de aquél... como el cantinflismo del personaje del mexicano Mario Moreno.

Siempre nos pasa lo mismo: los mejores se conocen bien por todos cuando salen al exterior. Eso le ha pasado a Chaflán, ahora después de muerto que se ha ido a ese viaje la gente siente su ausencia. Un animador como Mario Aguirre se roba el show, otro como Doimeadiós también... Alguno como Churrisco, como Mariconchi, hacen un buen chiste, pero nadie como Chaflán por una sencilla y compleja verdad: el médico tiene el estetóscopo, el abogado la toga y el birrete, el odontólogo la maquinita para la caries, el chofer su gorra típica, el pelotero su bate, su guante o su pelota, el boxeador sus guantes, el escritor su pluma, pero nadie como Chaflán se ha subido a un escenario con un sombrero típico en la mano y nadie tampoco lo ha manejado con esa maestría propia de los grandes... Lo mejor que pudiéramos hacer es sentarnos en este sitio, el sitio en la loma de las colaboraciones a por lo menos lanzar un cuento o un chiste lindo a lo Chaflán, a su memoria... Y terminar aplaudiendo que es lo único que piden los grandes y los pequeños artistas cuando hacen algo que vale la pena. Ahí les va la convocatoria vamos a ver quién se embulla. ¿Sí?

Como no tengo muchos, ahí les escribo unos "es para guettis" con el sombrero puesto:

Una gran tela en la pared del cementerio de Colón:

- "De este centro, todos vamos el domingo al trabajo voluntario".

En el Hospital Psiquiátrico Nacional un enfermo se para en las rejas y le dice a un policía que pasa por Boyeros:

- "Policía: ¿son ustedes muchos allá dentro?".

En una alcantarilla, la rosa le dice a la caca:

- "Yo soy la flor de la boda"... y la caca le responde: "Y yo el cake".

(Continuar leyendo...)