lunes, 14 de enero de 2008

Cosas, dinero y amor (Monólogo para turistas)

Existen cosas más importantes que el dinero, pero cuestan mucho, me dijo un amigo que tiene de todo y le falta lo mejor: su perro no lo quiere. El pobre, trata de rascarle su lomo hirsuto (erizado, crispado) cuando se le acerca pero nada, el perro arranca, se va corriendo y por nada del mundo se le acerca de nuevo. Y mira que el tipo le compra hasta palitroques para perros, de los que venden en las shops...

La cosificación se está convirtiendo en una ciencia. Otros dicen que es un arte. Mientras los científicos siguen investigando hay gente que acumula la materia de tal manera que al entrar en una de esas casas de familia uno siente un aturdimiento raro, como el que siente mi amigo cuando se dirige a rascar al perro y este se manda a correr como Juantorena. Allí hay de todo y sin embargo les falta algo... que no pueden tocar.

Aquí en el archipiélago (una piel que es más que piel, una piel superior) se da lo que decía cierto filósofo que era una contradicción: la cosa es y no es al mismo tiempo. En ocasiones tienes los bolsillos cargados de dinero (raras ocasiones, por cierto) cubano no convertible al que llamamos pc o del otro convertible (como los carros-coches convertibles descapotados de antes) al que llamamos pcc y que oficialmente se denomina cuc (chavitos, que es lo mismo), divisa, dinero de verdad... pero no consigues cosas. Y en ocasiones las tiendas shops están abarrotadas de cosas pero no tienes dinero. Los pc son patriotas editados y sonrientes que no pueden entrar en las tiendas recuperadoras de divisas a las que hemos puesto por nombre shops (ir a la shop, shopear, shopinizar, shopping, shop ping), entran pero no pueden comprar. Los pcc (la divisa, claro), entra, compra y nadie sabe qué patriota lo hizo... solo en ese cambalache cotidiano la gente se fija en el número del billete. Si la cuenta es 8 y dí uno de a 10 (divisas, claro) me tienen que devolver 2... Una cuenta exacta sin la identificación de algún patriota. Si me dan por vuelto billetes no tengo problemas, pero si me dan menudo... Oye, tremenda confusión confusa, fusa y semifusa, como si estuviera Mozart tocando el piano.

Pero cuando en el agro (se compra en pc, pesos cubanos simples, muy patriotas por cierto) si la cuenta es 8 y pagas con un Máximo Gómez (10) te devuelven 2 Martí (o en billetes o en moneda de metal que la gente llama morrocotas). Compadre, dame dos morrocotas para pagar el cuarto de mear (el baño, claro que es en morrocotas) o el parqueo del coche (esa palabra aquí no se usa, es propia de personas que vienen como turistas desde nada menos que España, nuestra madre Patria, no es verdad?), del carro, que uno puede pagar en divisas (pcc, claro) así que estoy parqueado viene el parqueador que tiene un pulovito de Havana Club y le doy dos (2) morrocotas o una monedita intur shop de 10 centavos pcc que es lo mismo y el tipo me dice después que la vé en la palma de su mano y comprueba que no le he dado una tuerca, una arandela u otra cosa parecida: gracias compadre, mi trabajo es usted. Y te espanta una sonrisa shop en la cara o una morrocotisa que es la sonrisa de las morrocotas. Así es la cosa... claro? Estoy utilizando la palabra claro no como muletilla sino porque en estos trámites ecofinancieros hay que estar bastante claro... Claro?

El asunto se complica cuando te pagan un pasaje a uno que recoges en la calle y que "adelantas" hasta donde tú te diriges. Te paga con dos (2) billetes pc de a 5 (Maceo) o dos monedas de 25 centavos pcc, vírgenes, sin patriotas que es lo mismo. Pero si el pcc (la divisa, está claro) está a 25 para comprarse (CADECA tiene la divisa y tienes que dar 25 pc por un (1) pcc), entonces te ha pagado algo raro porque 2 billetes de a 5 no son dos monedas de a 25. Saquen la cuenta, diez no es la mitad de 25, si te pagan con divisa te han pagado 12 pesos cubanos y medio = 12,5, la mitad de 25. Pero 2 billetes de a 5 pc no son la mitad de 25. Ahora lo tienen más claro? Un acertijo, un trabalenguas, claro que uno prefiere que le paguen la carrera con dos monedas de a 25 centavos pcc que 2 billetes de nuestro Titán de Bronce por la sencilla razón de que estos billetes entran en las TRD (Tiendas de Recuperación de Divisas) pero no compran. Y las otras sí, entran y salen, compran y se quedan o no compran y vuelven contigo a comprar digamos más tarde... Un acertijo que se aclara cuando uno se estudia a fondo el primer tomo de El Capital de Carlos Marx... en lo referente a "La mercancía: valor y valor de uso".

