domingo, 6 de enero de 2008

Me fui hasta el sur

(Esto lo escribió mi papá el 24 de Mayo del 2007)

España me habían dicho es un país de ancestros... Nosotros también tenemos esos parientes allí. Personas que hemos conocido por los relatos que vienen desde la Atlántida que dicen existió 9,700 años antes de nuetra era y que Platón da cuenta en una de sus obras famosas. Los que somos descendientes de aquellos albergábamos un sueño romántico simple: alguna vez tendríamos la oportunidad de conocer el país.

Un par de amigos con quienes hemos contraído muchas deudas (más bien espirituales) me invitaron un día y miren ustedes: ya estamos aquí, porque ellos también vinieron conmigo. Sin cansarles mucho les voy a contar qué me ha sucedido en estos tres primeros días de estancia y ustedes mismos sacarán sus propias cuentas. Solo una cosa os pido: la amabilidad de entenderme bien. Cuando estoy diciendo la verdad siempre lo hago sin el sombrero puesto pero si es alguna broma claro, me pongo el sombrero. Es hablar a lo “Chaflán” un bromista mayor oriundo de mi pueblo campesino que es el único de atlantes puros que tienen una sola característica identificativa: somos el 100% mentirosos. En el más puro español os digo: traten por ustedes mismos de saber cuándo es una cosa u otra. Yo por mi madre, no puedo…

Mi hija me llevó hasta el aeropuerto y ese día no pude ver más a la nena, ni a Picasso (el pintor de casa) así que cuando me perdí en el asiento del jet para levitar por tres horas seguidas un sueño triste me vino encima: no sabía si a la nena le había gustado tomarse toda la leche por primera vez. Como no traje la cámara ni los prismáticos, España me estaba esperando como si no tuviera puesta alguna ropa pero no me perdí como pensaba, porque mis amigos me estaban esperando y me llevaron por los laberintos de Dios, debajo de la tierra hasta llegar a La Puerta del Sol, en el mismo centro de Madrid. Y allí comenzamos a ver cosas como estas...

Un hostal, un café, un almuerzo, un paseo, un museo, un burdel, edificios y parques, Sabatini en un jardín, policías, extranjeros, inmigrantes, naturales, euros vienen euros van, los zapatos, Internet, un mensaje, aquel hotel, las muchachas, El Quijote, Sancho Panza, los maderos de San Juán, tres cubanos, aquel señor, buenos días, cómo anda usted, tiren fotos, todo flash, no me duermo, porno hay, ví el diario, la moldava, ví la Reina por la tele, quién custodia, nadie aquí, cuántos autos, vive Dios, Alcalá, Rex Cinema, Ritz, mira el Prado, yo no fui, los paraguas, en un bar, chocolates, boulevard, hay más gente por allá...

Y también otras cosas además: un acordeón grita por una propina, un bistec de ternera, ensaladas, los manteles ya no están, llueve mucho por allí, Federico y la paloma de la paz, teatristas, monumentos, un alcalde, aquel palacio, una esquina, el IVA es un impuesto al valor agregado, todo cuesta, espaguetis para mí, hace frío, calles llenas, no hay semáforos, me perdí, desayunos, embajadas, los imperios, decadentes, la ignorancia, el museo del jabón, el muestrario del jamón, compramos cosas, son amables, una llave para entrar, maletines, las maletas, camarioca y escambray, en la calle una victoria, la opulencia, la miseria, me levanto, a caminar, vamos rápido, llueve a cántaros, nos ahogamos, Tintoretto y Rafael, viene Goya a saludar, los pecados capitales, baila afuera del museo la tormenta, nos comemos las paellas, las muchachas nos atienden, berlineses nos saludan, conversamos, somos mudos, pinareños, recogemos equipajes, nos marchamos del lugar, a los trenes, levitando a ras de tierra, ya llegamos a esta ciudad...

Porque según dicen los atlantes se aparecieron un día, alumbraron la cabeza de Cervantes y este con una sola mano prodigiosa escribió aquello “en un lugar de La Mancha...” y los vecinos de este lugar no tienen otra cosa importante que decir que toda la historia del Quijote y a todo el que llega se la cuentan con lujo de detalles y a los que como a mí me da por perderme en una manzana de casas le regalan una brújula y cuando se ponen a protestar una aldeana bellísima le dice: “Yo le cobro la bebida y usted paga la comida”... Y uno se cree que está en la Bodeguita del Medio, paseando por Obispo, llegando a Monserrate, Egido, Reina, Carlos III, Infanta, porque hay una sola cosa que quiero que ustedes recuerden: “el conocimiento es la virtud y solo si se sabe se puede divisar el bien”... como dicen que dijo Sócrates porque solo se le conoce por los diálogos escritos por el atlante Platón que nos metió entre ceja y ceja aquella divina mentira de la Atlántida, el Peñón de Gibraltar, los Curros Enríquez, el Centro Asturiano, las fabadas y las jotas aragonesas...

Sufran muchachos, sufran, que yo me estoy sacrificando aquí mismo, en Ciudad Real, atormentándome con un solo sentimiento: el paraíso no está tan lejos como creemos. Y con una sola pregunta: ¿Se habrá tomado hoy todo el pomo de leche la atlántica Nené?... Nos vemos, rediez, besitos quijotescos de Pipo. ...y mientras me sigan invitando a comer gratis, más atlante soy... Vale!

1 comentario:

Al Godar dijo...

Aquí estuve.
Me puse a curiosear el almendrón y me encontré este delicioso relato lleno de ternura.
Lamentablemente no puedo quedarme mucho tiempo: Tengo que seguir el camino del Quijote.
Saludos,
Al Godar