sábado, 24 de noviembre de 2007

Ni un solo de sermón ni de picadillo

(Del 7 de septiembre del 2006)

El asunto es bien complejo... Algo así como una tormenta perfecta, como una cantata de Bach con versos de Lutero un domingo o una pera naciendo de un olmo, o una vírgen dando a luz. Obbatalá descansó un fin de semana no por gusto, Jehová hizo lo mismo, Buda respiró cuando le hicieron la pregunta, generales y doctores, pícaros y tontos, hombres buenos y malos, santos y diablos, no han podido responder con exactitud cómo se relacionan las cosas con las ideas...

Como hemos dicho, para los objetómanos las cosas son lo más importante y para los ideómanos las ideas por supuesto. Los ascetas intentaron el ayuno constante sin la ingestión de líquidos o sólidos y al final de las pruebas murieron todos de inanición. Los seguidores de Heliogábalo, el Emperador Romano murieron asesinados como él, por su glotonería y concepción apopléjica del mundo. A estos últimos les pasó como a los patos de Cuco Alvera (un criador de patos de mi pueblo natal), comieron tanto que reventaron todos una noche sin luna.

Los hay que van caminando al propio tiempo que miran la esférica de Valencia y tropiezan con los baches del piso, no los ven porque es tanto su amor platónico con la bombilla pendiente sin cable que están caminando mareados. Y los hay que solo piensan en comer para mitigar el hambre del estómago y ni siquiera saben quién fue Dante o Séneca. No por saber esos nombres estaremos a salvo de caer en el hueco de la calle, pero es solo un ejemplo para decir "de te fábula narratur", una expresión compleja que ni yo mismo sé qué quiere decir y que hay que buscar en las expresiones complejas en las páginas de colores del diccionario enano.

Voy a tratar de aclararme algunos conceptos: "El hombre -decía Marx- antes de dedicarse al arte, la religión, la política o la filosofía, tiene ante todo que comer, vestir, tener un techo y para ello tiene que trabajar...". Bravo por él, que indicó buscar en las condiciones materiales de existencia de la sociedad algunas de las razones del comportamiento humano. Vamos a entrar por ahí mismo... Si tiene razón el viejo Marx entonces, el hombre piensa como vive ("el ser social determina la conciencia social") y yo le añado "y actúa como piensa". De tal manera que el pensamiento se convierte en una especie de estado de preconducta social que guía la actividad... Algo así como prepraxis.

Si lo anterior es verdadero, entonces, queridos compañeritos y queridas compañeritas lleguemos a una conclusión sencilla: El hombre piensa porque tiene cerebro y el pensamiento es un reflejo de la realidad... la realidad objetiva es material y las ideas son ideales y no pueden ser materiales porque si lo fueran el propio encéfalo, el cerebro, el moropo, el güiro, la bóveda craneana, el cocorioco explotaría como el globo de Cantoya. Imagínense que tuviéramos ideas hechas granitos chiquirriticos (se dice así y no chirriquiticos, ya de paso que quede bien claro) en el cerebro... serían como un esmeril, una gran lija para dejarnos el cerebrito lisito como caoba pulida.

Y así vamos con nuestras ideas escondidas en el coco de aquípallá y deallápacá. Todo lo que hacemos tiene que ver con cierto tipo de conciencia. Digamos por ejemplo que nos vamos a comer un mango...Un mango rojo, rico, jugoso, azucarado, en fin un mango de nivel superior. Primero lo vemos, luego lo tocamos, lo olemos... le rasgamos la piel y lo mordemos (lo gustamos) mientras oímos cómo suena (crasshhh) cuando lo tragamos... Mango, que rico el mango, Mango, que rico es!, como diría Pérez Prado, el inventor del Mambo... En fin, la conciencia ha sido primero, se ha formado un deseo de comernos un mango, lo hemos comido y ahora tenemos en el cerebro el jugo de mango convertido en sangre y un poquito de aire también y otras sustancias y con todo ese mejunje tenemos la ideita del manguito, de la cáscara, del olor, del sabor, de su textura, del sonidito del mango al caer de la mata... Qué ha sido más importante?. El mango?. La idea del mango?. No, si yo te digo!. Deja que yo te cuente!.