Pero la gente sigue acumulando cosas a diestra y siniestra. Intercambia valores (que es intercambiar trabajo pretérito y actual) porque el dinero es también una mercancía que se compra y se vende. Yo tengo un valor (5 pcc) y necesito un valor de uso (un litro de aceite de girasol que cuesta más o menos 2,20 pcc), doy el valor y me dan el valor de uso y un vuelto (2,80 pcc). Si vengo una mano de plátanos (valores de uso esos platanitos) y me pagan 10 pc por 10 platanitos, doy un valor de uso (platanitos) y me dan un valor de cambio, 10 pc, un reluciente y serio billete Máximo Gómez, aquel mismo dominicano ilustre y bravo, valiente y osado que dijo un día: Los cubanos o se pasan o no llegan.

Observando nuestro mercado (allí donde se intercambian las mercancías y donde se realiza la oferta y la demanda, en fin allá donde va la gente a comprar lo que necesita o lo que se le ocurre) en los agromercados hay menos cosas que en las shops. Las shops son esas ballenas que llevan dentro un Jonás envuelto en nylon, todo prensado y pesado, etiquetado, marcado con una barra tal que cuando pasa por la caja hace tuisss y la pantallita te dice lo que debes pagar y lo que te tienen que devolver... Los agros, agritos, agriticos y agrotes son esos animales que tienen la tierra dentro y la naranja por fuera, limpiecita de manera tal que cuando la agarras te confundes y te llevas la tierra y te birlan (te desaparecen, te cambian) la naranja. Las cajitas tuisss no existen en los agros, son cajas ogros, en las que desaparecen tus patriotas perdidos debajo de tanta tierra y se te pierden, no regresan victoriosos de nuevo mientras los productos se esfuman en los calderos shops, dentro de las ollas tuisss, en los estómagos sssiut. Las shops tienen muchachitas chic, con sonrisas dientsss mientras los agros tienen negros zzzzoooooc socotrocoschoc, terracotos, terrícolas, terrosos, terremotos y tercos como burros de carga. Son hermosos estos negros, pero brutos, recontra! Qué brutos son!!! Se quedan con la naranja y me venden la tierra...!!!

Pero volvamos al asunto que nos ocupa... Podemos acumular acelgas, aceite de girasol, coles, muslitos de pollo, rábanos, pechugas de pavo, boniatos, quesitos en lascas, carne de cerdo, carne de rés, turrón de maní, salsa de tomate, malanga isleña, picadillo de pavo usa, frijoles negros, desodorante, tomates de ensalada, detergente fino, vinagre a granel en bolsitas, refrescos de latica, lo que Ud. quiera señor o compañero, por favor su ticket o salga por esta puerta, allí tiene su tohallita sanitaria o su cuarto de mear, nosotros no ofertamos productos de nulo movimiento o aquí lo más importante es usted, sonrisas a menudeo o cambio con tierra, cualquier cosa, usted se lleva para su casa o una bolsa o una jaba, rellena de cosas mientras se queda en aquella tarima sus pesos patriotas o en las cajas modernas sus pesos convertibles vírgenes despatriotados... Pero con cuál de las cuatro monedas que tengo en la caja de Tomás Moro las voy a comprar? Cuánto me devolverán por esa operación sencilla de entregar un valor y adquirir un valor de uso? A cómo me cambian hoy el dinero con que tengo que comprar lo que me tengo que comer? Eso no lo sabemos, no lo sabremos nunca, nosotros lo entregamos y se escapa el dinero, se va en las manos del parqueador, del negro, de la señorita para escapar después y meterse en las manos de no se sabe quién... Con qué moneda te voy a comprar las flores para regalar en el aniversario de bodas?

