Probablemente si estuviéramos en otro lugar del mundo este asunto que aparece en el título no tendría la más mínima complicación. Pero aquí todo es diferente, una diferencia marcada por la necesidad, la carencia de algo, la ausencia de dinero para invertir, la presencia de familias y amistades numerosas, la pérdida de costumbres especiales (como la de envolver regalos, por ejemplo) y otras razones hacen un lío tanto el intercambio de regalos como el regalo mismo, ante todo aquello del lacito del adorno.
Se ha dicho con toda razón que los planes tareco son en realidad de intercambio de regalos. Voy con mi tareco (una máquina vieja e inservible de escribir "Remington" de los años 50 del siglo pasado destartalada por el tiempo), la meto en una caja de cartón y la pongo en una de las faldas de los tanques de basura que tengo en la esquina y en unos minutos me deshago del traste. A los cinco segundos viene alguien y se lleva esa cosa para su casa y encima de eso le dice a la mujer cuando llega con el artefacto: "¡Mira lo que me encontré en el plan tareco de la esquina!".
Tengo que reconocer que al mismo tiempo que dejé la máquina de escribir inservible allí estaba un cubo de metal sucio pero entero del cual me apropié y traje para la casa diciendo al mismo tiempo: "¡Ganancia neta, dejé la maquinita y traje el cubo para la cal!". Es un entretenimiento cariñoso: uno lleva lo que le sobra y trae a casa lo que le falta... y siempre lo hace pensando que ha hecho una obra de caridad tal como lo hizo el que dejó su regalito en el mismo lugar del nuestro.
Pero con las fechas curiosas digamos de "San Valentín" (el ya universal 14 de Febrero), el del "Día de las Madres" (segundo domingo de Mayo), el de "Los Padres" (en Junio, pero mucha gente no se acuerda cuándo), el de los cumpleaños (a lo largo del año cualquier día menos pensado), el "Día del Maestro" (22 de Diciembre), el Internacional de la Mujer (8 de Marzo) y otros, nos ocurre algo inusitado: no sabemos qué regalar ni cómo lo vamos a envolver.
Hay que señalar (esta frase al inicio de cualquier párrafo porque me recuerda los informes para reuniones importantes igual que "Bien, Compañeros" que se utiliza siempre para iniciarlas) que es muy difícil regalar algo a alguien en un estado de carencia general, con ofertas limitadas en las tiendas shop o no shop, la presencia de merolicos clandestinos que por confeccionar cualquier cosa te piden hasta lo imposible y por las características propias del cubaneo que es difícil de complacer.
A un amigo mío le regalaron un perfume Chanel original carísimo, una francesa que vino de visita y que se lo obsequió para que se lo diera a su mujer o a su amante, a cualquier mujer que él escogiera y él lo hizo, en su caja rosada lo entregó a una dama y le dijo: "Este perfume es lo más caro del mundo, con decirte que esta cajita le costó a la francesa nada menos que 78 euros que al cambio significan 117 cuc (pesos cubanos convertibles) o lo que es lo mismo: dos mil novecientos veinte y cinco pesos cubanos". Y la dama le dijo: "¡¡¡Coño, mi vida, habérmelo dicho porque mejor lo hubiéramos cambiado por 3 pares de zapatos shop, un pitusa, una colonia barata y un almuerzo en el barrio chino!!!!. Y acto seguido agarró el perfume y le hizo fuífuí en el primer cuarto para darle buen olor a todos los santos... ¡San Chanel!
Otro factor a tener en cuenta en eso de los regalos es que siempre regalamos lo mismo: lavandas y jabones de los que se consiguen en las shop. Digamos que hoy hemos regalado por el "Día de las Madres" once jabones shop y 5 lavanditas marcas "Yonosé". Pues por la tarde los mismos 16 vienen de vuelta porque nos regalan los mismos jabones y las mismas lavandas u otras parecidas como las "Yosífuí" que son fabricadas por el mismo comerciante pero con etiquetas diferentes al mismo precio.
Ud. puede envolverlas pero eso le va a ser todavía más difícil: los papeles para regalos están virtualmente desaparecidos. Y las tarjetas originales también... Han editado algunas que se han vendido en los estanquillos de periódicos o en los correos pero desaparecieron en la primera semana y aunque son 11 veces diferentes las más bonitas se agotaron y solo quedan 3 ó 4 iguales. De esta manera si Ud. regala el perfumito con una tarjeta de rosa roja digamos para Mary, ella le envía a la vuelta lo mismo con la misma tarjeta. A veces he pensado que te devuelven el mismo regalo que has hecho en un acto de malabarismo...