Una idea de mango sin mango es como un queso sin cascos de guayaba... Un huevo sin sal, un malecón sin agua, una sombra sin árbol, un zunzún sin alas, una playa sin arena, un mar sin peces, un perro sin pelambre... Un mango sin el deseo de él, sin la intención de comerlo, sin la palabra mango, sin sabor, sin olor, sin peso, sin cáscara, semilla y masa es un mango enexistente. La materia sin el hombre existió pero insípida, cuando el hombre apareció dijo como el que les dije: "Anoche tuve un sueño..." y empezaron con eso sus locuras ("De Diosa y de Dios...").

"El amor es la excusa de la vida"...Y ya que estamos hablando del Apóstol ahí les va otra de él: "Poseer posee el asno, cautivar solo el que tenga un espíritu selecto...". De esto se trata: ni materialismo vulgar ni idealismo puritano. Así de sencillo modestamente se los puedo resumir: "Todo lo que guardo en el garaje y en toda la casa vale menos que un besito mojadito de mi nieta". Nos levantamos todos los días con la necesidad de bebernos el café y de que nos hablen. Un café hablado...una pequeña conversación tragada. Café solo como picadillo o sermón solito sin algo para picar, no, porque nos convertimos en cosas. Nos morimos de una tristeza infinita... La vida áspera como lija para muebles no. Queremos seres que sepan a algo...

Tampoco sería válido arrastrarnos en la más completa huelga de hambre para no poder ni ver el sinsonte que nos canta desde la cerca. Ni engordar la barriga al punto tal que tampoco lo oigamos. Claro, es muy rico estar rodeado de cosas y que nos hablen de cariño o muy tristes estar rodeados de cariño sin cosas. Tenemos la necesidad un día de tener un reloj que nos dé la hora. No vamos a estar constantemente comiendo palabras, tragando letras. El comeletras no es un personaje real... Yo siempre les propongo que hagan un cálculo: si tenemos algún real suelto prueben el helado de chocolate. Y si no lo tienen?. Ah!... Imagínenselo!. Cada vez que me siento por ahí o en la casa a beber mi tacita de café pienso en las veces que tenía un vallet para mí solo, que me hacía esa misma tacita, café del bueno, en cafetera moderna, oloroso, con el azúcar al lado en su recipiente chic, cucharita igual y lo mejor de todo era esa excelencia en el servicio y mi respuesta de siempre: "Picasso, qué bien te quedó!". Picasso, el papá pintor, me hacía mi café con todo el amor del mundo y una mirada inolvidable...

Hace mucho que están diciendo lo de la tormenta perfecta: sembrar un árbol, tener un hijo, escribir un libro. Existe un escritor que escribió el cuento más corto del mundo, aquel del dinosaurio, es un renglón. Se puede sembrar la postura en una maceta y tenerla en el balcón de la casa. Y si ya se nos pasó la edad de procrear o parir y no queremos adoptar, ahí tenemos a las personas esperando... una personasalchicha, bien carmelita, de hocico puntiagudo, rabo meneón, a la que podemos enseñar a reir, con la que podemos jugar, a la que podemos rascar la barriga. Esa persona que nos custodia que está para olernos más que para caernos a palabras. La esperanza y la ilusión es lo que tiene de diferente Homo Sapiens, nuestro nombre científico para denominar la especie a la que pertenecemos...

Toda la aventura que ha hecho y ha escrito la humanidad es un soplo pequeño con la que puede desde hoy mismo comenzar a escribir y hacer de nuevo. Ese es el impulso inicial famoso de Newton... Sería una lástima que nos convirtiéramos en una cosa más. En todo caso estoy seguro que alguien vendría para soplarnos algo, darnos un empujoncito y con el movimiento imperceptible encontrar una brizna de carbono y comenzar con eso a vivir. El cariño se almacena mejor dentro de uno mismo y cuando lo regalamos a otro sin darnos cuenta crece, como el arroz en olla y a las personas buenas les pasa siempre: cuanto más lo dan más tienen. Yo me voy por la onda de tener más cariño acumulado que cosas en el garaje o detrás de las puertas. Esas que no podemos atrapar con los dedos, que nadie ha visto, esas están danzando ahora en una región cercana a la hipófisis por donde aquel filósofo decía que le entraba el alma al cuerpo. Y cuando menos uno lo piensa brotan a la superficie, activan los músculos de la lengua y nos impulsan a hablar, a escribir y a hacer algo útil. Se los digo por experiencia propia...

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