Y con los besos, qué?... Cuánto valen los besos de un muchacho? De un nieto? De una nieta? Dónde podemos ubicar el mercado de besos? Cuánto pesa en una balanza una beso que te suene una nieta en el cachete, un beso mojado y cariñoso, un beso de labios, lenguado y con dientes, dentado? Cuántos besos caben en un kilogramo, en una libra de besitos lindos, apuchurraditos, chasqueaditos o lasqueados, besitos tosquitos, o suavecitos? Con cuánto dinero saldremos hoy en los bolsillos para encontrar unas onzitas de besitos, con sabor digamos a helado de fresa? Y los abrazos? Cuántos abrazos ricos por un euro? Quién dá más, señoras y señores? Entren señores, caballeros, damas, niños y niñas, viejos y viejas, mujeres y hombres, hombres y mujeres, adultos, imberbes, nacidos, nonatos, entren viejitos cagalitrocitos entren a dar besos y a llevarse las jabas de abrazos gratuitos!!!! Ah, esos abrazos y besos!!! En cuál mercado? En este mismo palacio de familia? Están rebajados estos besos, señora? No, regalados. Yo se los doy y Ud. me los dá, sin que medie el valor de cambio, salvo que Ud. quiera pagar mil millones de euros por un beso. Un solo beso nada más! Qué va! Mil millones de besos regalados más!

El asunto se complica cuando queremos comer o merendar... No podemos merendarnos un beso, un abrazo de desayuno, una pastilla de vitaminas de besos, un quintal de besos, una tonelada de abrazos, de chiqueos, de palmaditas, una arroba de apretones de manos. Nos pasaría como a cierto personaje que cuando nos vayan a rascar el lomo nos pondríamos fuera del alcance de sus uñas... Tomar el té de besos de las 4 p.m. Parece que el amor está en contradicción con la oferta y la demanda. Todavía no han embotellado el cariño, menos mal. Imaginen comprar una botella de cariñitos y beber a sorbos durante todo un día. Vaya, coge tu cariño aquí! Vamos! Un cariño despersonalizado.

En la misma medida en que crece la compra de cosas, debiera crecer la entrega de besos. Unos besotes desmercadolizados, gratuitos, expuestos para escoger en cada tarima de cualquier esquina. Aquí, besos robados. Besos desparramados, desnudos, bañados, perfumados, olorosos, afeitados y envueltos para regalo. Besos y abrazos desmercantilizados, a crédito, besos al entrar en los museos, besos escondidos en los baños públicos, en los cines oscuros, en los lugares menos pensados, besos y abrazos en los encuentros con los que viven alejados, besos encontrados, besos turísticos rebanados, achatados, limpios y ordenados, besos entongados, una escalera de besos organizados, planificados, controlados, orientados y desparramados... Besos básicos y dirigidos, besos por la libreta y liberados. Unos besos y abrazos que nos hagan crecer las pestañas de nuevo, que nos quiten las arrugas de los codos de ambos brazos, que nos achiquen las orejas y la nariz, que nos oculten la celulitis, unos abrazotes verdaderos que no nos hagan pensar en cuánto nos costaron sino en cuánto agradecemos, una simple mano en el hombro que nos diga compadre, cuánto te extraño, una mujer que te abrace y te diga bajito al oído, amor cuánto te amo!...

En la misma medida en que crecen los besos debía ir creciendo la desaparición del dinero, la extinción del estado y de las elecciones, la posible descosificación de la gente, la desaparición de las maldades, de los falsos valores, debíamos elegir una asamblea constituyente donde las sesiones comenzaran con una reacción en cadena de abrazos y besos, donde se eligiera a su vez un consejo de estado de besos y abrazos y se tomara un acuerdo, uno solo: declarar el día internacional del abrazo y el beso, elegir a su vez a un presidente del beso y del abrazo, un tipo que estuviera todo el día con los brazos abiertos dando abrazos y recibiendo besos, que no hablara, que no propusiera nada, que no hiciera otra cosa que besar y abrazar y si es mujer mejor y joven supermejor, para salir a la calle y besar a cualquiera, a cualquier animal, a cualquier persona, a cualquier chofer de metro, a cualquier podador de césped, a cualquier zapatero remendón, a cualquier poetisa, a cualquier bailarina, a cualquier ujier, a cualquier doctor, a cualquiera pintora, a cualquiera top model, a cualquier pianista, a cualquier profesor o profesora, a cualquier jubilado, entrarnos a besos y abrazos hasta caer rendidos en un mar de lágrimas y de risas y de besos hasta que se nos descuarejinguen las manos de tanto abrazar y se nos destornillen las vértebras de los calcañales de tanto besar... Todo eso debiéramos hacerlo ahora mismo. Entrarle a besos a la primera mujer con la que nos tropecemos. Esto debiéramos tenerlo bien claro... Amén.

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