En el fondo lo que estamos intercambiando no son cosas sino cariño, algo que no tiene marca ni hay que envolver, pero esa es otra crónica. El asunto real actual es que regalamos a una mamita un jabón "Lux" rosado de 0,50 cuc y nos mandan otro igual, azul, pero del mismo precio. Y la tarjeta de la rosa roja es la misma pero con tu nombre. Al menos en el plan tareco regalamos maquinita de escribir y recogemos cubo para cal. En el día del regalo más importante lo que salió por la izquierda entró por la derecha y se quedó en casa esperando otra ocasión propicia o un cumpleaños especial... En la ocasión señalada lo que salió entra más rapidamente, pero en el caso de los cumple hay que esperar un año.
Lo más complicado de este día de regalos es hacer el lacito. Como no tenemos papel para envolver (aquellos papeles bellos que nos recuerdan trajes de payasos o
papalotes del barrio chino) ponemos el jabón o la lavanda dentro de una jabita shop nueva y la amarramos de tal forma que sea con "agte" como dice Alfredo Guevara el Presidente del ICAIC... Para eso agarramos una serpentina de las que tenemos guardadas y que se usan para las pegatinas de paquetes en las tiendas shop (de esas mismas para etiquetar mercancías), algo que se bota en la basura cuando las cajas se abren y se les extraen los productos que se van a vender.
Agarramos una tijera y la cortamos bien parejito a medio centímetro de ancho o tal vez menos y lo enrollamos de tal manera que parezca un bucle de niño chiquito, atamos el buclecito a la garganta de la jaba con el regalo dentro y ya está. Allá va la jabita enbuclada para el destinatario de la familia o de la amistad. Y esa persona curiosa lo desatará con tal maestría que le sirva para cuando tenga que regalarnos lo mismo lo haga con una jaba diferente pero con la misma soguita de ahorcado que le dimos antes. Hoy por ejemplo hemos hecho los regalos con lacitos y nos parecen que no son los nuestros sino los que le han regalado a la madre que tenemos en casa.
¡Pero qué difícil es que nos quede el bucle bien hecho alrededor del cuello de la jabita! Y no podemos regalar la cosa sin el papel de la sorpresa o sin el lacito enroscado porque no tendría sentido... ¡¡Qué lío mi madre, qué lío!! Y nosotros que creemos que el "Día de las Madres" es todos los días del año... Si tuviéramos que regalar jabones no nos alcanzarían las existencias almacenadas o sí, porque los jabones que regalamos por la mañana nos los devuelven ese mismo día por la tarde... ¡¡¡Chenche por chenche!!!!
lunes, 12 de mayo de 2008
El lacito del regalo
Publicado por Aguaya en 5:47:00 p. m.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Y es que no hay una cosa que sea simple en ese pais... que frustrante
Jajaja, me des-pin-G con lo del fuiki-fuiki porque me parecía ver a mi mujer, aun a 90 millas haciendo lo mismo, porque a fin de cuentas, somos LO MISMO.
Recuerdo que por allá por el inicio de los noventa, todos los días eran de madres y ellas, nuestras mamas fueron las que mas sufrieron tratando de poner algo sobre la mesa. Coñoooo y que me dices de los cakes del día de la madre... aquel bloque de cemento que solo servia para empujar a las visitas con un vaso de agua fría. GLUCK! Yo tenía un socio (alexis) que cuando lo invitaba a la casa me preguntaba con tremenda intriga -por joder, claro- si ya se nos había acabado el cake de las madres... El pobre en una de esas tardes de no tener nada para brindar lo embutimos...
A ciencia cierta, ni sé si lo siguen dando o no por la libreta, pero igual es bueno recordar aquellas cosas, como un San Nicolas del Peladero revoluuu.
Ojalá que un día, con regalos o sin ellos, volvamos a vernos todos alla y que no exista tanta ‘separadera’.
Abrazos y un poco tiempo del carajo para hacer lo que me gusta,
El tony.
Dando vueltas por Internet -en busca de otras cosas- caigo por casualidad en este post, y me lleno de recuerdos lindos. Aquí donde vivo hay papelitos, cintas, bucles ya echos, estrellitas, confetti y de todo para envolver regalos, pero a mí me parece una obsenidad, antiecológica encima, tal como están las cosas en el mundo, gastar dinero en eso. Así que reciclo con "agte" los papeles y ornamentos de los regalos que me hacen, o invento con cuanto papelito supuestamente desechable. El resultado me satisface y llega a causar sensación. Envolver, por ejemplo, libros cubanos en páginas de un viejo Juventud Rebelde, resultó en que se leyeron primero el envoltorio que el regalito :)
Quiere que lo ayude a empujar el almendrón? :)
Saludos!
s.
Publicar un comentario